Capítulo 5

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- ¿¡POR TODO EL AÑO ESCOLAR?! -. Gritó Samuel cuando su maestra, después de asignarles un trabajo, les informó que trabajarían con la misma persona por todo el resto del año escolar. Muchas personas lo miraron y los sus amigos, que compartían clase con él, estallaron en carcajadas.

Samuel no sabía si estaba satisfecho con la situación o extremadamente nervioso. Probablemente ambas. Era obvio que lo había hecho a propósito. No sabía por qué exactamente, pero sabía que si se escondía en un cubículo del baño por 20 minutos esto era lo que iba a suceder.

La Srta. Alvarado había sido la maestra de literatura de Samuel desde hace dos años, y cada año hacía lo mismo: Te emparejaba para un proyecto con la persona sentada alado de ti y, aunque le rogaras, no te cambiaría el compañero que te toco en todo el año. Samuel sabía que las posibilidades de que alguien se sentara alado de Guillermo eran casi nulas. Era el chico nuevo y en esta escuela nadie aceptaba a los chicos nuevos.

Entonces, Samuel llegó a clase tarde, sabiendo solo quedaría un asiento vacío y sería alado de ese chico. Cuando llegó al salón de clases y noto que su hipótesis había salido como él lo planeaba, se sintió feliz y nervioso. Ahora era cuando debía mostrarse herido, tenía que quejarse, pretender que no quería trabajar con el chico que tenía enfrente, hacer como si fuera la peor de las ofensas conocida por el hombre, pero aun así sabía que la Srta. Alvarado no cedería.

- Sí, por todo el año escolar, Sr. De Luque, - dijo la maestra. - Usted, mejor que nadie, debería estar enterado de eso.

Samuel podía sentir como el chico se removía incómodamente alado de él, se dio cuenta como el cuerpo del chico estaba completamente rígido, excepto su pierna, que no paraba de moverse, y su mano, que no dejaba de doblar la esquina de la hoja en la que estaba abierto el libro. Sintió un poco de culpa mientras discutía con su maestra.

- Pero él- él no es- quiero decir, él es más como, - Samuel hizo una pausa, y sintió como su cabeza comenzaba a dar vueltas. - No somos compatibles.

Algunos de sus compañeros rieron ante ese comentario y Samuel le preguntaba a los dioses, ¿por qué de todas las palabras que pudo usar, eligió esa? La Srta. Alvarado solo negó con la cabeza.

- No te estoy pidiendo que te cases con él, Samuel, solo tienen que hacer algunos proyectos.

Ahora todo el salón había estallado en carcajadas y Samuel sintió sus mejillas enrojecerse mientras le lanzaba miradas de muerte a todas las personas que se habían atrevido a reírse de él.

- Vale, pues tomen este tiempo para hablar con sus compañeros y decidir cómo van a hacer esta tarea. - La Srta. Alvarado anunció antes de sentarse de nuevo en su escritorio y seguir con su lectura. La clase ahora se había llenado de voces de personas discutiendo la tarea que se les había asignado.

Samuel giró su mirada hacía Guillermo, quien estaba evitado el contacto visual a toda costa. Samuel tenía la necesidad de disculparse, pero no haría eso porque eso estaba en contra de todo la imagen que había formado en los últimos años. En su lugar, respiro profundo y se giró completamente hacía su compañero con una sonrisa.

- Samuel de Luque. - Dijo con confianza, extendiendo su mano para que el chico la estrechara.

Guillermo giró su cabeza lentamente, su mirada yendo directamente a la mano que Samuel le estaba ofreciendo, luego subió su mirada para mirar a Samuel directamente a los ojos. Después de algunos segundos de miradas incómodas, estrecho su pálida y delicada mano con la de Samuel.

- Guillermo Diaz. - Dijo, casi inaudible.

- ¿Eres nuevo? - Pregunto Samuel, fingiendo no saber nada del chico.

Sideways - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora