Halley abre los ojos lentamente y se da cuenta de que está en la enfermería.Se sienta rápidamente en la camilla. Su pecho se mueve agitadamente. La enfermera entray se le acerca al verla en tal estado.
—Tranquila, ya pasó. Unos compañeros te trajeron, ya que e desmayaste.
Mientras tanto, esos dos compañeros, discutían.
—¿En serio no crees que debería alguien avisarle a su novio? —dice una chica.
—¿Estás loca? —le responde un chico- Tú estabas allí ese día que ese tipo dijo que si alguien le hacía algo malo a ella sería peor que si se lo hicieran a él mismo. Ahora imagínate cómo se pondría si sabe que llevé a su novia en brazos a la enfermería. No quiero una golpiza, así que ya olvídalo.
—No seas tonto. Si sabe que ayudaste a la novia, tal vez no te haga nunca nada malo. Y a mí tampoco, que también participé.
Los dos van con Hunter, quien estaba sentado en las gradas del cuadro de fútbol esperando a que Halley saliera de su práctica, lo cual debió ser hace una hora. Ambos se le acercan con cuidado. Él los mira de reojo
—¿Qué quieren? —les interroga con su característico tono atemorizante.
—Es que tenemos algo que decirte —dice la chica metiéndole un codazo en las costillas al chico, quien responde temblando
—Bueno, es sobre tu novia.
Hunter lo mira seriamente. Luego empieza a bajar las gradas paso a paso de forma intimidante.
—¿Qué pasa con ella? —los chicos retroceden- Pregunté que qué pasa con ella —el chico se queda congelado. Hunter lo toma del suéter—. ¡Habla!
La chica interfiere.
—Es que ella se desmayó frente a nosotros y la llevamos a la enfermería. Está allí.
Hunter suelta al chico. Después, sin decir nada más, se va hacia la enfermería.
Halley salía de la misma, cuando él llega tras de ella. Le pone una mano en el hombro, a lo que ella se espanta.
—Halley, ¿qué ocurrió? —ella se pone una mano en el pecho mientras lo mira— ¿Qué tienes?
Ella se contiene una lágrima.
—Nada, no era nada importante.
Empieza a caminar. Hunter la mira y luego la sigue.
—Te desmayaste.
—Solo era agotamiento, quizás por el fútbol. Lo único que necesito es irme a mi habitación.
—Te llevo.
Ella no dice nada, solo asiente. El camino hacia los dormitorios es callado. Cuando llegan a la puerta Hunter le entrega la mochila, la cual le habia llevado.
—¿Segura que estás bien? -le pregunta sintiéndose con dudas.
—Ya te dije que solo es cansancio.
—Ahora debo irme.
Entra a la habitación. Ve a Jade, quien le habla.
—Oye, estaba esperándote para compartir estas galletas Oreo. ¿Quieres?
Halley niega con la cabeza.
—Voy a tomar un baño.
Se mete al baño. Una vez allí se mira al espejo. Sus ojos se cristalizan. Empieza a quitarse lentamente la ropa, cerrando los ojos con dolor. Abre la llave de la regadera. Mira el jabón y lo toma. Lentamente, lo dirige a su cuerpo para enjabonarse, pero una vez comienza a hacer eso los recuerdos le llegan como ráfagas. Recuerda las manos de aquel tipo tocándole, por más que ella tratara de resistirse. Siente asco, y más de saber que él le tocó su zona privada.
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ENAMORADA DEL DIABLO
Teen FictionHalley Roosevelt ingresa a estudiar a un internado gracias a una beca. Al llegar allí lo primero de lo cual es advertida es sobre un chico llamado Hunter Hayes, a quien otros alumnos le temen al grado de apodarle "El diablo". Ella, queriendo que su...