(Recuerden leer el capítulo anterior para entender)
°
°
°Los destellos de la katana y el hacha iluminaban el campo de batalla como estrellas chocando en el firmamento.
Cada movimiento de los guerreros desataba una cascada de energía, haciendo temblar la realidad misma. El Guardián, guiado por la Luz, trazaba arcos luminosos en el aire, mientras que Alak-Hul, imbuido de la oscura colmena, respondía con cortes brutales que rasgaban la realidad misma dejando sorprendido al portaluz.
El suelo temblaba con la fuerza de sus choques, y los vientos de su enfrentamiento barrían cualquier rastro de tranquilidad. Alak-Hul, buscaba apagar la Luz del Guardián, mientras Satoru, con determinación inquebrantable, se mantenía firme.
Las heridas del Guardián se regeneraban rápidamente gracias a la fuerza revitalizadora de la Luz, pero cada corte de Alak-Hul dejaba una marca profunda. La katana y el hacha, emblemas de fuerzas opuestas, colisionaban en un espectáculo de destreza y poder divino.
El campo de batalla estaba marcado por cicatrices, pero el portaluz aún brillaba, resistiendo los embates de la oscuridad. Con miradas intensas, se lanzaron de nuevo al combate, sus armas danzando en una coreografía épica que desafiaría a los propios dioses.
El cielo se encendió con destellos de energía, reflejando la intensidad de la lucha entre dos fuerzas cósmicas. Cada golpe resonaba como truenos divinos, y la tierra gemía bajo el peso de su enfrentamiento.
Era un duelo donde la trama del destino se tejía con la luz y la sombra, y el resultado no solo decidiría el destino del portaluz, sino también un equilibrio mismo entre la Luz y la Oscuridad.
En un choque titánico, el hacha de Alak-Hul finalmente cedió ante la fuerza de la espada del Guardián. Con un estruendoso estallido de energía, el arma oscura se desintegró, dispersando fragmentos de sombras en el aire.
La pérdida momentánea de su arma emblemática no detuvo a Alak-Hul; en cambio, intensificó su furia.
Ambos guerreros, ahora desarmados, se miraron con determinación y continuaron su lucha en la órbita de la tierra. Sin perder un segundo, Satoru canalizó la Luz a través de sus manos, creando destellos de energía solar que danzaban alrededor de sus puños. Alak-Hul, en respuesta, desató la magia de la colmena, envolviendo sus puños en sombras ígneas.
La batalla continuó, pero ahora era una lluvia de puñetazos cargados de energía que creaban una oleada de fuertes vientos. El Guardián esquivaba los ataques oscuros de Alak-Hul con agilidad, contrarrestando con escudos de vacío al puro estilo de un titán.
Ambos desataban poderes elementales que iluminaban el cielo como un espectáculo de fuegos artificiales cósmicos. Incluso, en la ciudad demoníaca, todos detuvieron sus actividades y salían a las calles a contemplar las luces en la lejanía.
Muy lejos, una persona de vestimenta blanca y pelo plateado miraba con una expresión seria aquellos destellos lejanos más allá del cielo, su acompañante, una chica de máscara blanca y pelo largo también veía con sorpresa como los cielos se agrietaban.
ESTÁS LEYENDO
El Hombre del Arma Dorada | Mushoku Tensei
Fanfiction"La galaxia es vasta, pero cada guardian es una estrella que brilla con luz propia." En el vasto Multiverso, un jóven es misteriosamente renacido en un mundo antiguo, dotado de un poder que trasciende su imaginación, algo verdaderamente sobrenatural...