Capítulo 12

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Samuel lo estaba evitando, no que Guillermo le importara, pero era obvio que el chico lo estaba evitando. Guillermo estaba enojado con él, y no solo era un pequeño berrinche, no, estaba furioso con Samuel por permitir que pasara lo que estaba pasando en su "escuela". Lo pudo haber parado, Guillermo sabía eso, el problema era que no lo iba a hacer por qué él creía que no podía. Tenía miedo, Guillermo lo podía ver. Samuel no quería que la gente supiera que era un buen chico, quería que lo vieran como una amenaza porque pensaba que era la única manera de ganarse el respeto de las personas.

Guillermo había pasado mucho tiempo pensado en eso. Había pasado una semana y Samuel aún no le había dirigido la palabra. Durante literatura se ignoraban completamente. Guillermo usaba esa clase para pensar. Era obvio que Samuel tenía algún tipo de problema emocional y probablemente tenía que ver con sus padres o la presión social en la que se encontraba constantemente. También tenía problemas de sexualidad, obviamente, aunque Guillermo estaba seguro que Samuel no estaba listo para admitir eso. Tal vez nunca lo estaría.

Guillermo estaba enojado con Samuel pero, por más que lo intentaba, no lo odiaba. No podía odiarlo. Era verdaderamente extraño. Guillermo se encontraba a sí mismo muchas veces intentando descifrar el misterio que era Samuel y pensando en él más veces de las que estaba orgulloso de admitir. En realidad le agradaba Samuel, de alguna manera retorcida. Tal vez era masoquista. Samuel era un cabrón y molestaba (junto con sus amigos) constantemente pero Guillermo no podía parar de pensar en lo gentil que había sido la primera vez que se besaron, como susurraba su nombre tan suave y dulcemente, y como su corazón latía fuertemente contra su espalda esa noche. Por más que Guillermo intentaba olvidarlo, no podía, no quería.

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Samuel nunca había tenido una razón para creer que era gay, aunque tampoco había una razón para creer que era 100% heterosexual. Honestamente, él no recuerda haber sentido atracción por alguien jamás. Claro, había salido con muchas chicas antes de Lana pero solo era para mantenerse al margen de sus amigos que parecían cambiar de novia cada semana. La verdad era que Samuel nunca había definido su sexualidad completamente. Todos han tenido ese momento en la adolescencia donde se cuestionan a sí mismos, "¿y sí soy gay?" y claro que cuando esa pregunta llegó a la mente de Samuel inmediatamente la desecho porque él era Samuel de Luque y chicos como Samuel de Luque no eran homosexuales.

Cuando se acabó la práctica de fútbol, después de la escuela, Samuel se dirigió a su casillero para recoger unos libros que se le habían olvidado y sin querer se encontró con Guillermo. Se quedaron quietos, observándose por unos instantes y Samuel se sintió aliviado porque Guillermo no se dio la media vuelta y lo dejo ahí solo. Se acercó lentamente a él porque, sinceramente, extrañaba hablar con el chico nuevo, extrañaba la extraña amistad que habían formado y extrañaba el sentimiento de confort cuando estaba con él. Aparte, ya les habían dejado su nuevo proyecto sobre orgullo y prejuicio basado en el tema central del libro (como él lo había previsto) y ellos aún no comenzaban a hacerlo.

Cuando estaban lo suficientemente cerca Samuel fue el primero en hablar.

– Hola, – fue todo lo que dijo.

Guillermo se quedó ahí parado, sus pequeños ojos se abrieron un poco. Estaba usando pantalones super pegados y Samuel no podía dejar de recordar lo bien que se veía sin ellos.

– ¿Qué haces aquí tan tarde? – preguntó Samuel.

– Club de teatro, – contesto Guillermo y Samuel asintió. – olvide unas cosas en mi casillero.

Sideways - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora