CAPITULO 1

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Las fiestas son algo que amo, amo bailar, tomar, drogarme y tener sexo con desconocidos. Aunque ese último me ha traído muchos problemas y mala reputación, se su pone que soy una persona de alto nivel y debería ser alguien con modales, mi padre dice que soy un "irresponsable con 24 años" ¿Pero qué quiere que haga? El me crío así, siempre me dio todo, sin importar que fuera algo dañino, el me compro durante años mis drogas, gracias a él soy un adicto de mierda.

Eran las 12:38 de la madrugada, estaba en camino hacia una de las mejores fiestas del año, ( o eso promete USA ) de todos modos no importa, lo importante es que pueda divertirme sin ninguna preocupación.

- Así que estás aquí? Tu papito te dejo venir ? - me preguntó mi mejor amigo

- De hecho, el no sabe que estoy aquí, pero solo pásame la azúcar, necesito darme un viaje rápido - mi amigo suspiro con decepción, con lentitud procedió a entregarme una pequeña bolsa.

- muchas gracias mi amigo, te prometo que te lo recompensare pronto - le dije con una sonrisa en mi rostro, me acerque a él para darle un pequeño beso en la mejilla.

Pronto me apresure para estar a solas, su casa era grande, así que solo debía encontrar una habitación para poder drogarme. Entré en una al azar, encuanto entre en el cuarto pude ver qué estaba ocupado

- Perdón, pensé que estaba vacía la habitación - antes de cerrar la puerta pude escuchar su voz.

- No te preocupes, puedes entrar, no me incómoda tu presencia - volví a abrir la puerta.

- Seguro? Solo quiero drogarme un poco -

- No importa mientras no me molestes - así que con confianza entre, el se encontraba sentado cerca de una pequeña mesa, justo al lado de una pequeña lámpara, al parecer estaba leyendo un libro ¿Quién leería un libro en plena fiesta?

- Tu nombre es Alemania? ¿Qué haces aquí? - pregunté con curiosidad

- Fui obligado a socializar - dijo sin despegar su vista de aquel libro, solo solté una carcajada, deje mi droga a un lado al igual que un suéter que traía puesto.

- ¿Por qué tan aburrido? Quieres divertirte un poco conmigo? - toque su cuerpo para que me prestará atención.

- Estás loco?! -

- No, solo veo que eres un chico muy apuesto, cuántos años tienes? -

- Tengo 26, tu propuesta es muy inadecuada, acaso no te da pena? -

- Mmmmm, déjame pensar..... NO! JAJAJA - el solo me miró con una cara de molestía, al parecer este chico sería difícil de convencer, eso me excitaba bastante, mi droga podría esperar un poco.

Empecé a ser insistente con el, cada uno de mis intentos y palabras seductoras fueron rechazadas, tenía que usar un plan B. Me senté encima de su regazo, fue entonces que me volteo a ver a los ojos fijamente, se veía nervioso, le quite el libro de las manos y lo deje en aquella pequeña mesa, el se aferró a su asiento, yo le di un pequeño beso, fue uno muy rápido, al separarme pude observar que estaba sonrojado.

- Pensé que sería más difícil, acaso es tu primera vez? - dije con la victoria en mis manos. Me levanté de su regazo y me diriji a la puerta de la habitación, la habri un poco para ver si había alguien serca, como no vi ningun alma volví a cerrar la puerta, pero estaba vez le puse seguro para mayor seguridad.

- ¿Qué estás planeando? -

- Quiero tener sexo, es todo ¿Tienes algún problema? - el solo desvío la mirada, amaba a los tipos como el, se ven tan tiernos.

- Si tú no quieres tener sexo, está bien, puedo irme cuando quieras - puse mi mano en mi cintura para esperar su respuesta.

- No acostumbro a hacer esto, y menos con extraños, pero si es lo que deseas... Podré hacerlo - al terminar de hablar se levantó de su asiento, Dios mío, era mucho más alto que yo, su cuerpo se veía trabajando y con buena figura, lo que más resalta de el fue su cintura, no era como la de una mujer, pero vaya que se veía muy, muy bien.

Me relami mis labios, el se quitó su saco y lo dejo a un lado de la cama.

- Quieres que sea rudo o amable? - oh, al parecer el iba enserio, así que me acerqué a él y lo tome de su corbata jalándolo hacia mi.

- Yo estoy dispuesto a todo, no importa que me tengas que amarrar a la cama, lo disfrutaré de igual manera - el solo sonrió y deshizo su corbata, al terminar la arrojó a la cama y momentos después comenzó a desabotonar su camisa.

- Tu si que eres muy atrevido -

De repente me arrojó a la cama, este tipo si que estaba necesitado, el comenzó a acercarse a mi, yo solo abrí mis piernas para el, dejándole paso para que estuviera arriba de mi. Nos comenzamos a besar, este tipo si era ardiente, los besos cada vez se intensificaron, y de repente sentí una presión sobre mi cuello, rápidamente abrí mis ojos, el estaba ahorcandome, sus manos podían cubrir mi cuello con facilidad, no podía respirar, poco a poco comencé a cerrar mis ojos.

- Dulces sueños cariño - Eso fue lo último que recuerdo de aquella noche.

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¿Síndrome De Lima? ¿Estocolmo? AleMexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora