Siempre creció bajo la tutela de ser un "arma", una herramienta para los altos cargos del ejercito, la Legión de Reconocimiento. Todos pensaban que no tenía sentimientos al ser capaz de asesinar a todo un país con una simple orden, al igual que tort...
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La joven vestida con ropas fantásticas y que se ceñían perfectamente a su cuerpo posaba sobre el barandal del barco, teniendo sus ojos resplandecientes como el mismo mar bajo los rayos calurosos del sol. Su hermana mayor, similar en belleza y fuerza, se acercó a ella lentamente.
—¿Estás segura de esto, Violet? —dijo, con preocupación palpable en su rostro.
—¿A qué se refiere? ¿A acompañarla a las islas Azumabito o... con ir a ver al Capitán?
—Ambas... —Miró atenta a su hermana menor, que permaneció varios segundos en silencio, pensando, hasta que dijo:
—Ya tome una decisión. No pienso retroceder y dejarla sola en esto. También puede llegar a ser... "aliviador" lograr entender del todo nuestra historia familiar —Sus ojos hermosos la miraron con cierta inquietud, una que haría poner en duda su afirmación.
—Tú nunca has mostrado mucho interés en tu pasado, ¿por qué eso cambió ahora, Violet? ¿Es porque yo te pedí que me acompañaras?
—Yo... no lo sé —Desvió la mirada, genuinamente conflictuada—. Realmente ese tema nunca me ha dejado con problemas existenciales, con dudas o anhelos de saber más sobre lo que pasó conmigo. Siento que saber eso... no va a cambiar nada del presente.
—Eso no lo sabes, Violet. Puede que saber tu origen como arma haga que ya no te sientas culpable contigo misma por todo lo que pasó antes.
—Dudo mucho de eso, Mikasa...
La pelinegra suspiró un poco, hasta que hizo la siguiente pregunta:
—¿Y... estás segura de ver al Capitán?
—Sí —No dudó en responder—. Pero... —Frunció el ceño— no sé si es realmente lo que debo hacer...
—¿Por qué te ordenó no acercarte a él? —Violet asintió cabizbaja— Bueno, ahora no estás bajo las órdenes de nadie, ni siquiera las suyas. Por lo que puedes hacer lo que tú quieras, sin importarte el resto.
—La orden no es lo que me importa... —murmuró— Lo que me importa... es...
—Lo que sienta él al verte —completó por ella.
Violet asintió lentamente.
—Pero... no quiero irme quizás para siempre y no haberlo intentado —Sus ojos se llenaron de brillo producto de la decisión, de la ansiedad, del deseo, de la esperanza—. Quiero verlo aunque sea una vez más y entender el porqué de muchas cosas...
Mikasa la miró durante varios segundos fijamente, hasta que terminó por sonreír, afirmando que todo iba a salir bien. Más la inquietud de su corazón afirmaba el miedo que sentía ante lo que podría llegar a suceder.
No quería que su hermana... sufriera de nuevo.
(...)
Las siguientes palabras que la pequeña arma, ahora de nombre "Violet", aprendió fueron: "Sí, señor" junto a aquel saludo militar que no tardó en empezar a replicar en presencia del Comandante Erwin y de los otros señores de alto rango. Con Levi era diferente, o al menos, así lo percibía él, debido a que ambos habían formado un vínculo —si es que se le podía llamar así— que era demasiado estrecho, hasta el punto donde eran como uña y mugre en cada momento y misión en la milicia.