ᴅᴇᴄɪᴍᴏsᴇ́ᴘᴛɪᴍᴏ ➳ ❝ ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ᴀ ᴠᴇᴄᴇs ᴅᴜᴇʟᴇ ❞

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Sentía mis ojos arder ante el hecho que nunca quise que sucediera.

Con todas mis fuerzas quise que este día se retrasara, o que nunca hubiera llegado, pero eso era algo imposible, no se podía tapar el sol con un dedo.

Ella lo amaba a él y no se podían cambiar los hechos.

Se veía feliz, con una enorme sonrisa en su rostro por el que era el mejor día de su vida. Mi dedo se iba sin querer al click de la cámara en cada oportunidad que ella saliera frente, luciendo preciosa sin esfuerzo alguno.

—¡Jungkook, ven aquí!

A lo lejos escuché la voz de mis amigos, sacándome de mis pensamientos que me atormentan en cada oportunidad que tienen y suspiré con fuerza, para caminar en dirección a ellos.

—¿Qué pasa?

—También queremos que nos saques fotos. — se quejó el peligris, poniendo mala cara. — sé que la protagonista es la novia, pero creo que le gustaría ver que sus amigos la pasamos muy bien el día de su boda.

Y caí en cuenta que lo que decía Namjoon tenía sentido.

Creo que de las trescientas fotos que he sacado desde el momento de la ceremonia, hasta la celebración en la gran mayoría aparece Eunjin.

—Eso no es cierto. — mentí. — he tomado muchísimas fotos. De todo y de todos.

—Entonces muéstralas. — Jeonghan movía sus cejas de arriba hacia abajo, claramente jugando conmigo.

No es un secreto para ellos que he estado perdidamente enamorado de Eunjin desde que éramos unos críos jugando a las escondidas y hasta se compadecian de mí. Estar en mi lugar justo ahora era malditamente horrible.

Dolía mi pecho de una manera feroz.

—Vayanse a la mierda. — les enseñé el dedo de en medio sin que nadie mas se percatara, haciéndolos reír a todos.

Como fotógrafo oficial del evento no podía estar demostrando tales actitudes.

—Aquí está mi fotógrafo favorito.

Volteé cuando sentí unas finas manos tocando mi hombro y ahí estaba, un ángel caído del cielo. Su vestido blanco perfectamente hecho a su medida, con toques de piedras finas incrustados en él, haciendo que brille mucho más de lo que hace su sola presencia. Su peinado tan pulcro en donde reposaba su velo y en su hermoso rostro maquillado de la mejor forma caían dos mechones, que eran su sello.

Peinado que traía, debían estar sus dos mechones.

—Aquí estoy. — sonreí embobado, sonrisa que fue disminuyendo al ver acercarse a Mingyu, su ahora esposo. — ¿necesitan algo chicos?

—Sí. — asintió eufórica. — queremos una foto con la familia de Mingyu, ¿será posible?

—Claro. Para eso estoy aquí el día de hoy.

—Estás aquí para ser mi compañía. Eres mi mejor amigo, debías estar presente en un día tan importante para mí.

Sonreí falsamente, sintiendo aquel nudo en la garganta que no me había abandonado desde que la vi caminando por el altar. Y es que es duro saber que nunca me arriesgué lo suficiente, que por mi cobardía y el miedo las cosas no pudieron cambiar.

Solo debía resignarme a ser el mejor amigo.

—Lo sé, tonta. Pero que me dieras esta oportunidad de demostrar mis habilidades para mí es super importante. — fui sincero. Estaba en mi último año de fotografía y tener momentos así antes de graduarme expandía mi curriculum.

One Shots >> J.JK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora