Dylan y Stiles

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-Thomas –me dice Tyler con una expresión de confusión cuando abre la puerta. Sé que mi visita improvisada lo ha tomado por sorpresa, pero algo en su ceño fruncido y en su mirada escrutadora me dice que él ya sospecha del por qué estoy aquí.
Todo siempre se reduce a Dylan.
-Hola. Yo... tengo que hablar contigo de algo importante –balbuceo con nerviosismo.
Sus músculos se tensan y por un momento pienso que va a cerrarme la puerta en plenas narices, pero cinco segundos después, se aparta del medio y me deja pasar al interior. Una vez que estoy dentro, me hace señas de que tome asiento y eso es justamente lo que hago. Me dejo caer en uno de los sillones y él hace lo mismo.
-¿Y bien? –me pregunta, yendo directamente al grano.
Cuando venía de camino aquí, me vine pensando en cómo preguntarle mis dudas sin necesidad de tantos rodeos. Pero viendo que me ha dejado mi oportunidad en bandeja de plata, sería un idiota si la desaprovechara.
-Estaba haciendo... digo, viendo... -quité mi mirada de sus ojos verdes y me pregunté cómo pude haber sido tan imbécil. Cómo voy a decirle así sin más que he estado durante horas investigando sobre Dylan. Voy a quedar como un payaso obsesivo y psicópata.
-¿Viendo qué? –me consulta el morocho sin entender nada–. ¿Quieres que te traiga un jugo o una gaseosa?
-No te preocupes, estoy bien así... ¿Sabes qué? Un vaso con agua estaría bien.
Hoechlin se levanta de su asiento y se dirige hacia la cocina para traerme lo que le he pedido. En verdad no tengo una pizca de sed, solo quería ganar tiempo para pensar cómo decirle todo lo que he estado pensando en estos últimos días sin hacerme parecer un demente.
Quizás si parto por contarle que hemos tenido un distanciamiento... No, no, eso queda descartado. Él empezaría a preguntarme por qué hemos peleado y tendría que decirle toda la verdad. Pero solo de esa forma podría explicar el hecho de me haya bajado esa necesidad de saber más de él. Mierda, ¿cómo lo hago?
-Aquí tienes –acepto el vaso que me tiende, y enseguida le doy un sorbo para que no piense que lo he hecho parar por nada.
-Yo quería saber si... -comienzo a decirle, pero él me interrumpe.
-Quieres hablarme de Dylan, ¿no es así?
-¡No! Digo... sí –confieso avergonzado–. ¿Cómo lo supiste?
-Bueno, no es como si tuvieras otro motivo por el cual estar aquí –deja escapar una carcajada, pero el momento es tan incómodo y tenso que no puedo ni siquiera fingir una sonrisa–. Perdóname. ¿Y bien?
-Quería que, hum... -hago una corta pausa y me toco la barbilla pensando en cómo formular mi primera pregunta, o idea, o lo que sea–, me respondieras si ustedes son amigos.
Vaya, qué pregunta más imbécil le he hecho. Ahora debe pensar que soy la persona más tonta del universo.
-Sí, lo somos. Thomas, ¿a qué quieres llegar con todo esto? No me imagino que hayas venido hasta aquí solamente para preguntarme qué tan amigos somos él y yo.
El calor se me sube al rostro, pero me obligo a mantener la calma. Digo, hasta él puede formular mejor las preguntas que yo.
-Claro que no he venido hasta aquí solo por eso. Pero es una parte... –levanto el brazo lentamente y le doy otro sorbo al vaso con agua– una parte importante.
-Continúa –me pide Hoechlin.
Me relamo los labios y dejo el vaso en la mesita de centro que tengo justo al lado. No puedo seguir comportándome como un cobarde. Tengo que decírselo.
-Mira, no sé qué te ha dicho de mí, pero necesito saber qué tan unidos son ustedes dos. Y también quiero saber qué tan fuerte es el lazo que tiene con el resto de sus amigos.
Tyler tiene una mueca en el rostro que se me hace imposible descifrar. Me mira como si estuviera hablando puras cabezas de pescados e incluso yo me doy pena a mí mismo. Luzco muy desesperado por saber la verdad, pero no es momento de echarme para atrás. Tengo que enterarme de una maldita vez con qué clase de persona he estado conviviendo todo este tiempo.
-Dylan y yo solo somos buenos amigos –se cruza de brazos y me mira con el ceño fruncido, a la defensiva–. Y la relación que tiene con los demás deberías de preguntárselo a ellos. O, mejor aún, ¿por qué no vas a la casa de él a aclarar tus dudas? No entiendo qué tengo que ver yo con todo esto.
Se pone de pie y tengo el vago presentimiento de que es una invitación para que yo haga lo mismo. Pero si me paro... seguramente va a correrme de su casa y no estoy dispuesto a irme sin respuestas.
-No fue mi intención que te lo tomaras tan personal –intento disculparme, pero él estira el brazo para tomar el mío. Me agarra suavemente de la manga de mi chaqueta y tira de ella para obligarme a ponerme en pie.
-Tienes que irte. Ahora. Además, tengo que salir dentro de poco y no puedo seguir hablando contigo –me dice.
Son solo excusas. No me quiere echar porque tenga algo más importante que hacer, sino porque me está ocultando algo... Y ese algo tiene que ver con Dylan.
No tengo la valentía para oponerme y luchar contra él, es por esto que sigo sus pasos mientras me conduce hacia la salida. Pero una vez que está por abrir la puerta, me pongo en medio de él y el picaporte, impidiéndole hacer lo que tiene en mente.
-No me voy a ir a ningún lado hasta que no me respondas por qué mierda nadie sabe nada de Dylan –le advierto con determinación. No me doy cuenta de lo terribles que suenan mis palabras hasta que no han brotado de mi boca.
Tyler esboza una sonrisa poco amistosa y camina hasta el comedor para tomar el celular que hay encima de la mesa. Desbloquea la pantalla y, después de unos segundos, se lo acerca a la oreja. Al parecer está llamando a alguien.
Lo primero que se me viene a la mente es que está marcando al número de la policía, pero eso es algo tan imposible y ridículo que se me escapa una risita nerviosa. No creo que él sea capaz de sacarme de aquí como si fuera un delincuente.
-Dylan... –dice Hoechlin con voz ronca, y el corazón se me cae a los pies. Mi mundo comienza a derrumbarse lentamente y sé que, con lo enrabiado que estoy, puedo correr, arrebatarle el teléfono y cortar la llamada antes de que Dyl se entere de nada.
-Tyler, por favor –le suplico en susurros para que el castaño no me oiga desde el otro lado de la línea.
-¿Qué pasa, bro? –escucho su voz a pesar de que estoy a más de cuatro metros de distancia. Su voz... hace semanas que no la oía. Mi estómago se revuelve dentro de mi cuerpo y, aunque suene asqueroso, las maripositas me hacen querer vomitar de los nervios.
Tyler se queda mirando mi expresión de desesperación durante un tiempo interminable mientras Dylan pronuncia su nombre repetidas veces, cada vez más alterado.
-Tyler, ¿por qué no me hablas? Tyler, ¿pasó algo?
-Por favor –vuelvo a suplicarle, y él vuelve a tomar la palabra.
-No pasa nada, Dyl. Después te llamo –sin esperar a que el castaño diga algo más, Hoechlin termina la llamada.
Dejo salir un suspiro de alivio y me apoyo contra una de las paredes para no caer al suelo. Nunca en mi vida había tenido tanto miedo. Mis piernas han flaqueado y tiritan suavemente.
Quiero gritarle en la cara que ha sido un maldito imbécil. ¿Cómo se le ocurre asustarme de esa manera? Los ojos me arden y sé que si no tomo el control de mi cuerpo ahora mismo, voy a echarme a llorar por toda la frustración que siento dentro.
Necesito abrazarme a mí mismo y decirme que todo va a estar bien, pero me vería como un niño pequeño que está rogando ser consolado por alguien más. Entonces aparece otra vez esa molesta voz solamente para decirme que la razón por la cual siento tanta pena es por él, porque lo extraño más de lo que nadie pueda llegar a imaginarse. No soy capaz de confesarle ni a mi sombra lo mucho que lo necesito en mi vida, ni todas las veces que me he quedado pegado mirando a la nada, imaginando sus ojos brillantes y esa sonrisa traviesa que pone siempre que dice que me quiere. Pero todo eso ya es pasado.
-¿Estás bien? –me pregunta el ojiverde cuando deja nuevamente el celular sobre la mesa.
Noto que una lágrima me cae por la mejilla y rápidamente me encargo de hacerla desaparecer. No quiero que él me vea llorar.
-Por supuesto que no estoy bien. ¿Y a ti qué más te da? –Tyler vuelve a ofrecerme el vaso con agua y yo lo recibo simplemente porque el dolor que siento en la garganta no me deja hablar tranquilamente. Una vez que me he tomado casi toda el agua, añado–: ¿Vas a explicarme por qué nadie conoce a Dylan?
Hoechlin me mira a los ojos y aprieta la mandíbula. Estaba en lo cierto cuando pensé que me estaba escondiendo algo, pero eso no significa que me va a contar qué es lo que se esmera en ocultar.
-No sé de lo que me estás hablan...
Dejo caer el vaso de un golpe sobre la mesa, callándolo, y me acerco a él de manera desafiante. Sé que no lo intimido ni siquiera un poco, lo cual tampoco era mi intención, pero me alegra ver que se haya dado cuenta de que si estoy aquí pidiendo explicaciones es porque de verdad estoy interesado en saber qué está ocurriendo con O'Brien.
-Tyler, no soy un idiota. Sé que debe haber alguna razón por la cual no hay nada en internet sobre él.
-Eso es porque él es muy reservado con sus cosas –me responde sin darle tanta importancia al asunto. Rodeo los ojos con impaciencia. Todavía tengo que ir a visitar a Dylan dentro de la tarde, y su amiguito no me lo está haciendo nada de fácil.
-De acuerdo, sé que existen personas reservadas... Yo soy una de ellas, pero igualmente se pueden encontrar más datos de mí que de él.
-¿Y eso por qué te sorprende tanto?
-¡Porque Dylan es más famoso que yo! Da lo mismo qué tan amiga sea Holland de él. No importa cuánto lo quiera Posey. ¡Ningún secreto puede permanecer oculto! Si Dylan les contara a ellos cosas de él mismo, entonces ya medio mundo lo sabría.
-No entiendo qué es lo que estás queriendo decir –me suelta, sentándose otra vez en uno de los sillones.
Entonces caigo en la cuenta de que Dylan no se ha revelado ni siquiera con ellos. De haberlo hecho, ya sabríamos una que otra cosa sobre él. Pero ¿por qué ni siquiera sus amigos saben algo?
Maldición, no tengo tiempo de ir casa por casa preguntando cosas estúpidas como si esto se tratase de un juego de niños.
Me doy media vuelta y me dirijo hacia él para volver a encararlo, puesto que sigo con la idea de que Tyler es el único y verdadero amigo de O'Brien.
-No sé por qué defiendes tanto esa tonta postura. Tú y yo sabemos que hay algo más detrás de todo esto y posiblemente tú ya lo sepas. Pero no podrán ocultármelo por mucho tiempo –le advierto.
Cuando ya le he dicho todo lo que tenía en mente, camino hacia la puerta con el orgullo por el piso y el corazón latiéndome con fuerza. Nunca había experimentado tantas emociones juntas en una sola hora.
Tomo el picaporte con una mano y veo que Tyler se pone de pie para detenerme.
-Espera.
-¿Qué? –le espeto con molestia.
-Sí hay algo que mereces saber –su mirada llega a parar al suelo, como si acabara de confesarme uno de sus peores pecados–. Sonará extraño que te diga esto después de todo lo que ha pasado recién, pero realmente me alegro de que hayas llegado a su vida.
Abro la boca para preguntarle a qué se refiere, pero él me pide que por favor lo escuche sin interrupciones.
-Hace un tiempo yo estaba igual que tú, preocupado por la misma razón. Quería saber más de él, pero por más que buscaba... no hallaba nada. Un día cualquiera, encaré a Dylan por ello y supe que era mejor no volver a hacerlo. Me prometí a mí mismo que nunca más iba a volver a preguntarle cosas sobre su pasado, o sobre sí, y que trataría de impedir a toda costa que alguien más también lo hiciese. He intentado todo este rato hacer que te olvides del tema, pero teniendo en cuenta de que seguramente apenas salgas de aquí vas a ir corriendo detrás de él... no me queda mucho remedio que rehusarme y decírtelo.
-¿Decirme qué? –pregunto con un hilo de voz, temiendo lo que él pudiera decirme.
-Que tienes razón. Hay un motivo por el cual nadie sabe nada de él, y en parte se debe a que es él mismo quien se ha negado a hablar de su vida.
-¿Y por qué habría de negarse a hablar sobre su vida privada con sus propios amigos?
Tengo un mal presentimiento, como si se avecinara algo realmente malo.
-No lo sé con certeza, pero el tiempo me ha ido afirmando algunas teorías... -me responde.
Sé que no va a hablarme de sus suposiciones así que hago una recopilación de todas las cosas importantes que he descubierto hasta el momento:
*Dylan se esfuerza considerablemente en mantenerse activo, anulándole a su mente la posibilidad de pensar.
*Detesta que no le preste atención, como si pensara que fuese a abandonarlo.
*Siempre recurre a Britt cuando se siente mal.
*Se la vive diciendo cosas graciosas, bailando y haciendo gestos en sus intentos por ser el centro de atención.
*Dylan no cuenta nada sobre sí mismo o las personas a su alrededor no están interesadas en saber nada de él.
Ahora... ¿qué puedo hacer con todo esto? Tyler percibe mi expresión de confusión y me dice:
-Pero eso no es lo que quería decirte.
-¿Ah, no?
-No –me responde secamente.
-Entonces ¿qué es?
Hoechlin mira hacia todos lados, como si alguien pudiera estarnos espiando y se acerca a mi oreja para susurrarme ese gran secreto.
-Dylan es más astuto de lo que parece.
Aquella revelación me hace romper en carcajadas. Había pensado que me diría algo más terrible.
-Tyler, no es ninguna sorpresa el hecho de que Dylan sea una persona inteligente.
-¡Dylan no es solo inteligente! –me grita exaltado, pero enseguida baja la voz–. Él es una persona brillante. Da lo mismo lo que intentes hacer para sonsacarle algo... no vas a poder.
-¿Y es por eso que te prometiste no volver a encararlo? Suena estúpido.
-Lógicamente ocurrieron más cosas de por medio, Thomas. Dylan es una de las personas más increíbles que existen en este mundo. Da igual que no sepas nada sobre su vida.
-Ya.
-No me crees, ¿verdad?
Pongo los ojos en blanco antes de cruzarme de brazos. Siempre he creído que O'Brien es muy inteligente, pero lamentablemente todo eso se ve opacado con su personalidad extrovertida. Aunque... debo reconocer que me parece demasiado extraño que Tyler se esmere tanto en hacerme ver lo astuto que es Dylan.
-A ver –le digo al ojiverde, que me mira como si el estúpido fuera yo–. Dame un ejemplo del por qué crees que Dylan es "tan" brillante.
Hoechlin suelta un gruñido y sé qué es lo que está pensando. Que no soy más que una molestia por obligarlo a hacer este tipo de cosas solamente para convencerme de algo que es muy evidente para él y que también debería de ser evidente para cualquiera.
-En un principio, a Dylan le ofrecieron el personaje de Scott para Teen Wolf, pero finalmente terminó interpretando el rol de Stiles. Él tuvo acceso a los guiones porque los productores lo querían sí o sí en la serie y supo enseguida lo que era más conveniente para él y su carrera.
-Ha sido una tontería de su parte –le digo–. ¿Por qué habría de rechazar el rol protagónico?
Tyler levanta las manos en el aire y hace unos extraños movimientos, como si la respuesta estuviera frente a mis ojos.
-¡Porque, da igual la importancia que tenga Scott al principio, Stiles siempre va a ser el gran protagonista de la serie! Da igual cuántas escenas haya de Scott en la primera temporada, Dylan está interpretando al personaje más querible de todos.
-Pero los fans quieren a to... -empiezo a decir, pero él me interrumpe.
-Sí, eso es lo que se dicen para no aceptar la verdad. Dylan ha tomado al personaje que sabía que iba a tener más éxito dentro del público. Por si no lo sabías, la serie se va amoldando según el gusto de los fans. Si la mayoría quiere que pase esto, lo hacen. Si la mayoría adora a tal persona, le dan más protagonismo. Es por esto que a Dylan no le importó tomar un personaje secundario, porque sabía que se estaba llevando al personaje por el cual iban a rogar que apareciera más veces hasta convertirlo en uno de los más importantes. ¡Es más! Podría asegurarte que Stiles es el más importante ahora mismo o va a serlo dentro de poco.
-No es solo astuto... –afirmo ahora que ya sé parte de la verdad–, sino que un calculador.
-Puede ser. Pero no está mal serlo. Dylan solo hizo lo que más le convenía y es válido. Esto no quita el hecho de que es una persona maravillosa –me dice Hoechlin.
Yo solo asiento con la cabeza con un profundo dolor en el pecho. Ahora entiendo un poco más sobre las razones que lo llevaron a tomar algunas decisiones en su vida. Decisiones que a mí, a simple vista, me parecieron estúpidas.
Y Dylan tenía toda la razón: tarde o temprano iban a darle el protagonismo que las fans reclamaban y que él mismo había anticipado. Es por esto que en la tercera temporada agregaron el tema del nogitsune a la serie.
Maldición.
Empiezo a caminar lentamente de un lado hacia el otro, sin saber qué hacer con toda esa información recopilada. Tenía miedo de que Dylan se hubiera acercado a mí solo para conseguir algo a futuro.
-No, él no es así –me dice una voz dentro de mi cabeza. Ya no es molesta, sino reconfortante–. Además, ¿qué iba a ganar acostándose contigo?
Me cuesta tragar saliva y tengo que apoyar la espalda contra una pared para no desplomarme en el piso.
-¿Estás bien? –me pregunta Tyler, tomándome de un brazo para ayudarme a mantenerme en pie.
-Sí, pero ¿qué tiene que ver eso con que nadie sepa nada de él?
-Bueno, supuse que su inteligencia la ponía en práctica para más cosas que solo predecir algo. Me bastó preguntarle una sola vez sobre esto para darme cuenta de que con facilidad podía evadir el tema. Cuando noté que no iba a responderme, preferí rehusarme y no seguir preguntándole.
-¿Dejaron de hablarse? –me asaltó la duda y no pude contener aquella pregunta por más tiempo dentro de mi boca.
-¡No, claro que no! Eso, extrañamente, lo unió más a mí. No me dijo nada al respecto, pero con Dylan ahora tenemos un lazo mucho más fuerte del que él tiene con cualquier otra persona.
Su afirmación me llega como cuchillas al corazón. Que yo vaya corriendo ahora donde Dyl, no significaba que él iba a quererme igual o más que a Hoechlin. Sería como imitar el método que él ha utilizado. Dylan va a darse cuenta de que tramo algo.
Nunca me había sentido tan lastimado y engañado. Incluso si O'Brien no me ha estado usando, nadie puede negar que todo lo que ha dicho Tyler es cierto.

Dylan es más inteligente de lo que parece y debo tener cuidado con ello.

*Quiero aclarar que no es mi intención tachar a Dyl de ser una mierda o algo parecido. Yo lo quiero con todo mi ser e incluso me gusta mucho más que Thomas. Todavía quedan un par de cosas más por saber sobre él, para que no vayan a pensar que intento dejarlo como una porquería.
Thomas todavía tiene que ir con él y, a lo mejor, preguntarle qué pasa. Aún no lo sé.
Pero, eh, no me pueden negar que estuvo cool eso de mostrarles el lado cruel de Sangster y ahora esta parte calculadora de Dylan. Es como que no sabes quién es el bueno y quién es el malo. Quizás en esta historia no hay ni buenos ni malos... solo te vas enterando de una cosa que te hace pensar como "nooo, Thomas se comportó mal" y luego te enteras de otra que te hace cambiar completamente todo lo que creías, haciéndote decir "nooo, entonces es Dylan el que se ha estado comportando mal".
Y... yo solo me voy a dignar a decirles que hay muchas cosas más todavía por enterarnos.


Dylmas (Dylan y Thomas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora