“Zamasu fue capturado”
Esa noticia que Daishinkan le dijo probablemente le hubiera alegrado mas no fue así. Ya que si Zamasu había sido capturado él volvería con su ancestro y Kivito y eso en parte le hizo feliz pero no más. Se había acostumbrado a la compañía de ambos Zeno-zama y también a la de Daishinkan.
Era raro para él, que había tomado un cariño muy profundo a Daishinkan. Tampoco sabia el por qué sentía una tristeza al tener que volver a su universo, si sabía que tarde o temprano eso sucedería pero pensó que tardaría y parece que se había equivocado. Por otro lado Zamasu ya no lo lastimaría, no lo volvería a tocar y mucho menos lastimar a las personas que más le importaban.
Dejo de pensar en eso que tanto le costaba asimilar para alistar su maleta con sus pertenencias, ya que hoy mismo volvería a su universo. Claro que podía usar sus poderes para hacerlo más rápido pero Shin no lo veía conveniente prefirió tomar su tiempo con cada objeto.
Cuando término vio la maleta y luego la habitación. Dio un suspiro leve y al pronunciar las palabras Kai-kai se teletransportó al planeta tierra, en la puerta de la casa de Sunme al querer tocar la puerta se abrió viendo que era ella.
—Hola Shin ¿Qué te trae por aquí?–le preguntó ella al cerrar la puerta.
—¿Éstas de salida?
—Algo así, hoy es el cumpleaños de mi sobrino y quería comprarle un regalo ¿Te gustaría acompañarme? Así podemos hablar mientras caminamos.
—Esta bien–dijo y ella sonrió para tomarlo del brazo y caminar por la vereda.
—Te noto triste Shin ¿Te sucede algo?–le preguntó soltándole el brazo para caminar a lado de él.
—Te mentiría si te dijera que no–diría Shin al ver al frente y luego verla a ella–Zamasu fue capturado.
Sunme se detuvo y Shin también lo hizo.
—Y no estas feliz, ya no podrá lastimarte Shin y podrás ser libre–señaló–no estas feliz con eso.
—Lo estoy pero...
—¿Pero qué?
—yo...Sunme durante este tiempo estuve en el palacio de Zeno-zama bajo la protección de Daishinkan hasta que Zamasu sea capturado y ahora que eso fue así yo te tendré que volver a mi universo. Pues ya no corro ningún peligro–diría retomando el camino y Sunme la siguió.
—Sientes algo por Daishinkan, ya que eso explicaría tu tristeza–habló tranquilamente y Shin se quedó callado–Shin eres mi mejor amigo y sabes que puedes confiar en mí.
—Lo sé Sunme pero y sí Daishinkan no siente eso, no quiero que Daishinkan después tome una represalia con mi universo y que sea por mis sentimientos no correspondidos–dijo y escuchó una risa provenir de Sunme.
—No lo sabrás si no te arriesgas, Shin y si eso pasará él se perdería de lo bueno y excelente persona que eres.
—No lo sé Sunme, pero por el momento prefiero mantenerlo guardado, además, no creó que él siendo él gran sacerdote pueda estar con un Shin-jin como yo.
—Si tu lo dices...solo esperó que después no te arrepientas de tú decisión.
Ambos no hablaron después hasta llegar a la tienda donde Sunme compró el regalo, mientras él observaba unas cajas de músicas en una vitrina a lado de joyeros, después fueron al parque donde Sunme se despidió y Shin volvió al palacio de Zeno-zama.
Al llegar fue a su habitación y luego recordó una de las cajas de música que había visto. Creó algunos materiales y él mismo comenzó a fabricar una, se tomo su tiempo eligiendo algunos adornos y luego unos delineados con pintura dorada. Al terminar guardó todo y se quedo con la pequeña caja de música, lo observó un momento y al abrirlo unas hermosas mariposas doradas de energía inundaron la habitación con una suave y linda música. Guardó la caja de música encima de la maleta, escuchó que la puerta alguien tocaba al abrirlo vio a Daishinkan acompañado con ambos Zeno-zama.
—Joven Shin le gustaría acompañarnos a dar un paseo por el universo, como hoy es su último día en aquí supongo que sería como una forma de despedida–le dijo Daishinkan.
—Sería un placer en acompañarlos–Contestó con una leve sonrisa.
—Perfecto, entonces vallamos
Daishinkan en compañía de Shin y ambos Zeno-zama fueron a recorrer cada límite del multiverso, para Shin todo era maravilloso: los planetas, las galaxias, las estrellas, los soles absolutamente todo lo que sus ojos podían ver. Daishinkan lo veía con una leve sonrisa misma que Shin la notó y también le devolvió el mismo gesto, inconscientemente ambos se tomaron de la mano.
Ese gesto causó un estremecimiento en Shin, su corazón pálpito levemente. Ambos Zeno-zama se vieron y con su mirada idearon un plan (una travesura).
Ambos Zeno-zama habían empujado a Daishinkan hacia Shin que terminaron muy cerca, demasiado cerca para ellos. Podían sentir las respiraciones del otro y un color carmesí inundo sus mejillas, se separaron avergonzado y los Zeno-zama se reían a pequeñas carcajadas.
—Podemos volver ya–pidió el Zeno-zama del futuro.
—Estamos cansado si–Dijo también el del presente
Daishinkan aceptó y los llevo a su habitación. Por otro lado Shin vio la caja de musica que había hecho recientemente y llego a su mente la pequeña charla que tuvo con Sunme. Había considerado la idea.
—No es correcto lo que siento, no puede ser esto...yo no puedo...no es correcto–repetía una y otra vez Shin.
—¿Qué no es correcto joven Shin?–Preguntó Daishinkan en la puerta de la habitación, shin se sorprendió y se giró lentamente viendolo.
—Yo....
—Que sostiene en la mano–dijo refiriéndose a la caja que Shin tenía.
—E-esto es para usted–dijo Shin y Daishinkan lo miró poniéndose más nervioso.
—Puedo verlo–pidió y shin le acercó la caja.
Daishinkan vio la caja de madera de color blanco con algunas detalles de delineados dorados, al abrirlos unas mariposas doradas salieron dejando unos destellos por la habitación y la música suave inundaba la habitación, lo cerro y luego vio a Shin.
—Es muy lindo de su parte que lo halla elaborado para mí –Dijo Daishinkan–gracias joven Shin.
—D-De nada.
—Joven Shin vine a llevarlo a su universo y como veo ya hizo sus maletas acompañe me por favor–le dijo Daishinkan saliendo de la habitación y Shin tomo la maleta para seguir a Daishinkan.
Daishinkan creó una espera de cristal, tipo un cubo donde ambos subieron y marcharon al universo siete. Ninguno de ellos tenía la intensión de hablar, el silencio entre ellos tampoco era incómodo. Shin entonces recordó lo que hablo con Sunme aunque trató de no pensar en eso. No podía, quería hacerlo pero no sabía que sucedería con él o con su universo. Fueron unos minutos de viaje y al llegar ambos bajaron del cubo, Shin tomo su maleta y camino directo al templó entonces nuevamente pensó que esta vez sería la última vez que vería a Daishinkan, ya estando lejos de Daishinkan soltó su maleta y se arrepentía de lo que iba ser. Detuvo a Daishinkan antes de que subiera al cubo.
—Joven Shin ¿Sucede alg-
Daishinkan no completo lo que iba a decir ya que Shin se lanzó y lo abrazo, eso le sorprendió un poco pero después lo que dijo lo dejo en un estado que ni él mismo sabia como reaccionar.
—Me gusta Daishinkan...
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Nadie Puede Ayudarme
FanfictionNadie podía ayudarlo hasta que descubrió que el mismo podía hacerlo y no de la forma qué el pensó que lo haría.