Cupido y judío

Episodio 2: Eric

Recuerdo que nosotros cuatro hemos sido siempre muy unidos, desde que tengo memoria incluso. Durante la niñez nos vivíamos entre aventuras extrañas y tardes libres en casa de alguno de nosotros, pero cuando fuimos creciendo las cosas cambiaron un poco: Stan había terminado con Wendy y ahora se la vivía buscando aventuras de una noche hasta que finalmente encontró a otra persona con quién mantener una relación seria (lo cuál no sería malo si su novio no fuera tan jodidamente insoportable, aunque él se las arregla) y Kenny también había dejado de darle tanta importancia al sexo y se dedicó a establecer una relación formal con Butters. Yo por mi parte seguía en ese romance inestable con Heidi en donde nos la vivíamos rompiendo y volviendo una y otra vez hasta que finalmente terminamos de manera definitiva cuando cumplimos dieciocho años, prácticamente era Kyle el único que había quedado soltero y sin salir con nadie más desde los diez años (o bueno, que yo sepa no había tenido una relación con alguien desde ese entonces).

Pese a todo esto nuestra amistad seguía siendo igual de fuerte, y aún siendo imbéciles inmaduros que estaban por terminar la preparatoria seguíamos siendo muy buenos amigos. Y aunque no siempre tomábamos las mismas clases juntos (extrañamente casi todas las mías debía tomarlas al lado de Kyle) siempre nos quedamos de ver en el mismo pasillo, sólo que esta vez Kyle se estaba demorando bastante así que Kenny y Stan comenzaron a hablar de sus respectivas relaciones, cosa que hasta cierto punto me fastidiaba y no dudé en expresarlo.

- Cállate Cartman - Kenny respondió casi de inmediato cuando los insulté llamándolos "empalagosos de mierda"  - eso lo dices porque rompiste con Heidi y no has estado saliendo con nadie más.

- Claro que no. Es sólo que ustedes hablan de sus novios como si a alguien aquí le interesara saber eso.

- Si salieras con alguien no dirías eso - esta vez fué Stan el que habló - alguien como...

Para mi mala (o buena, ya ni siquiera lo sé) suerte en ese momento Stan recibió un mensaje de Kyle, y en cuanto él vió que se trataba de esa rata judía volvió la mirada hacia mi, con sólo ver la sonrisa que puso y las miradas cómplices con Kenny supe que a ese par de imbéciles se les acababa de ocurrir algo.

- Bien, quizá pueda que tengas oportunidad de tener una nueva pareja, o tal vez de enamorar a alguien... ¿Apostamos?

Nuevamente la mirada que Kenny ponía al decir eso me decía que se le había ocurrido una idea, y seguramente no iba a gustarme aunque la idea de la apuesta era bastante tentadora, lo pensé un momento y acepté.

- Muy bien, entonces, si quieres ganar la apuesta tendrás que hacer que alguien se enamore de ti, y no cualquier persona, debes hacer que Kyle se te declare.

- ¡¿Qué?! - casi de inmediato expresé mi descontento con lo que Stan estaba diciendo, y es que entre todas las personas que pudo haber elegido tuvo que ser él, ese jodido judío - ¡estás loco! ¡me niego a dedicar tanto tiempo a ese jodido imbécil!

- Bien, entonces supongo que no quieres los mil dólares que podíamos ofrecerte si ganabas esta apuesta...

Estaba por largarme de ahí hasta que escuché algo sobre obtener mil dólares como recompensa. Odio admitirlo pero es tentador, lo suficiente como para aceptar a regañadientes esa apuesta. Las reglas eran simples, podía tomarme todo el tiempo que fuera necesario para enamorar a ese hijo de puta, los únicos requisitos que debía cumplir eran enamorarlo y no hacerlo mediante "trampas" como secuestrarlo o algo por el estilo, pero sí o sí debía lograr que se fije en mi y se me confiese.

Una vez que el trato quedó hecho ellos dos se fueron con la excusa de querer dejarme hacer mis primeros intentos para acercarme más a Kyle, y de no ser porque ya teníamos esa apuesta hecha también me hubiera ido. Me quedé pensando en cómo carajo iba a lograr eso sin volverme loco en el intento ni cagarla como solía pasar con mis otros planes, lo pensaba tanto que sin saberlo contaría con la ayuda de alguien para lograr mi objetivo.