°•°Venganza•°•

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𝐁𝐢𝐥𝐥.

Algo nunca imaginado por mi estaba apunto de pasar.

Tal vez me estaba dejando llevar por la influencia de Tom y los demás, pero Dan de verdad necesitaba una venganza digna…

Tal vez estábamos un poco llevados por la situación, pero vamos, se había metido con la mujer de mi hermano, mi querida cuñada y buena compañía, nadie tenía derecho de meterse con ella, nadie…

El plan era algo macabro y eso sinceramente me daba algo de asco, pero el trabajo sucio no lo haría yo, lo harían mi noviecito y Tom, Gustav y yo solo seríamos personajes secundarios que mirarán con asco y desprecio, ¿mejor cooperación que esa hay? Claro que no.

En lo único que pensaba era en ver a ese tal Mark retorciéndose del dolor. Dan era una chica genial y su pasado es una mierda, no dejaría que su presente también lo sea, y haría todo tipo de cosas para que ella esté bien.

—Bill —Tom me llamo. —¿Seguro que te quieres quedar aquí? —pregunto bajando del coche junto a Georg.

—Mhh… —comencé a dudar de si quedarme o ir. Vale la vida es una, tengo que ir. —Voy, ¡Pero me cuidan! —apunte amenazante a ambos. Estos asintieron con una sonrisa y baje del coche.

Estábamos frente a un club muy bonito para ser sincero, la iluminación era de colores neón, algo que llamaba mucho la atención. Pero eso no quitaba lo mierda que era ese puto club, ahí mi pequeña Dan había pasado por muchas cosas horribles…

Caminamos hacia la entrada, un gorrilla de unos dos metros (no tanto pero me gusta exagerar) nos miraba de pies a cabezas, especialmente a Tom. Ya sabía que mi hermano gemelo era guapo (por algo es mi gemelo) pero tampoco para que lo desvista con la mirada.

Tom comenzó a caminar delante de nosotros, como si él fuera el capitán de nuestra “tripulación” (¿Qué tripulación? Ni puta idea, pero quedaba bien). El gorrilla se puso frente a Tom con los brazos cruzados, impidiendo nuestro paso a el club.

—¿Eres la puerta? —pregunto Tom con el ceño fruncido.

El hombre lo barrio con la mirada y se fijó en mi —Permítame pedirle la identificación, joven —me hablo con una sonrisa. Tom lo miro desconcertado y furioso, Georg cambio de lado y se puso detrás de mí, pasando su mano por mi cintura haciendo que me pegará más a él.

—No la he traído, ¿hay problema con eso? —hable con tono inocente.

—Jmm… por está vez te la dejo pasar, cielo —sonrió corriéndose a una lado de la puerta. Georg me tomo con mucha más fuerza de la cintura, estaba celoso… genial, hoy tenía problemas.

Una sonrisa falsa apareció en mi rostro, pase por la puerta y me quedé esperando a Georg y Tom, pero por alguna razón el hombre calvo no les permitía pasar.

—¡Cabeza de huevo! ¡Que me dejes pasar! —oí la voz de mi querido noviecito. Que apodo más sonso por Dios. 

—¡Que no, pelo de Rapunzel! —otra voz hablo. Ese era un buen apodo mi amigo pelón.

—¡¿Perdona?! ¡Envidia me tienes por mi hermoso pelo, rodilla andante! —volvió a hablar Georg. ¿Esto era una competencia de apodos feos o qué?... si es así, Georg va ganando.

—Por ese apodo estúpido menos te dejo entrar, ¡Pelo con aceite! —y volvió a hablar el huevo, esto me estaba aburriendo.

—¡Cállense los dos! —la voz de Tom furioso se oyó. —A ver, gorrilla de dos metros con escasez de cabellera, explícame el por qué no podemos ingresar al puto club.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 𝐋𝐨𝐯𝐞〡Bill Kaulitz, Georg Listing | Tokio Hotel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora