04 - Esos ojos azules

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Al llegar al 221 de Baker Street, tras un largo trayecto con Sherlock Holmes diciendo tonterías, los tres se pararon en frente de una puerta.

-Este es el A, en mío es el B- Comentó el hombre.

Las dos chicas llevaron su mirada hacia arriba, viendo la puerta del 221B después de unas escaleras que se iban a hacer eternas de subir.

-Tiene que ser una broma- Dijo Lis, ya agotada de cargar con el peso del detective.

-No sabía que había que subir escaleras- Habló Enola como pidiéndole disculpas a Lis con la mirada, sabiendo que subir no sería una tarea fácil.

-Uno siempre debe subir escalones para evitar que te pasen por encima. Es un consejo. Deberías apuntártelo.

La menor de los Holmes suspiró y rodó los ojos cansada -Levanta la pierna derecha- Le indicó.

El mayor soltó un gruñido y obedeció a su hermana.

-Ahora la izquierda

Él levantó el pie izquierdo con más facilidad e hizo que Lis quedara aplastada entre Sherlock y la pared, haciendo que esta pudiera sentir el olor a alcohol del pelinegro.

-Mejor la izquierda. Deberías apuntártelo- Comentó.

Después de un rato, al fin llegaron al apartamento de Holmes. Estaba bastante desordenado y había miles de papeles por el suelo.

-¡Ja! Hola, hogar. Bien por ti Sherlock- exclamó. Las dos chicas se miraron. Él fue a quitarse el abrigo y Enola fue a ayudarle -¡Puedo hacerlo!- Le gritó.

La de pelo corto se había sentado en un sofá que había en medio de la sala. Estaba cansada, ya era tarde y apenas había dormido la noche anterior a causa del insomnio. El hombre se acercó y se sentó al lado de la chica, no se había dado cuenta de que ella estaba ahí. Por poco se tumba encima de ella.
Él se recostó en el sofá cerrando los ojos.

La menor encendió una vela -Pero ¿este desorden?

La mayor se giró y contempló el caos que había en esa habitación.

-Está perfecto. No toques nada- Le advirtió Sherlock.

-¿Qué estás investigando?

-No es asunto tuyo. Trabajo solo, es privado. Ahora, shhh estoy pensando- Dijo el pelinegro. Lis soltó una risita -No se debe interrumpir a alguien cuando piensa, deberías...

-¿Apuntármelo?- Completó su hermana mientras observaba aquel apartamento.

-No entres ahí- Le advirtió Sherlock al ver que Enola se dirigía hacia otra parte del apartamento, antes de que él se quedara dormido.

La castaña vio que su hermano se había dormido e ignoró su comentario. Se quedó mirando un tablero donde había toda la información del último caso de Sherlock. Se sorprendió al ver tantos interrogantes.

Elizabeth seguía sentada en el sofá al lado del detective. No sabía por qué pero Lis no podía dejar de observar a ese hombre. Acercó la mano a su cara y le apartó el mechón rizado que descendía por su frente.

-Fascinante- Dijo Enola que aún estaba parada enfrente de ese tablero, haciendo que su amiga volviera a la realidad.

(...)

-¿Y por qué lo has movido todo?- Le preguntó Holmes a su hermana pequeña que recién se despertaba.

Enola repasó toda la sala con sus ojos -No veo nada cambiado- Habló.

Eyes don't know how to keep secrets - Sherlock Holmes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora