Después de varias semanas sin verlo, no podía quitármelo de la cabeza. Nunca fui un tipo que tuviera gran conexión con sus compañeros de trabajo, pero ahora era diferente... Dylan era diferente de todas las personas que yo había conocido.
Pensé que si me acostaba con él lograría olvidarlo y dejar de tener estos sueños incómodos, pero nada estaba saliendo como lo había planeado. Los sueños habían parado, sí, pero ahora era el estar despierto lo que más me atormentaba. Si antes no me gustaba conectarme a las redes, ahora me disgusta el doble e incluso el triple. Los comentarios de las fans no eran un problema para mí, ya que siempre he sabido cómo llevarlos: ignorarlos todos eran mi solución. Pero, ¿qué hago si estos tratan de Dylan?
Las horas se me hacen eternas y cuento los minutos para cuando llegue la noche, así me olvido un poco de todo lo que está ocurriendo.
La puerta del baño se abre y aparece Bella con un pijama de color negro. Mis ojos se posan sobre su menudo cuerpo y alargo los brazos para envolverla con ellos. La quiero un montón y dudo que eso llegue a cambiar algún día, pero... Dylan.
-¿Dylan qué? ¿Qué tiene ese crío? –pregunta una desagradable voz dentro de mi cabeza.
-No lo sé –respondo. Porque ésa es la verdad. No sé qué tiene Dylan, pero sé que él es mi "pero". Es mi excusa, mi preocupación, la persona que ocupa mi mente día y la mayor parte de la noche.
-Timmy, tienes una cara extraña. ¿Te ocurre algo? –mi novia me toma de las mejillas y alza mi cabeza para mirarme directamente a los ojos. Su rostro alargado y sus largas pestañas castañas no logran atraparme como hace un par de meses atrás. Sé que si hablo, me temblará la voz y ella me hará preguntas hasta las tantas de la madrugada, así que solo niego con la cabeza y me aparto un poco para acostarme a dormir.
Isabella me suelta y se cruza de brazos, pensativa, pero no dice nada. Y solo entonces caigo en la cuenta, ¿cómo será la relación de Britt y Dylan? ¿Ella también le reparte besos por toda la cara cuando lo ve? ¿Ella también le aprieta las mejillas cuando se siente mal? ¿Puedo ser yo alguna vez quien le haga esas cosas? ¡No! ¡Peor aún! ¿Tengo la fuerza de voluntad para estar con un chico como él?
Sí, "un chico como él".
Hace un par de tiempo que he estado analizándolo... especialmente aquella vez en que me invitó al set de grabación de la serie Teen Wolf.
Estaba de camino a mi cuarto, en el hotel, cuando unas manos me tomaron por sorpresa. Me volteé tan rápidamente que llegué a tambalearme, pero ahí estaba Dylan para ayudarme.
-Dyl –dije, provocándole una gran sonrisa.
El castaño se pasó una de las manos por encima de la cabeza, revolviéndose el pelo y dijo:
-Brodie... estaba pensando en que... tú... -sus dedos bajaron hasta su barbilla, desviando toda mi atención a su provocativa boca.
-¿Qué? –lo apuré, pero no porque tuviera algo mejor que hacer, sino porque él siempre tardaba en decir las cosas cuando era algo importante o personal.
Sus ojos quedaron fijos en el suelo de baldosas y lo soltó todo. Lo dijo a tanta velocidad que no alcancé a escucharle absolutamente nada; solo pude retener la palabra "Wolf".
-Dyl, ¿puedes repetirlo?
-Aggh –maldijo, porque tendría que decirlo todo de nuevo–. Que si quieres venir al set de Teen Wolf conmigo, ya sabes, para que conozcas a mis compañeros y para compartir un rato juntos. Digo, pero si no quieres está bien por mí... no es necesario que vengas. No quiero que te sientas presionado a decirme que sí. Yo no me sentiré mal si no vienes, ¡es más! Ni me importa. Tú puedes hacer lo que quieras, ya sabes cómo son las cosas, ¿quién soy yo para...?
-Sí.
-¿Ah? ¿Sí vendrás? –preguntó emocionado, pero sin dejar de lado esa mirada tímida.
-Sí, sería un placer acompañarte a tu lugar de trabajo. Me siento halagado de que hayas pensado en mí.
Sigo el trayecto de sus manos, que se juntan en medio de nuestros cuerpos. Sus dedos tiemblan y, por la expresión que tiene en la cara, sé que está muy nervioso.
Me pregunto por qué será. Dylan nunca ha sido de ese tipo de personas que se avergüenzan por algo. De hecho, pensé que nunca lo vería en una situación tan incómoda...
Vuelvo a la realidad cuando Bella me abraza. Me había quedado dormido pensando en él. Entrelazo mis dedos con los de ella y vuelvo a cerrar los ojos.
Ahora mis recuerdos se trasladan al día en que fuimos al set.
-Y bueno, él es Tyler. Hermano –deja la presentación de lado para abrazar a uno de sus mejores amigos. Posey estira una de sus manos y yo la tomo, sonriéndole educadamente.
-Un gusto –le digo. Entonces miro a Dylan, que nos rodea a ambos con sus brazos firmes y cálidos.
-Igualmente –responde el chico moreno y alto, y de brazos musculosos, y de abdomen marcado, y de... Después de unos segundos, noto que le envidio de cierta manera.
-Dylan, adivina qué han preparado hoy en la cafetería, ¿por qué no vamos al comedor para que lo veas?
-¡Nuggets de pollo! ¡Nuggets! ¡Dime que son Nuggets, Tyler! –exclama el castaño, tomándolo del brazo para mirarlo a la cara. Su amigo entrecierra los ojos y después de unos tensos segundos para Dyl, asiente con la cabeza. O'Brien da unos dos brincos y luego se tranquiliza.
Yo, en momentos como este, solo puedo preguntarme: ¿Por qué se comporta de esa manera?
-Los Nuggets son su comida favorita... -me susurra Tyler al oído, como si fuera un experto en su vida.
-Ah –es todo lo que digo.
¿Qué sé sobre él? A ver... trabaja en Teen Wolf, le gustan los Nuggets; No, eso no cuenta. Eso acabo de saberlo. A ver...
-Thomas Brodie –me llama Dylan, sacándome de mis pensamientos. Sé que es él, porque es el único ser humano en este mundo que tiene que incluir el "Brodie" en todo. O es Thomas Brodie, o es Brodie Sangster.
-Dime.
-Vamos. Ven con nosotros. No querrás quedarte a solas con Holland –dice.
-¡Ey! –se queja ella por detrás, pero igualmente está riendo porque sabe que él no lo dice en serio. Le echo una mirada antes de ir con ellos al comedor: está sentada con las piernas cruzadas mientras una chica le trenza el cabello. Un peinado típico de su personaje Lydia.
Conforme va pasando el día, noto que Dylan intenta incluirme, pero no puede evitar conversar con todo el elenco. Había creído que me enseñaría los lugares en donde ha grabado, que me mostraría la utilería y esas cosas, pero no. Solo está riendo con los demás y yo voy detrás de él como un perro faldero, dedicándole sonrisas forzadas a sus compañeros.
Entonces hace su show: se coloca a bailar y ríe ampliamente. Su sonrisa ilumina el lugar y me da la sensación de que es el alma de la fiesta.
Luego llega un punto en donde no puedo seguirle el ritmo y le pido un descanso.
-Lo siento, no he dejado de ir por aquí y por allá. Perdona... he sido desconsiderado –se disculpa con una expresión triste.
-No importa. Solo estoy algo cansado.
Me hace una seña de que lo espere un momento y cuando vuelve, veo que carga una silla con su nombre. Su silla. La coloca a un lado de mi cuerpo y me dice que ya puedo sentarme.
-Gracias.
Ni siquiera pienso en ser educado y decirle que no es necesario, porque en serio estoy cansado como los mil demonios. Dylan es uno de los chicos más enérgicos que he conocido y todavía pareciera que le queda aguante a su pila. Las piernas me cuelgan y mis brazos permanecen apoyados en el reposabrazos.
-¿Y qué te ha parecido todo?
Ni siquiera había notado en qué momento fue a sentarse junto a mí. ¿Debería decirle la verdad? Yo... no creo que deba. Pero las palabras salen de todas formas, cargadas de un tono burlón con la esperanza de que él no se lo fuera a tomar para mal.
-Creo que he conocido más a tus amiguitos que el set –confieso.
O'Brien baja la cabeza y me doy cuenta de que la he cagado. Me devano los sesos pensando en algo que decirle para retractarme, pero nada viene a mi mente. No es de sorprenderse que me quede en blanco en momentos como éste.
-Tienes razón.
-No, Dyl. No quise decir eso –empiezo a corregir mi error, pero él me interrumpe. Sus ojos se encuentran con los míos y veo frialdad en su mirada. Tiene una sonrisa torcida y sin gracia. Este no es el Dylan que se muestra frente al resto.
-Al equipo te lo pude haber presentado cualquier otro día, en cualquier otro sitio. Y yo te dije que veríamos el lugar... Ahora se está haciendo tarde y he perdido el tiempo en tonteras.
Sus dedos aprietan el reposabrazos con tanta fuerza que los nudillos se le vuelven blancos. Pero, entonces, Holland se acerca y él vuelve a adquirir esa sonrisa carismática y fingida.
-Te llevaste mi silla, Dylan –le dice la chica, sonriéndonos a ambos.
-Qué va. Ni la estabas ocupando –le responde él, negándose a pasársela. Apoyo el codo sobre la madera y recargo el mentón en la palma de mi mano, pensativo. ¿Por qué pareciera que Dylan tiene doble personalidad?
Vuelvo a abrir los ojos, preocupado. Estoy sudando. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que sigo en mi habitación. No sé cuánto tiempo he pasado durmiendo, soñando con él, pero Bella ahora está dándome la espalda. Su respiración es acompasada y noto cómo tiene aferrada las mantas. Ni siquiera me pongo a pensar en por qué estoy sudando si estamos en otoño y estoy completamente destapado. Dylan me es mucho más importante.
-Basta, Thomas. No puedes seguir torturándote con este niño –me reprende mi yo interior. Y aunque sé que tiene razón, no puedo evitar seguir viéndolo en sueños. Es algo que no depende de mí. No tengo el control. Se sale de mis manos.
Estamos en una entrevista junto al resto del cast de Maze Runner.
Dylan está sentado al lado mío, a mi derecha, y Alex en el otro. El hombre le hace una pregunta a un chico que está dos puestos más hacia mi izquierda así que dirijo la mirada hacia él, pero el susurro de Dylan llega hasta lo más profundo de mis pensamientos, desordenándome las ideas y dejándome sin la capacidad de pensar claramente.
-Thomas... -me dice suavemente.
Por un lado, quiero voltearme y escuchar lo que quiere decirme, pero... por el otro, no quiero quedar como un mal educado. Así que junto toda mi fuerza de voluntad y me mantengo firme en aquella posición, dándole medianamente la espalda al castaño. Como su primer intento resulta fallido, me pega un codazo en el brazo, que me saca de mis casillas y mi máxima concentración en intentar ignorarlo. No debo hacerlo. Sin embargo, me volteo instantáneamente hacia él. Y quiero gritarle, decirle que deje de ser tan inmaduro, pero me sonríe tan dulcemente que no consigo hacerlo. También le dedico una sonrisa y me quedo observando cómo su camisa de color azul marino logra resaltar tan jodidamente bien sus brazos...
Me dice algo que no logro entender y se echa a reír, inclinándose hacia delante para luego volver a su posición inicial.
-Shhh –le pido gentilmente. Estoy al tanto de que no puedo resistirme a sus constantes llamados, pero no puedo ser tan descortés con las demás personas, especialmente con el público. Dylan asiente con la cabeza y yo, confiado en que entendió lo que quise decirle, me doy vuelta para mirar a Alex, que es quien está hablando en este preciso instante.
-Brodie –vuelve a llamarme al notar que estoy dejándolo a un lado por alguien más. Pero es que, ¿por qué tiene que tomárselo todo de esa forma? Como si pensara que voy a abandonarlo, abandonar nuestra amistad, solo por mirar a alguien que merece más atención. Más atención que él. Me da unos golpecitos en el brazo, y mientras menos pienso en girarme, él más fuerte me pega. Pero no me hace daño.
-¿Qué? –le pregunto con resignación, mirándolo directamente a la cara. Su expresión se vuelve confusa y me doy cuenta de que realmente no tiene nada que decirme. Simplemente no quiere que lo deje, pero ¿por qué? ¡Estoy al lado suyo!
Sus ojos van de un lado hacia el otro y mi corazón parece romperse en miles de pedazos. No quiero verlo así: presionado. Así que dejo salir una risa forzada para no incomodarlo más de lo que ya está.
-... que te quiero –me dice.
-Yo igual.
La entrevista sigue su curso como es debido. Dylan parece captar mi mensaje y, a pesar de que se ve algo triste, responde las preguntas con amplias sonrisas y expresiones totalmente exageradas. Pero sus ojos brillan con tanta fuerza que algo me dice que solo quiere que esto termine cuanto antes para poder marcharse a casa con Britt. Siempre que está triste recurre a ella, como si intentara escapar de algo o alguien. O como si ella fuese un importante pilar en su vida en el cual apoyarse.
Y, sorpresivamente, algunas cosas comienzan a encajar en este maldito rompecabezas. Mi corazón comienza a latir muy deprisa. Tengo miedo, miedo de quererlo más de lo que ya lo hacía. Me abruma la idea de que, a lo mejor, yo lo quiero más que él a mí.
Desaparezco de aquel lugar y, cuando miro mi entorno, ya no estoy en ninguna entrevista, ni hotel, ni set de grabación. Estoy en una habitación de paredes pintadas con colores pasteles. Hay una mesa en el centro y un par de ideas expuestas encima.
-¿Cómo es que no me di cuenta antes? –me pregunto a mí mismo, y mi yo interior se encoje de hombros. Siempre intenté buscarle una explicación al constante comportamiento efusivo y extremadamente fingido de Dylan, pero nunca llegué a ninguna conclusión. Recuerdo una vez en la que Will estaba burlándose de mí por algo, pero sé que no fue nada serio porque me enojé mucho con Dylan cuando comenzó a defenderme. Se burló el doblemente de mal con el chico y yo solo le dije: Jesús, Dylan. A veces no sé por qué te comportas así. Esas palabras no han salido nunca de mi cabeza, y en muchas ocasiones me siento mal por haberlo reprendido de esa forma tan dura.
Luego está el hecho de que siempre está en movimiento, especialmente bailando. O con gente. La mayor parte del tiempo se la pasa con amigos, pero nunca está solo.
Luego recuerdo esa entrevista en la que Wes estaba hablando, pero él se puso a hacer tonterías para hacer reír a los que estábamos allí presentes. Yo lo ignoré porque me pareció una falta de respeto, pero Will y Kaya comenzaron a reírse, distrayendo a todo el mundo. El público poco menos lo ovacionó, y yo solo me limité a negar con la cabeza ya que me parecía una maldita estupidez todo aquello, en especial la causa por la cual estaban perdiendo la compostura.
El yo de mi sueño asentía la cabeza con obviedad, como si tuviera la respuesta al alcance de las manos, pero mi yo que dormía aún necesitaba una última pista. El pulso se me aceleró y quise gritar, echarme a correr, o incluso pegarme en la cabeza contra una de las paredes. ¿Qué era eso tan "misterioso" que había en Dylan y que nadie más sabía? ¿De verdad tendría una doble personalidad? O, más terrible aún, ¿de que se trataría ese lado oculto? ¿Me dejaría verlo alguna vez?
-"¿Querrías verlo?" Es la pregunta correcta, Thomas... -vuelve a hablarme aquella voz dentro de mi mente.
Nuggets de pollo. Teen Wolf. Veintitrés años. ¿Qué más sé sobre él? Podría mencionar el nombre de sus padres, el de su hermana, el de las series que le gustan, pero... ¿qué cosa de verdad sé acerca de él? Si Dylan le contase a su entorno (sus amistades) sus hobbies, pasiones, e incluso algunos de sus problemas menores, yo ya tendría que saberlo. En el mundo del espectáculo todo se sabe. Todo. Siempre y cuando alguien haya escuchado de sus labios salir aquellas verdades. ¿Es Dylan quien no las cuenta o es la gente a quien no le interesa oírlas? ¡Quiero saberlas! ¡Deseo con toda mi alma conocer todo sobre él!
Aprieto los puños con fuerza, y no es entonces cuando despierto que me doy cuenta de que tengo aferrado mi teléfono con ferocidad. No pierdo el tiempo preguntándome cómo diablos ha llegado eso allí, ya que muchas veces me ha pasado que despierto en otro sitio o en otra posición, como si hubiese despertado durante la noche y ni enterado al día siguiente. Me paro de un salto de la cama y avanzo a zancadas hasta el baño. Cierro la puerta con pestillo y me siento sobre la tapa del inodoro, presionando una de las teclas del celular para encenderlo. Una vez que he desbloqueado la pantalla, ingreso a google para posteriormente colocar en el buscador: Dylan O'Brien Wikipedia.
Sé que suena muy psicópata y un tanto obsesivo, pero no puedo dejar de pensar en el hecho de que nadie sabe nada de él. Y más tonto aún es creer que en Wikipedia encontraré algo que el resto no. Como si tuviese un acceso secreto exclusivamente para mí.
¿Qué me dirá está página sobre el chico de bonitos ojos cafés?
*Y ustedes, larchinas, ¿qué saben en verdad sobre Dyl?
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Dylmas (Dylan y Thomas)
Fiksi Penggemar¡HISTORIA BASADA EN HECHOS REALES! -recuerden siempre leer las letras pequeñas- Después de un encuentro sexual entre Thomas y Dylan, donde el primero solamente deseaba aclarar si lo que sentía por él era amor o atracción, se desencadena una serie de...