Siempre creció bajo la tutela de ser un "arma", una herramienta para los altos cargos del ejercito, la Legión de Reconocimiento. Todos pensaban que no tenía sentimientos al ser capaz de asesinar a todo un país con una simple orden, al igual que tort...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los meses pasaron mucho más rápido de lo que nadie jamás pensó. Ahora entre las Murallas la hacían llamar como: "La Muñeca de Recuerdos Automáticos". Su figura deslumbrante y aura angelical lograba captar fácilmente la atención, sin embargo, sus dotes con las palabras y su capacidad para transmitir emociones con estas estaban a otro nivel. Sus servicios eran pedidos arduamente, provocando que su agenda casi siempre estuviera llena, viajando de un lugar a otro durante días si es que era necesario para servir a su clientes.
Incluso entre la muralla Shina sus servicios eran altamente costeados. Nadie, ni siquiera los altos cargos o gente de la realeza podían esperarse que aquella joven era una de las heroínas de la Batalla entre el Cielo y la Tierra, por lo que su nombre Violet Ackerman era conocido sólo por sus hazañas como "Muñeca de Recuerdos Automáticos".
Trabajó de la mano con la mismísima reina Historia Reiss para enviar la carta que llegaría al Ex-Comandante Armin Arlert que les daba la bienvenida a Paradis. Trabajó con los niños que querían enviar cartas a sus seres queridos fallecidos o desaparecidos. Trabajó con parejas de historias trágicas, ayudándolos a reencontrarse, a recapturar su amor, o dar una despedida digna tras su fallecimiento.
Vio a gente llorar, suplicar por las pérdidas, sonreír ante la esperanza de que estuvieran vivos en alguna parte del planeta, o desmoronarse ante las cicatrices que no podrían irse nunca. Mientras que algunos afirmaban que la joven muñeca de inigualable belleza, que muchos la comparaban con una diosa, era alguien que de alguna manera los podía dotar de fuerza para seguir adelante.
La mujer pocas veces sonreía, pero era un espectáculo para todos sus clientes. "A pesar de su ropa de muñeca, se comportaba como un soldado", ese era el pensamiento de todos los que interactuaban con ella. Nadie podía evitar compararla con un autómata o una máquina ante su rostro y voz carente de expresión, pero sólo la gente que la conocía desde antes podía notar el enorme cambio en ella...
Violet siempre trataba de nunca ausentarse en cada mañana que iban a visitar a Eren junto a su hermana, y esta vez no fue la excepción, sólo que hoy había algo diferente: Tres años habían pasado desde que cayó inconsciente, tres años desde que la guerra terminó, desde que Eren falleció...
Mikasa hoy le traía un regalo a su amado tumbado bajo el árbol, una carta, esa que Violet le escribió meses atrás y que lo cambiaría todo para la vida de ambas. La joven rubia se mantenía recta, con ambas manos cubiertas por la tela de cuero sobre la falda blanca que caía elegantemente hasta sus botas marrones. Veía a su hermana sentada a un lado de la lápida, mientras decía cosas como si aquel joven pudiera escucharla o estar junto a ella. Seguramente debía estarle contando que todos iban a venir a visitarlo, que su hermana pequeña había crecido y que le había hecho un regalo, que lo extrañaba con su alma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
