9. 1 de julio de 1980: Will no sabe jugar volleyball

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Al día le hacían falta cinco clases después de biología con Mark, pero, el cerebro de Will no lograba pensar en otra cosa que no fuera su repentina inclusión en el equipo de volleyball, definitivamente cuando Will viajó en el tiempo en ninguno de sus planes estaba contemplado unirse a un equipo deportivo y menos a uno cuyo capitán era Hannibal.

La tensión de Will aumento en cuanto el reloj encima del pizarrón marcó que faltaban diez minutos para el final de la clase, sus ojos parecían estar fuera de su control y lo único que podía hacer era mirar furtivamente a su compañero de asiento esperando detectar cualquier reacción suya,

"Sígueme" dijo Hannibal en cuanto sonó el timbre que indicaba el fin de la jornada escolar.

Will juntó como pudo el desastre de su escritorio y lo metió descuidadamente en su morral, para luego forzar el cierre y colgarlo en su hombro.

Hannibal observó la manera tan poco cuidadosa con la que se conducía su compañero de escritorio y se preguntó disgustado si realmente sería capaz de convivir con él durante todos los futuros entrenamientos y clases que les quedaban, "¿Listo?"

"Mhm" Will contestó con un simple ruido y se dispuso a dar el primer paso hacia el pasillo cuando su atención se vio dirigida hacia una silueta femenina que parecía sacada de alguna pintura renacentista, se trataba de una joven de cabello rubio y de apariencia elegante que contrastaba con el ambiente mundano de la escuela.

"Hannibal", dijo la joven con un tono elegante que tenía ligeras notas de superioridad.

Hannibal giró su cuerpo entero en dirección a la joven mostrando una actitud atenta que contrastaba totalmente con la manera con la que trataba a Will, "¿Pasa algo Bedelía?".

Bedelia se alisó una arruga casi imperceptible en la manga de su uniforme antes de hablar y prosiguió actuando como si Will no estuviera presente, "No es nada, solo quería preguntar si podías leer mi ensayo de filosofía, es que hay algunas cosas que no me convencen y tu opinión me serviría de mucho".

"Claro, tráelo mañana y en cuanto pueda te doy mis comentarios", contestó Hannibal con una media sonrisa en el rostro.

"Perfecto, hasta mañana", se despidió Bedelía con una expresión amable, "Hasta mañana William, que te vaya bien en tu primer entrenamiento".

"Gracias", respondió automáticamente Will, sin embargo, su sexto sentido le decía que las palabras de Bedelía no eran sinceras,aún cuando nada en su expresión parecía fuera de lugar, algo simplemente no encajaba.

Todo el camino hasta el gimnasio el cerebro de Will seguía dándole vueltas a ese primer encuentro con Bedelía, por lo que sabía ella también estaba atorada en el Mirfield del futuro, lo que indicaba que también había muerto con asuntos pendientes por resolver, además de que al parecer su relación con Hannibal podría ser un dato importante para recordar según los consejos que le había dado Abigail y aún cuando ella no había hecho nada extraño, su actitud simplemente parecía demasiado controlada como para ser la manera natural en la que actuaría cualquier otra adolescente.

Cinco minutos de caminata más tarde Will y Hannibal llegaron a la puerta del gimnasio. El edificio estaba al final de un sendero empedrado cuyos lados se estaban cubiertos de tuliperos, la sombra de estos árboles cubría casi todo el cielo dejando escapar sólo unos cuantos rayos del Sol de la tarde que sumados al canto discreto de las aves provocaban la ilusión de que se estaba en alguna clase de santuario y no en una escuela.

La primera imagen que recibió a Will en el gimnasio fue un montón de jóvenes de uniforme azul marino esparcidos en la duela mientras se ataban las agujetas de los tenis, un par de ellos estaba acomodando la red para poder practicar y otro más botaba los balones para asegurarse de que tuvieran suficiente aire, todos ellos ahora con la mirada fija en el recién llegado y en su capitán.

"Equipo" dijo Hannibal en voz alta cerrando tras de sí la puerta.

Will tuvo que contener una risita al ver cómo las espaldas de todos los presentes se enderezaban discretamente al ver la llegada del capitán del equipo.

"Traigo conmigo a nuestro refuerzo de delantero izquierdo, su nombre es William Graham, espero que lo ayuden a integrarse ya que será uno de nosotros en el torneo estatal" Hannibal habló manteniendo un tono neutral mientras recorría a cada uno de los integrantes del equipo, "En diez minutos comenzamos la práctica de hoy, prepárense para jugar un partido sencillo, solo quiero evaluar a nuestro nuevo miembro".

"Evaluar", Will repitió esa palabra mentalmente y tragó saliva, los deportes nunca habían sido su fuerte, la única actividad física que solía practicar era pescar con su padre, pero, desde que este falleció ya no lo hacía más.

"Acompañame, no creo que quieras jugar con tu uniforme puesto", dijo Hannibal mirando a Will de arriba a abajo, "Debemos tener alguna playera del equipo extra por alguna parte".

En la esquina superior derecha del gimnasio había un pequeño almacén en donde guardaban todo el material para las clases de educación física y algunos repuestos para los diversos equipos deportivos de Mirfield. Ahí en una estantería quedaban algunos uniformes doblados, sin embargo, en cuanto Hannibal los tomó fue obvio que ninguno le quedaría a Will, todos parecían ser de las tallas más grandes que quedaban.

"Ninguno de estos es de tu talla", señaló Hannibal con una expresión exasperada, para luego agacharse y abrir su maleta del gimnasio, "Toma el mío, debería quedarte un poco mejor, sólo lávalo antes de regresarlo".

Will atrapó en el aire el uniforme que le acababa de lanzar Hannibal y comenzó a buscar con la mirada los vestidores para poder cambiarse, sin embargo, antes de que los encontrara sus ojos se detuvieron en el cuerpo semidesnudo de su compañero de escritorio, Lecter tenía el torso descubierto y su pantalón ya tenía en botón desabrochado simplemente esperando a que el cierre fuera bajado para dejar al descubierto el resto del cuerpo.

"Dios", exclamó mentalmente Will mientras toda la sangre de su cuerpo viajaba hasta su rostro, casi inmediatamente se dio la media vuelta para poder cambiarse sin tener que ver nada más, porque al parecer un poco más de piel de Hannibal podría ser suficiente tentación como para causar que la sangre de Will se moviera hacía un lugar un poco más vergonzoso.

Hannibal esperó hasta que su compañero estaba completamente cambiado antes de hablar, "Ven, te voy a presentar a todos".

"Vamos", dijo Will con la cabeza baja en un intento por ocultar los restos de su rubor que se negaban a desaparecer.

Para cuando Hannibal y Will regresaron de cambiarse el equipo ya estaba acomodado en una hilera esperando el regreso de su capitán y Lecter se dispuso a presentar a cada uno, el líbero era un chico de segundo año y apariencia esbelta llamado Vernon, el acomodador se llamaba Eric y su cabello tenía una tonalidad de rojo que lo hacía parecer alguna especie de zorro, el otro chico que era atacante se presentó como Oliver, pero lo que realmente lo delataba como jugador de volleyball era su monstruosa altura y finalmente Hannibal y un adolescente llamado Cole, que estudiaba el último año jugaban como bloqueadores centrales.

"Ahora que todos nos conocemos, es momento de jugar", dijo Hannibal señalándole a los demás para que se dividieran en dos equipos de menor tamaño.

Will tragó saliva una vez más y se dispuso a acercarse al pequeño equipo conformado por Oliver y Vernon, no sin antes ofrecerles una sonrisa a modo de disculpa casi seguro de que su desempeño sería terrible.

"¿Estamos todos listos?" preguntó Hannibal mientras giraba un balón entre sus manos antes del primer servicio, para luego sonreír sarcásticamente y decir en voz alta, "Veamos que tienes William, haz tu mejor esfuerzo, que no te de vergüenza renunciar, también es de sabios reconocer cuando somos inútiles para algo".

Lonestar[Hannigram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora