Desde hace unos días Shin sentía un mal presentimiento. Como si algo o alguien pudiera causar problemas. Su mente divagaba con los recuerdos que aún le atormentaban, qué aun le dolía. Las cicatrices de su cuerpo ya habían sanado pero su interior no tenia cura. Sentía un vacío, uno muy grande que no podía cerrarse y eso le causaba frustración, impotencia y miedo.
De Zamasu no sabia nada, probablemente estaba por algún lugar esperando la oportunidad de acecharlo, y eso en parte le preocupaba, un miedo le gritaba en el fondo de su corazón. Las heridas querían abrirse nuevamente, el pasado se arrastraban con sus filosas garras para atraparlo y no dejarlo ir.
—Te notó más distraído querido–dijo Daishinkan–¿Éstas preocupado por algo?
Shin negó y se disculpó apenado, su primera cita y había ignorado a Daishinkan durante toda la plática que tenían sólo por divagar en sus recuerdos.
—Sabes que puedes confiar en mi verdad querido–señaló y Shin asintió–Sea cual sea el problema que tienes puedes decirme libremente y tratare de ayudarte.
—No lo dudo Dai pero hay cosas que no se pueden arreglar.
—Si esta en mi alcancé lo haré por ti.
—Gracias
—No tienes porque agradecerme querido.
Shin le sonrió a Daishinkan y él le correspondió al mismo gesto tomándolo de la mano y atrayéndolo a su cuerpo le dio un abrazo. El menor se sorprendió por esa repentina acción de Daishinkan pero sonrió ligeramente pensado que Daishinkan puede tener un lado cariñoso que sólo le mostraba a él.
Pero no toda esa felicidad podía durar para siempre, Daishinkan recibió una llamada de parte de Zeno-Zama y llevándolo al planeta sagrado se fue. Shin se quedó solo, ya que en esa ocasión su ancestro y Kivito no estaban en ahí. Habían ido a solucionar algunos problemas que el desconocía.
—Valla, Valla quien lo diría que tú relación con el gran sacerdote si iba en serió–dijo, Shin se volteo lentamente encontrándose con un Zamasu recostado en la silla mientras tomaba un té.
Una mueca de disgusto se formó en el menor, al ver ahí a Zamasu tranquilamente. Por otro lado Zamasu pareció notar su disgusto y parándose lentamente caminó hacia el menor. Shin retrocedió sintiendo un miedo con la presencia de Zamasu muy cerca. Las piernas le tembló, su corazón se aceleró y la dificultad de respirar se hacia pesado.
—Aún me tienes miedo Shin–le señaló Zamasu y el menor no respondió–Sabes muy bien que no tienes salida, incluso ser pareja del gran sacerdote no cambia las cosas para mi.
—¿Qué es lo que quieres?–Preguntó Shin–No te sientes satisfecho con todo lo que me hiciste.
—No se trata de eso.
—Entonces no veo el motivo de que tú estés aquí.
Shin desvío la mirada a un lado, Zamasu se sonrió.
—Acaso no puedo venir a felicitarte.
—Sea claro, por que viniste. Tienes a toda la patruya galáctica buscandote, porque arriesgarte.
—Esa es otra cosa, la mía es una.
—¿Por qué viniste?–le volvió a preguntar Shin–y no lo voy a volver a repetir.
—A pedir tus disculpas–dijo Zamasu con una extraña sonrisa confundiendo a Shin–creó que accidentalmente asesine a tu amiga la humana....Creó que se llamaba “Sunme”.
Shin se quedó ahí sorprendido, inmóvil ante tal declaración.
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Nadie Puede Ayudarme
FanficNadie podía ayudarlo hasta que descubrió que el mismo podía hacerlo y no de la forma qué el pensó que lo haría.