La Búsqueda de Acco - Parte 2 - PROFANUM (Fragmentos) - "Escarlata"

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(Flotando bocabajo en ese espacio interminable Acco presencia la escena de dos personajes, casi como un sueño; viejos recuerdos de un pasado shora cuboerto por el polvo y las cenizas; por un lado un hombre escribe una carta, junto a ella una taza de café caliente que espera por un nuevo sorbo, cigarrillo tras cigarrillo, a media luz; mientras en la otra escena aparece otro hombre leyéndola en distintos momentos del día, a veces la lee en silencio, en otras llora, a veces guarda esa carta entre las páginas de algún libro, en otras olvida dónde lo hace. La ha leído mil veces, tiene esa necesidad por entender cada línea, cada palabra, de descifrar  lo que sentía y pensaba su autor, la estudia, la analiza, lee fragmentos, por momentos se llena de ira, golpea como un psicótico la pared, los muebles, está lleno de rabia; a veces sólo calla, se droga, pasa horas en la ventana, duerme, a veces en su cama, a veces borracho en el suelo, la carta es narrada por la voz del hombre que la escribe, una voz varonil que proyecta seguridad y confianza)

- "Si bien la vida está compuesta de distintas experiencias, de ilusiones y placeres en búsquedade la felicidad, es verdad que también está conformada de grandes retos, obstáculos, sacrificios, penurias, dolores y experiencias crudas que nos forjan día a día. La vida es cruel, puede ser difícil, tortuosa; sin embargo es maravillosa, vale la pena vivir la extraordinaria experiencia humana."

- "No es necesario presentarme, sabe usted quién soy, no perfectamente, tan sólo lo que me he permitido mostrar, pero de alguna manera me conoce ¿Sabe? He de decir con honestidad que no fue nada grato ni tomé con alegría (aunque predecible) el anuncio de su nuevo compromiso con la mujer que más he amado en la vida entera. He amado muchas veces, a muchas mujeres, de muchas maneras; pero nunca a nadie como a ella.

Hoy me hallo escribiendo esto con mucha confianza, sabe que para haber llegado hasta éste punto se tuvieron que sortear innumerables obstáculos, múltiples situaciones, ambos jugamos nuestras cartas. Estoy aquí redactando éstas líneas para usted, no por enojo, ni por frustración, rencor u odio, mucho menos por alguna otra negativa emoción; sino por probarme, por probar mi coraje y mi temperamento conmigo mismo, por amor, por amor propio, a mis semejantes y por amor a quien usted goza de tener y presumir. Tómelo como un capricho que hoy me doy el lujo de efectuar.

Sí, también la conocí muy bien (mejor que usted), entera, completa, y hecha pedazos; virtuosa, en sus momentos de gloria y en otros no muy gratos; con sus problemas, sus conflictos, sus demonios, sus defectos e imperfecciones; la conocí en sus malas rachas, en su peor condición, en situaciones poco honrosas; me amó con todo, lo aprendió hasta el final, me hizo sentir como nunca, me hizo sufrir como nadie; sin embargo, conocí y comprendí a través de ella lo más obscuro y luminoso de mi ser. Fue gracias a esa mujer que me volví más fuerte y perseverante, más aguerrido, astuto y tenaz, porque no es fácil ni sencillo cruzar un camino brumoso tomado de su mano y aunque pudiera decir lo contrario, fue entre su obscuridad donde hallé mi verdadera luz, la misma que ahora brilla y resplandece con intensidad, la misma que guardo en mi interior, aprendí a hacerlo solo, doloroso y eficazmente. Ya no es fácil herirme, mucho menos destruirme, he edificado en mi un nuevo ser.

Sé que escritos como este jamás harán justicia a los pensamientos de un hombre, lo sé; ámela con fervor. Yo la acepté como la mujer libre que siempre será, como el animal salvaje que puede llegar a ser; pero también como el más grande y bello ser humano que lleva por nombre aquél que a diario me arrancó suspiros. Tuve la fortuna de conocer a la más loca de las mujeres, la más caliente de las féminas y la más temperamental, al más aventurero de los seres y de encontrar a la joya más preciada aún cuando si quiera sabía que existía. A estás alturas ya habrá usted probado las mieles de su exhuberante ser, el nectar de su cuerpo; esa energía, esa fuerza y ese poder de su sexualidad, una bestialidad, la más salvaje; capaz de volver loco al más cuerdo y estable de los hombres; el fuego de su infierno, las delicias de su ser extravagante. Lleva consigo el arma más letal amigo. Ya usted descubrirá el por qué de su sobrenombre endemoniado.

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