1. Déjà trouvé

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"Will, despierta, ya casi llegamos", la madre de Will estiró su mano derecha para poder sacudir levemente a su hijo que dormía plácidamente sobre el asiento del copiloto.

Will abrió sus ojos como platos en cuanto sintió la calidez del contacto de su madre, su rostro estaba completamente trastornado con lo que parecía auténtico temor y de su cien pendían algunas gotas de sudor.

"¿Te asusté? disculpame, pero ya es hora de que te mantengas alerta" la mujer habló con el tono de voz característico de las madres que siempre parece estar compuesto por la mezcla perfecta de amor y preocupación.

Will negó con la cabeza al mismo tiempo que se acomodaba con la espalda recta sobre el asiento, "No te preocupes, de hecho debería agradecerte porque justo interrumpiste mi pesadilla".

"¿Otra pesadilla?, ¿Quieres contarme sobre qué?" la preocupación de la madre era palpable.

"No pasa nada, no importa", Will trató de quitarle importancia al incidente y se forzó a sí mismo a mostrar una sonrisa insincera para tranquilizar a su madre.

Las pesadillas de Will eran comunes, algunas de ellas se repetían constantemente y otras ocurrían solo una vez, en esta ocasión Will se enfrentó a una de las que lo atormentaban frecuentemente. El escenario de este sueño siempre era el mismo, se visualizaba a sí mismo recostado en el regazo de una persona de la cual no podía ver su rostro, su cuerpo no respondía ninguna clase de impulso y por debajo de sí mismo sentía el curso de un líquido que instantes antes de despertar se convertía en sangre.

El foco de la atención de Will cambió del contenido de su pesadilla al paisaje que rodeaba el camino. La carretera que conducía hasta el pueblo en el que se localizaba su nueva escuela se encontraba prácticamente sola, por kilómetros enteros no se veía más que un par de automóviles que se movían en la dirección contraria, lo que los dejaba con la mera compañía de los árboles gigantescos que crecían a los lados del camino.

Pronto apareció el espectacular de madera que anunciaba la llegada a Mirfield un pequeño pueblo a las afueras de Virginia que solo era reconocido por la su Academia homónima que recibía toda clase de estudiantes de preparatoria con la promesa de arreglar sus problemas de comportamiento, además de brindarles una extensiva formación en el campo de la literatura y las humanidades.

La transferencia de Will a la Academia Mirfield oficialmente era bajo el pretexto de las oportunidades que brindaba para aquellos que deseaban ingresar a alguna carrera humanística, sin embargo, detrás de esto se escondía el verdadero motivo; Su última preparatoria lo había expulsado luego de haberlo encontrado besando a uno de sus compañeros. Claramente el problema no era un beso entre estudiantes, sino que ambos eran varones.

Por lo que podía deducir Will era obvio que la gente de Mirfield recibía con curiosidad la llegada de un par de extraños en una época que no era ni la temporada turística ni el inicio del ciclo escolar. Las personas en las aceras desperdiciaban un poco de su tiempo tratando de averiguar la identidad de las personas en el vehículo para luego perder el interés y volver a sus actividades regulares.

Según el folleto de Mirfield la academia se encontraba a la salida del pueblo y para llegar a ella era necesario manejar sobre un camino rodeado por altos pinos que finalmente terminaban en una reja verde tras de la cual se podían ver los edificios de la escuela. La academia contaba con algunas facilidades que la hacían aún más atractiva, entre ellas, se encontraban sus dormitorios con suficiente espacio para todos y cada uno de sus estudiantes, su comedor que servía las tres comidas del día y amplias áreas verdes que permitían practicar una amplia variedad de deportes.

"Ya estamos aquí" la madre de Will suspiró incapaz de ocultar la tristeza que le causaba la inminente despedida, "Según la información que me dieron tenemos que visitar la oficina del director y luego podrás integrarte a tus clases".

"Mhm", Will no estaba ni remotamente entusiasmado por su transferencia escolar, todo respecto a esta le parecía impertinente.

Un hombre trajeado y de apariencia robusta, acompañado de una mujer de mediana edad esperaban a la madre e hijo. Con una señal el hombre le indicó a alguien que abriera la reja y luego procedió a presentarse, "Buen día señora Graham, mi nombre es Abel Gideon, soy el director de esta institución, es un justo recibirla a usted y a Will".

Unas cuantas palabras de esa conversación trivial fueron suficientes para causar que Will desconectara su cerebro, con la mente completamente ausente Graham acompañado de su madre siguió al director y su acompañante. En su camino cruzaron por el patio principal de la escuela, este estaba repleto de estudiantes inmersos en un acalorado partido de Bádminton que intrigados voltearon a ver al recién llegado, las miradas de algunos los estudiantes se cruzaron con la de Will y este no pudo más que de alguna forma las personas en este lugar parecían no haber sucumbido al paso del tiempo.

La primera impresión que su nueva escuela le dio a Will fue la de un lugar en donde el tiempo se había detenido, el edificio principal estaba construido con un estilo gótico, que además en su interior seguía iluminado con luces cálidas que asemejaban a las velas, a todo esto había que sumarle que los uniformes obligatorios para los estudiantes no parecían seguir ninguna tendencia de moda actual, simplemente eran un conjunto de pantalones formales que eran usados por hombres y mujeres, acompañados por una camiseta blanca de vestir, un chaleco, un suéter y un moño azul marino.

"Pronto notarás que las cosas aquí son un poco distintas a las de cualquier otra escuela, aquí optamos por valores más tradicionales", dijo la mujer que acompañaba al director dirigiéndose a Will.

A Will le tomó un momento salir de su ensimismamiento para comprender que la mujer le hablaba a él y cuando quiso responder se dio cuenta que ya era demasiado tarde.

Todos los adultos se detuvieron justo antes de llegar al final del pasillo del segundo piso de la escuela, ahí el director saludó a alguien con un entusiasmo inusual, "Justo a usted lo necesitaba ver joven Lecter, espero recuerde lo que habíamos discutido sobre su nuevo compañero de habitación".

Mientras este encuentro se desarrollaba la atención de Will estaba enfocada en el vitral al final del pasillo, este mostraba una representación de Perseo sosteniendo la cabeza de Medusa, los colores del vidrio tintado se reflejaban sobre el suelo en un espectáculo que era capaz de robarse el aliento de quien lo viera.

"Will", la voz del director de su escuela pronunciando su nombre hizo que la atención de Graham volviera a la conversación.

"Te presento a tu compañero de habitación, de ahora en adelante si tienes alguna duda puedes dirigirte a él", Gideon sonrió amablemente mientras extendía su mano en dirección hacia un estudiante.

"Hannibal Lecter", el estudiante le ofreció una mano a Will en un gesto de amabilidad, pero su rostro estaba lejos de mostrarse accesible, por el contrario su expresión lucía una inusual combinación de confusión y desprecio.

"Soy Will", Graham le devolvió el saludo a su ahora compañero de habitación mientras una extraña sensación lo invadía, algo en su interior reaccionaba ante la presencia de ese joven, todo en su apariencia parecía familiar e incluso el tono de su voz le era conocido, sin embargo Will no podía estar más seguro de que nunca lo había visto antes.

Lonestar[Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora