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𝕆𝕞𝕟𝕚𝕤𝕔𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖

Steven: jumm.. Supongo que en realidad no soy una verdadera gema de cristal... -comentó desanimado, dejandose caer al suelo-

Perlita: ow.. No digas eso Steven, por supuesto que lo eres.

Amber: y es divertido tenerte serca, aunque tu gema sea inútil. -rio-

Perlita: ¡Ember!

Amber: ¿qué? No dije nada malo.

Perlita: agh...

Amber: bien... -rodo los ojos con aburrimiento- eres uno de nosotros Steven, no somos las Crystal Gem sin ti.

Steven las miro conmovido, sonriendo mientras una de sus manos se dirigia a su panza, justo donde estaba su gema, apretando un poco.

Steven: sí..   ¡Sí, aunque no tenga poderes..  Aún tengo..! ¡Gato galletas! -filanizó, dando le una mordida a su helado- umm~ ¡que ricas!

Mientras el chico comía, las gemas se percataron de algo, nuevamente la gema del chico brillaba, y tan solo unos segundos despues, un escudo rosa se manifestó.

Perlita: Steven..  ¡Es un escudo!

El chico abrio los ojos, mirando sorprendido su nueva arma.

Steven: ¿o? ¿¡Qué, tengo un escudo!? ¡Ooh, sí! -saltó emocionado, logrando que su escudo saliera volando-

El escudo rebotó por toda la casa, rompiendo todo a su paso, para finalmente estrellarse contra la televición.

Amber: pff...  ¡Ajajajajaja!

Steven: ¡la tele! -miro con horror el aparato humeante, que sacaba chispas- umm... -se dejo caer nuevamente al suelo, mirando su helado- ¿uuh? ¿Gato galleta? ... ¡Eso es! ¡Yo invoco mi arma comiendo helado!

Pelita: ¿qué tienen estas cosas? -lebantó el emboltorio del helado del suelo, mirando lo curiosa-

Steven: ¡no puedo esperar a contarse lo a Morado! -festejó-

De pronto, toda la casa se sacudió, para despues oirse un potente gruñido.

ههههههههههههههه ههههههههههههههه

Morado: ¡𝒄𝒉𝒊𝒔! -esrtornudó, dejandola aturdida- umm...

Morita: ¿ocurre algo, Morado?

Morado: umm... No estoy segura, pero no se por qué siento que alguien se metio en problemas...

Morita: ¿problemas..? -ladeo la cabeza, para despues mirar la pantalla frente a ella- no tengo ningun informe de- ¡woah! -callo al suelo de cara-

Petalo: ¡llegó por quien lloraban!

Morita: ¡quitate de encima mio! -gritó enojada, empujando al suelo a la otra gema-

Petalo: pero que gruñona... -miro a la Diamante- ¿no has pensado en cambiarla? -señalo con el pulgar hacia atras a la perla-

Morita: ¡oye! ¡Eres una...!

La Diamante suspiro, viendo como sus dos amigas empesaban a pelear, rodo los ojos y miro nuevamente su monitor, dejando de lado ese sentimiento de hace rato.

lo frágil de un diamante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora