Capítulo 7: Aguantando.

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Más de un año había pasado, quizás pronto se cumplirían dos, pero para Gilbert fue similar a un simple parpadeo

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Más de un año había pasado, quizás pronto se cumplirían dos, pero para Gilbert fue similar a un simple parpadeo. Muchas cosas pasaron mientras residían en esa pequeña y modesta casa de campo cómoda para ambos. Al principio no podía negar que fue extraño e incómodo para él, no porque le desagrada su compañía —incluso, era lo contrario—; pero ciertas situaciones "comprometidas" que sucedieron a lo largo del tiempo, lo hacían removerse nervioso (con algo de placer culposo por dentro) de sólo recordarlo:

Como casi toda su vida vivió solo, fue inevitable el hecho de que en un lapsus de memoria entrara sin llamar al baño una noche. En consecuencia, terminó viéndola al recién salir de la ducha, mientras todavía no se había puesto nada...

—A-a-ahm... ¡Y-yo...! ¡Yo...! —Él contuvo su aliento debido a su perplejidad.

Lo que se reflejaban en los ojos de Gilbert era el espectáculo más bello que jamás hubiera pensado ver de una mujer: Pelo dorado goteando, hermosos orbes azules de una profundidad que no se suavizarían incluso dentro de una pintura, y unos labios finamente formados justo debajo de ellos. Un cuello esbelto, una clavícula sobresaliente, senos regordetes y curvas femeninas de los cuales goteaba un poco de agua tibia. Sus brazos artificiales consistían en partes metálicas desde los hombros hasta las yemas de los dedos. También notó las incontables cicatrices de guerra en todas partes de su cuerpo que contrastaban con su piel lechosa y deseable...

—Ma... Maestro... —Violet lo llamó con una voz que parecía estar juzgándolo mientras desviaba la mirada con un notable rubor en sus mejillas.

—¡Lo...! ¡¡Lo siento!! —Cerró los ojos dando un fuerte portazo.

Un silencio incómodo se hizo presente al menos para él, que ahora contra la puerta que los separaba se apoyó de espaldas mientras con sus manos se tapaba el rostro que parecía estar estallando en llamas. Negó repetidas veces con la cabeza, no obstante, sabía que ya era demasiado tarde.

Esa imagen jamás se iría de su memoria...

También sucedió otra situación mucho menos explícita, pero que igual le había producido esa sensación de pena, profundamente avergonzado: Fue cuando ya habían pasado pocos días de recién comenzar a "vivir juntos". Y cuando se percató de ese concepto, no pudo evitar pensar, viendo a Violet estudiar en completa calma un libro de poesía:

—Es como si fuéramos una pareja...

—¿Cómo dice, Maestro?

Su rostro se tornó rojo cuando se dio cuenta de que había pensado en voz alta.

—¡Nada! ¡Nada!

Violet, sin entender del todo a su Maestro, continuó con su lectura sin darle más importancia. Gilbert pudo finalmente suspirar tranquilo, recordándose nunca más pensar en ese tipo de cosas, ni siquiera en la privacidad de su conciencia.

Violet, por el contrario, ni siquiera en un inicio pareció darle mucha importancia al hecho de que estuviera compartiendo a cada momento con un hombre que no era parte de su familia en un "nuevo hogar". Incluso, parecía como si ya estuviera acostumbrada, ofreciéndole en más de una ocasión a su Maestro cortar su desprolijo cabello azul o ayudarlo con su trabajo cuando tenía tiempo, entre otras cosas similares.

Live in Freedom // Levi Ackerman x Violet Evergarden.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora