Capitulo 34

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Blair Potter 

Mierda, lo había dicho en alto y Malfoy me había oído. Estuve intentando disimular que no había ocurrido eso pero no paraba de ver su mirada por el rabillo del ojo así que me levanté de mi asiento y fui hasta los pasillos del castillo, no se por cuanto tiempo caminé sin ver adonde iba pero cuando levanté la cabeza casi me choqué con la pared, por suerte para mi y mi herida aun muy reciente no fue así y para cuando quise darme cuenta donde estaba había llegado hasta casi afuera del castillo, pensé en si debería o no, no llevaba abrigo pero no hacía aun mucho frío así que finalmente salí a dar un paseo. 
Mientras caminaba echaba un vistazo a los alrededores del colegio, hacía mucho tiempo que no salía a apreciar donde estaba y lo precioso que era donde me encontraba. Sonreí para mi misma, echaba mucho de menos esa soledad con la que estaba ahora, no es que repudiara la compañía pero siempre he pensado que estar sola es pasar tiempo de calidad y dedicarle tiempo y momentos a tus ideas y a la creatividad. 

Mientras seguía a mis cosas vi a lo lejos a una chica de la orden siendo interrogada por algunos de los chivatos de Umbridge, era Cho Chang, tenía que ayudarla. Les seguí hasta adentro y vi como la llevaban casi a rastras al despacho de la profesora, sabía que si entraba ahí sería el punto de mira de Dolores y no pararía de preguntarle hasta que a ella se le soltara la lengua y dijera donde hacíamos las clases secretas. 

No tenía tiempo que perder. Eché a correr hasta la sala de menesteres, seguramente hoy se habrían reunido también para practicar y supe que debía ser más rápida que los otros y llegar para advertirlos de que se fueran lo antes posible. Al llegar esperé a que la puerta apareciera y cuando estuvo entré casi sin aliento. Todos se dieron cuenta de mi repentina entrada y entre ellos mi hermano acercarse. 

– Blair, ¿qué haces aquí? creía que hoy no vendrías —dijo extrañado. 

– Tenéis que iros... —dije cogiendo aire. 

–¿Qué? ¿por qué? ¿qué ocurre, Blair? —preguntó Hermione metiéndose en la conversación.

– Los chivatos de Umbridge, han cogido a Cho y creo que lo va a soltar todo... Tenéis que iros ya—anuncie. 

El caos se apoderó de la sala, sobre todo en los más jóvenes que estaban ahí pero nosotros intentábamos calmarlos. Quizá nuestro positivismo superaba a la realidad ya que empezamos a oír golpes donde estaba la puerta, para los de afuera sería un gran muro de piedra pero nosotros sabíamos que ya nos habían encontrado, estábamos jodidos. 

Para cuando nos encontraron muchos de los otros estaban atemorizados, supuse que ya sabrían el destino que les esperaba. Al mirar al grupo de chivatos vi que ellos eran mis amigos, Malfoy, Zabini, Nott, Crabbe, Goyle y para rematar también estaba Parkinson. Noté como uno de ellos me tomaba por el brazo no muy fuerte pero yo intente forcejear. 

–No te aconsejo que lo hagas... —susurró Malfoy mirándome seriamente. 

–¿O qué? ¿vas a torturarme tú? —respondí a la defensiva. 

Umbridge nos echó una mirada pero Malfoy disimuló que me echaba la bronca pero yo solo le hice una mueca, era un traidor, por ambas partes, sus amigos estaban metidos en esto por su culpa aunque la otra noche estuvo a punto de ser torturado por ellos y por mi, no se si estaba mintiéndonos o es que era un idiota y solo se hacía pasar por mi amigo pero por ahora me tenía confusa. cuando llegamos al despacho los recuerdos de aquella noche y me encogí un poco en mi aunque lo intenté disimular.

Al mirar atrás vi como Umbridge llevaba de mala forma a Harry y lo arrastraba hasta una silla donde hizo que se sentara y le maniataban mientras le interrogaba. Intenté zafarme del agarré de Malfoy pero él no me soltaba. 

𝑬𝑵𝑬𝑴𝑰𝑮𝑶𝑺 𝑨 𝑴𝑼𝑬𝑹𝑻𝑬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora