Cuando Will regresó a 1981, se encontró a sí mismo dentro de uno de los salones. Al parecer, William había llegado demasiado temprano a su clase y se quedó dormido sobre su escritorio. En los pasillos se escuchaba el ajetreo normal del regreso de vacaciones, las voces emocionadas, los pasos apresurados de los que estaban a punto de llegar tarde y los saludos animados entre amigos que se reencontraban.Desde su banca, Will podía escuchar la conversación de un par de amigas carentes de pena que discutían sobre lo mal que besaba el novio de una de ellas. Will se mantenía atento al contenido de la conversación y de vez en cuando tenía que ahogar alguna risa para evitar ser descubierto, cuando el salón comenzó a llenarse de sus compañeros.
Una vez que se te asignaba un grupo en Mirfield, este se mantenía igual durante los tres años de escuela, esto con la intención de formar relaciones duraderas entre los alumnos y los profesores encargados de su orientación, sin embargo, esta decisión también tenía algunas consecuencias negativas, principalmente que los estudiantes tendían a platicar en clase, porque ya tenían amistades formadas del año previo.
El salón ya estaba casi lleno cuando llegó Hannibal, su mochila colgaba casualmente sobre su hombro y se veía más alto de lo que Will podía recordarlo. Casi parecía como si hubiera crecido en las vacaciones. Lecter se detuvo en su camino al escritorio que compartía con Will para saludar a Bedelia, conversó brevemente con ella, para luego sacar de su mochila un libro y dárselo.
La curiosidad carcomía a Will, quien no escuchaba totalmente el contenido de la conversación, lo único que podía hacer era tratar de deducir y preguntarse a sí mismo montones de cosas inútiles, ¿Será que le está regresando su libro?, o ¿Acaso se prestan libros mutuamente?, ¿Desde cuándo comparten literatura?, ¿Se lo prestó antes de las vacaciones o la vio antes de iniciar la escuela?...
"¿Qué tanto ves?", preguntó Hannibal mientras arrastraba su silla para sentarse.
"Nada", contestó automáticamente Will, escondiendo el rostro avergonzado.
"Pensé que habías visto a un fantasma o algo, te veías realmente distraído" Hannibal comenzó a acomodar sobre su mitad del escritorio todo lo necesario para tomar notas.
"Los fantasmas no existen", respondió Will, volteando a otro lado y tratando de adivinar si su rostro mostraba o no signos de rubor.
"Si tú lo dices" Hannibal metió su mano en uno de los bolsillos laterales de su mochila y le ofreció un caramelo a Will, "Por culpa de esto casi llego tarde hoy, creí recordar que te gustaban".
Will observó fijamente el envoltorio del dulce que le ofrecía Lecter, era idéntico al que habían compartido frente a la tumba de Mischa y se limitó a responder sin mucha emoción, "Gracias"
Hannibal se llevó un dulce a la boca y apartó la mirada antes de hablar en voz baja, "Will, respecto a tu última carta"
"No tienes que responder si no quieres o si te hace sentir incómodo", se apresuró a decir Will, mirando de reojo a su compañero de escritorio.
El ruido del caramelo contra los dientes de Hannibal se detuvo abruptamente, "¿De qué estás hablando? Solo quería preguntarte cuándo te parecería un buen día para nuestra ida al cine"
Will tragó saliva, sorprendido por lo directo de las palabras de Hannibal, ¿Acaso es posible que los sentimientos de William fueran correspondidos?, sin embargo, antes de que pudiera decir cualquier cosa, se vio obligado a poner atención al pizarrón, al frente del cual estaba parado el profesor encargado de su clase.
Mark estaba frente al pizarrón con su típica sonrisa que parecía nunca acabar de formarse y un suéter al que no le cabía una arruga más, "Buenos días, clase, espero hayan descansado en sus vacaciones porque este año no pueden permitirse las calificaciones del primer año, de ahora en adelante, cada cosa que hagan va a incluir en si podrán o no estudiar lo que quieren en la universidad".
Unos cuantos suspiros de hartazgo se escucharon a modo de respuesta para las palabras del profesor, después de todo, hasta el consejo más sensato se convierte en una molestia si pasa por los oídos del adolescente equivocado.
Mark alineó sus hojas golpeándolas contra el escritorio del profesor, "No quiero escuchar más suspiros, temo que ustedes suspiran tanto que un día van a salir volando del salón como si fueran globos".
La clase respondió con una risa que aligeró considerablemente el ambiente.
"Ahora, déjenme pasar lista" Mark se acomodó los lentes y comenzó leyendo los apellidos en orden alfabético. La lista transcurrió sin incidentes, cada alumno respondió cuando se le llamaba y la clase estaba lista para progresar cuando, sin previsión alguna, se abrió la puerta del salón de golpe.
Las miradas de todos y cada uno de los presentes se dirigieron en dirección a la puerta, tras de ella estaba la primera chica de la lista, quien había salido al baño. En su rostro no quedaba ni una sola gota de color y sus labios se abrían y cerraban erráticos sin pronunciar palabra alguna.
Era claro que algo malo acababa de ocurrir. No se necesitaban grandes habilidades ni ser psíquico para comprender que un rostro desencajado y un par de manos temblorosas solo pueden ser presagio de algo malo.
Los documentos se resbalaron entre los dedos de Mark sin que él se diera cuenta y preguntó inseguro, "Alana, ¿pasa algo?¿Estás bien?"
Alana dio un par de pasos incómodamente, sus zapatos hicieron un ruido pegajoso que movió la mirada de todos hacia el suelo que pisaba.
Detrás de Alana habían quedado un par de suelas sangrientas y sus piernas estaban bañadas en un inconfundible líquido carmesí.
"¿Necesitas que alguien te acompañe a la enfermería?", preguntó Mark, esperando que fuera una situación médica lo que tenía tan impactada a su alumna.
Alana negó con la cabeza y murmuró como pudo "No es mi sangre".
Mark se acercó hasta su alumna y la sacudió por los hombros, "¿Qué pasó? ¡Respóndeme!".
La adolescente miró con los ojos bien abiertos a su profesor y, por primera vez, su mirada recuperó la luz, era como si su conciencia hubiera vuelto abruptamente solo para poder pronunciar una palabra más, "Baño".
La primera persona en descubrir el cadáver de Freddie Lounds en el baño de mujeres había sido Alana, a ella le siguieron una oleada de alumnos que corrieron a la escena sin saber qué iban a encontrar.
Mark se abrió paso entre los curiosos empujando a sus alumnos para poder llegar a la escena y cuando por fin la tuvo al frente, se vio obligado a voltear a un lado para contener las arcadas, Freddie estaba en el suelo del baño rodeada de una piscina de un líquido rojizo que no parecía ser solo sangre, pues desprendía el asqueroso olor de la bilis. Sus ojos permanecían fijos en el techo con un temor inconmensurable y no parecía tener ninguna herida visible.
El primer día del segundo año de Will en Mirfield fue el día de la muerte de Freddie Lounds.
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Lonestar[Hannigram]
Fiksi PenggemarEn el momento en que Will Graham vió a Hannibal Lecter un deja vú lo invadió, "Yo a ti te conozco", pensó Will. En el momento en que Hannibal Lecter vio a Will Graham sintió un puñetazo que revolvía sus entrañas, "No puedes ser tú" pensó Lecter en...