Elementary

Epílogo

 Mis ojos pesan demasiado que no soy capaz de abrir pero puedo sentir que hay una luz sumamente fuerte. No puedo moverme, mi cuerpo aún sigue dormido. Escucho voces, por como son reconozco que no son de los antiguos sino de los que puedo llamar ¿amigos?

 Las voces son distorsionadas, apenas puedo sentir las presencias de ellos. No entiendo completamente de lo que hablan pero por el tono en que lo hacen sé que no es bueno. Para nada bueno. Entonces recuerdo.

 Los cuerpos, el olor a putrefacción, la droga en mi cuerpo adormeciéndome poco a poco y...mierda. Lo tiene, la muy perra lo tiene. Y no solo eso, también nos tiene a nosotros. ¿Cómo pudimos ser tan idiotas y caer en su juego donde ella es la única ganadora? No es solo eso, confiamos en él y nos traición...Morgan confió en él y así termino, muerto por ella.

 Luchó una vez más y abro los ojos pero como adivine, la luz quemó mis ojos lo cual debí cerrarlos. Pestañe hasta poder acostumbrarme a la luminosidad. La luz en completamente blanca, las paredes igual. Me siento en lo que parece ser una cama, observo a mí alrededor. Toda la habitación es blanca excepto por la pared en frente que tiene un gran ventanal que da vista a otras habitaciones pero en el medio solo hay una enorme caída. Visualizo a los tres.

 Midori está completamente vestida de blanco...los dos también. Observo mi ropa, yo también. Genial, tenemos uniforme.

—¿Qué sucedió?—pregunté poniéndome de pie—¿Dónde estamos?

—En el Pentágono—respondió Luke, su voz sonó tan seca, sin vida—. El real.

 Recordé las palabras que uso Kantos cuando nos atrapo, aquel...el otro...el Pentágono que conocía al parecer era falso. Una trampa para atrapar a otros con poderes. Eso significa que no estamos solos.

—Sam está bien—agregó Midori.

—¿Pero?—inquirí yendo hacia la ventana para ver más.

—No sabemos si nos hizo algo o es la habitación—comenzó Braulio—, no podemos usar nuestros poderes, ya lo intentamos.

 Entonces no es necesario que me moleste para intentar huir.

—Sea lo que sea que nos haya hecho, lo que le hizo a los demás, lo que le hizo a Morgan, no va a quedar así.

—¿Qué quieres decir?—preguntaron los tres a la vez.

—Que nos vengaremos.