Halley está sorprendida con lo que le acaba de decir su padre sobre regresarse a Ohio.
—¿Qué? ¿Cómo que debo volver a Ohio? —pregunta desconcertada—¿Por qué me dices eso?
—Porque lo he estado pensando y creo que es lo mejor.
—Pero si tú mismo eras quien quería que viniera aquí.
—Sí, y tal vez hice mal. Después de todo, tú me dijiste que no estabas convencida de ir allá.
—Sí, pero eso era antes.
—¿Y qué cambió?
—Pues... —demora en contestar— Es que me gusta aquí. Me gusta la educación que brindan en este colegio. Además de que he hecho amigos.
—Puedes hacer amigos en otro colegio. O incluso puedes regresar al que estudiabas antes.
—Pero papá. No entiendo por qué ahora quieres eso.
—Porque sí. Es que... me equivoqué. No puedo pagar la otra mitad de tu beca.
Halley se queda en silencio por un momento.
—Entonces es por eso.
—Sí. Mis finanzas no están bien. Lo siento, linda, pero es mejor que vuelvas a Ohio.
Halley agacha la mirada.
Al día siguiente, contrario a sus deseos, había decidido irse a Ohio.
Su padre le dijo que eran por motivos económicos que no podía pagarle la media beca, así que ella no podía forzarlo a ello.
Era muy noble y gentil como para hacerle eso a su propio padre. Por ello, al día siguiente, el lunes, hablaría con la directora y se iría del Santa Teresa.
Pero antes de irse quería despedirse de las personas que había conocido allí.
Busca a James, pero este no se encontraba en el internado. Busca a Alexa y a Thomas, pero también habían salido el fin de semana al igual que Jade.
El único que estaba era Hunter, por ello va a verlo a su habitación. Al llegar toca la puerta.
Este le abre.
—Hola—le dice ella con una sonrisa —. Sé que no te gusta que te molesten en tu habitación, pero me tomé la libertad de hacerlo.
Él la mira seriamente. Luego sonríe.
—Pasa.
Halley entra. No sabía por dónde empezar. Eso de las despedidas no eran lo suyo.
—Mmm... ¿Qué estás haciendo?—Le pregunta ella.
—Nada importante.
Halley mira un videojuego.
—Oye, ¿y qué tal eso?
—No lo uso casi.
—¿Qué tal si jugamos?
En ese momento estaba tratando de evadir el tema por el cual había ido a ver a Hunter.
—De acuerdo —le responde él.
Se sientan en la alfombra frente a un televisor y se ponen a jugar. Pasan toda la tarde en ello.
—Creo que por hoy fue suficiente-dice él.
Apagan el juego. Se ponen de pie.
Halley se prepara para hablar.
—Yo... quiero decirte algo —dice ella.
—Yo también. Bueno, más bien mostrarte.
Se acerca a uno de sus libros. De él saca un papel.
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ENAMORADA DEL DIABLO
Teen FictionHalley Roosevelt ingresa a estudiar a un internado gracias a una beca. Al llegar allí lo primero de lo cual es advertida es sobre un chico llamado Hunter Hayes, a quien otros alumnos le temen al grado de apodarle "El diablo". Ella, queriendo que su...