w.w 16

322 21 8
                                    


Removiendose entre las sábanas, Natasha abre los ojos ligeramente y bosteza, incorporándose un poco contra el respaldo de la cama.

Extiende su mano sobre la mesa de noche y toma su teléfono para apagar la alarma antes de que suene.

Al otro lado de la cama, Wanda aún dormía tranquilamente.

Natasha observa la espalda desnuda que las sábanas no llegaban a cubrir y su mirada se detiene sobre su rostro o mejor dicho los mechones de cabello que evitan que vea su rostro.

Extiende la mano para acomodarlos pero se detiene antes de tocarla, indecisa sobre si perturbar su sueño o no.

— Hum… — Ella vuelve a acostarse con la mirada fija en el techo mientras se cuestiona cómo debería proceder a continuación. ¿Debería levantarse e irse? Pero… Este es su cuarto.

Prácticamente se podían ver los engranajes de su cerebro girar mientras fruncía el ceño.

Cuando una mano fría la pellizca en la cintura, Natasha voltea a ver a Wanda, quien le sonreía aún con los ojos cerrados.

— No actúes como una extraña. — Murmura Wanda, que prácticamente había podido sentirla pensar como si no hubiera un mañana.

Natasha resopla. — Aún no he hecho nada.

— Hmm… — Wanda aún tenía mucho sueño como para abrir los ojos y responder adecuadamente, así que se conforma con escuchar su respuesta y procede a  envolverse aún más en las sábanas.

— ¿Eso es todo? — Nat sonríe y le acomoda el cabello detrás de la oreja.

Se da cuenta que no tiene que preocuparse tanto y decide actuar como lo haría usualmente, siguiendo su rutina.

Se levanta de la cama con cuidado para no molestar a Wanda y se prepara para ir a correr.

Al salir, toma una botella de agua y mientras espera el ascensor no puede evitar reírse, recordando la cara adormilada de Wanda.

Entonces, el ascensor llega y de él sale Sam bostezando.

— Sam. — Nat alza una ceja al verlo. — ¿Recién llegas?

— Nat. — Sam saluda al verla y asiente antes de bostezar nuevamente. — Tony insistió en que teníamos que salir con él anoche y nos arrastró por la ciudad toda la madrugada. Estoy muerto.

Natasha sabe que su Tony estaba tratando de darles privacidad para que resolvieran las cosas pero quizás había exagerado un poco. — ¿Entonces, no vienes a entrenar conmigo?

Sam suelta un quejido al escuchar la pregunta y súplica clemencia. — Piedad, por favor.

— Estoy bromeando, tómate el día. — Nat lo saca de su miseria y lo ve saltar en su lugar con una sonrisa.

Sam por supuesto estaba extasiado con tener el día libre, pero su celebración se detuvo a la mitad. Era raro que le dieran el día así de repente.

Miró a Nat y entrecerró los ojos con cierta desconfianza. — ¿Es esta algún tipo de trampa?

Nat bufó con diversión. — ¿Quieres empezar a dar vueltas?

— ¡No, gracias! ¡Nos vemos! — Él se aleja antes de que Nat cambie de opinión.

Ella se ríe entre dientes y sube al ascensor.

Al salir fuera del establecimiento, estira un poco y empieza a correr alrededor.

Su trote matutino no tarda mucho, porque quiere volver antes de que Wanda despierte… no que haya tenido pinta de despertar pronto.

En esta vida o en la siguiente |Wandanat|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora