Siempre creció bajo la tutela de ser un "arma", una herramienta para los altos cargos del ejercito, la Legión de Reconocimiento. Todos pensaban que no tenía sentimientos al ser capaz de asesinar a todo un país con una simple orden, al igual que tort...
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El viento cálido los impactaba con una suavidad poco común dentro de esos días tan estresantes y caóticos para la Legión. Ambos, en medio de un campo de entrenamiento y con los uniformes militares encima, pasaban completamente desapercibidos por todos los demás, o puede que en realidad, ninguno se percatara de aquello al estar dentro de una burbuja en donde sólo eran ellos dos.
—¿Cuántos años tienes? —preguntó serio el hombre acuclillado frente a ella, mirándola fijamente—... ¿Tienes un nombre?
La niña no respondía, sólo lo miraba.
—¿Siquiera entiendes lo que digo? —Frunció el ceño.
Siguió sin dar indicios de inteligencia.
Suspiró pesado mirando al suelo. El viento sopló con bastante fuerza, haciendo mover su capa verde con las alas de la libertad al igual que los cabellos de ambos, uno negro azabache y el otro rubio como los mismos rayos de sol. De la nada, un aroma dulce se impregnó en la nariz del mayor.
Miró hacia la causante de esa sensación. Bajo los rayos primaverales y tiernos, posaba una hermosa flor violeta. La flor, que resplandecía en belleza en medio del campo desolado de entrenamiento, resiliente contra la sequedad de la tierra, imponiendo su inocencia en medio de la cruda y dura realidad, se veía de una manera muy única y bella...
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—"Violet" —Guardó silencio—. Así te vas a llamar, mocosa.
Segundos pasaron, y nada. Se iba a poner de pie rendido, hasta que escuchó una suave, infantil, y melodiosa voz:
—... Vi... Violet... —intentó decir, sonando como quejidos torpes y sin sentido.
Los ojos de él se ampliaron levemente.
—Sí, así es —Asintió, sin poder dejar de mirar a sus enormes ojos que parecían azulejos de lo brillantes que eran, mientras ella hacía lo mismo con él.
Experimentó una sensación peculiar, más la ignoró poniéndose de pie. La pequeña lo miró desde abajo.
—Arriba. Tenemos mucho que trabajar... —Se alejó, comenzando a caminar con rapidez mientras "Violet" lo intentaba seguir por detrás con ciertas dificultades por sus cortas piernas de infante, sin dejar de mirar a lo alto su figura.