Cinco 🎄: Una Santaemergencia

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Dejando de lado el incidente de la mañana cuando terminó de nuevo de culo en la nieve, el primer día en Evergreen no estuvo tan mal. Evan Scrooge los llevó a conocer el centro del pueblo, el ayuntamiento que tenía una exposición abierta al público que  mostraba un recorrido histórico sobre la fundación de Evergreen.

No es que la historia le emocionara demasiado, pero había algo sobre la manera en que Evan hablaba sobre su pueblo con tanto amor, haciendo pequeñas bromas y compartiendo cuánto dato curioso le cruzara por la cabeza, que dejaban en evidencia lo importante que era el lugar para él. A la vez, eso también logró que Rud se sintiera más culpable por lo que había hecho, por su comentario en Instagram que inició todo el asunto. 

Sabía que al final tenía que disculparse por ello y tal vez ofrecer una breve explicación, porque Riley no le permitirìa dejar el pueblo sin haberlo hecho. De lo contrario pasaría, días, semanas, hasta meses, poniendo la mirada de ciervo. No creía poder soportarlo. 

A medio día, Evan les dijo que los llevaría al restaurante más popular de Evergreen, uno en donde servían los mejores emparedados con pierna de cerdo desmenuzada y una salsa secreta especial que hacía llorar del puro deleite. Parecía exagerado y Rud era escéptico. Tuvo la oportunidad de viajar a algunos lugares antes de asentarse en Florida y había probado comida deliciosa. No cualquier emparedado "superespecial" lograba llamar su atención. 

—Este lugar es tan lindo— dijo Riley con los ojos bien abiertos, recorriendo el interior del restaurante.

Bueno, le concedía eso. Se llamaba Kings tree. Y el interior simulaba haber sido edificado bajo tierra, en las raíces de un árbol. Así que había mucha madera por todos lados, y colores terrososo para decorar. Le recordaba un poco a una locación sobre una película de fantasía, muy al estilo del señor de los anillos. 

—¡Mira Rud! Parece que la mesa está hecha de piedra— Riley tomó asiento en una de las sillas cuyo respaldo parecía estar hecho por ramas de árbol, un poco torcidas pero muy vistozas—. En. Verdad me encanta este lugar. Es acogedor. Y se siente seguro.

Eso último lo susurró mientras señalaba hacia el mostrador central en donde estaba la caja registradora. Ahí, en la pared del fondo, había una bandera del orgullo. Completamente a la vista, dejando en claro que la comunidad Lgbtq+ era bienvenida. Bueno, Rud le dio más crédito por eso. 

Era un poco sorprendente a decir verdad, que un pueblo de no más de mil habitantes fuera más inclusivo que las grandes ciudades. Después de todo, solían decir que los pueblos pequeños con comunidades tan estrechas eran los más propensos a albergar prejuicios. ¿No era por eso que muchas personas queer se mudaban a las ciudades grandes en busca de "libertad"?

Parecía que ese no era el caso en Evergreen. De hecho lo dijo en voz alta y se ganó una sonrisa llena de orgullo por parte de Evan.

—No diré que siempre ha sido fácil. Como en cada lugar, siempre existirán personas que no están abiertas al cambio. Por fortuna, en Evergreen somos más aquellos que queremos un progreso real, lugares seguros para quienes nos importan. Pero para llegar a dónde estamos ha habido mucho trabajo de por medio, años y años de luchas, de proyectos para consientizar e informar a quiénes aún están arraigados en las viejas costumbres.

—Tu eres el primer alcalde Trans de este lugar— susurró Riley viendo al otro hombre con adoración—. Eso es tan maravilloso.

—Bueno, gracias. Hago lo mejor que puedo ¿Sabes? Trato de que quien soy y como he elegido vivir mi vida no limite lo que puedo hacer para mejorar el mundo. No ha sido fácil, algunas personas aún creen que no pertenezco a ningún lugar, que no sé quién soy. 

El Muérdago No Apesta©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora