Capítulo 8

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Trabajaron en su tarea por todo el mes. Se reunían dos veces a la semana en la biblioteca y siempre que estaban juntos parecía como si el tiempo volara. Samuel ya no amenazaba tanto a Guillermo como lo hacía las primeras semas de clases. Aunque aun así lo trataba como basura en la escuela y a veces a fuera de ella, cuando sus amigos lo estaban observando, ya era un progreso.

Samuel en realidad no quería ser buena gente con él. Pero al mismo tiempo, quería agradarle, aquello no tenía sentido y era estúpido, pero no podía hacer mucho al respecto. Las molestias en su estómago se habían disminuido notablemente, sin embargo, no habían desaparecido. No podía negarlo, él y Guillermo habían creado un tipo de amistad. Guillermo era bueno con él a veces, algunas otras lo trataba muy mal. La mayoría del tiempo lo miraba como si fuera mejor que él y Samuel no estaba para nada acostumbrado a eso. Había algo en Guillermo que simultáneamente intrigaba y frustraba a Samuel. Aún no podía saber que era lo que le causaba tanta curiosidad sobre el chico, pero definitivamente había algo.

- Creo que hemos acabado, - dijo Guillermo, analizando meticulosamente su trabajo por décima vez. - y una semana antes. - sonrió, satisfecho con el trabajo que habían logrado.

Samuel sonrió, luego frunció el ceño cuando se dio cuenta de que sus encuentros semanales pararían por unos días, mientras les asignaban otro tema. Aunque nunca lo fuera a admitir en voz alta, Samuel disfrutaba la compañía de Guillermo. Era gracioso y sentía que no debía mantener la
fachada de chico malo cuando estaba a solas con él. Claro, a veces tenía que tirar uno que otro insulto para mantener la relación de bully-victima intacta, pero Guillermo parecía no esperar nada de él. Los otros amigos de Samuel, Luzu, Mangel y los demás, siempre estaban vigilando cada movimiento que hacía y lo imitaban, lo buscaban para obtener respuestas, lo buscaban cuando necesitaban un líder. Samuel ya estaba cansado de eso.

- Entonces, um, - Samuel dudó un poco. - la Srta. Alvarado no cambia de libro en todo el semestre, solo las tareas, este ensayo lo hicimos sobre la cultura y sociedad, estoy seguro que el próximo será sobre el tema central del libro. ¿Te gustaría empezarlo antes? - ofreció.

Guillermo guardó el ensayo en su mochila y alzo una ceja, sus ojos encontrándose con los de Samuel. Samuel estaba un poco distraído con el atuendo de Guillermo. Siempre se vestía muy elaboradamente. Su suéter era... Samuel ni siquiera sabía lo que ese suéter era. Estaba muy pegado y tenía diferentes estampados y tonalidades de verde. Tenía unos pantalones tan apretados que pudo imaginar el trabajo que le costó entrar en ellos y unas botas de combate. Samuel se preguntaba cómo era que Guillermo caminaba en esos jeans, siempre los traía puesto.

- Samuel, tenemos mucho tiempo para iniciar el siguiente. - razonó Guillermo.

Samuel suspiro y se recargo en la silla, tirando su cabeza para atrás, arrepintiéndose del momento el que decidió proponerle eso a Guillermo. ¿Por qué demonios quería pasar más tiempo a su lado? Era ridículo. Él tenía amigos, no necesitaba a Guillermo.

- Pues, va a haber una fiesta este domingo, - Samuel dijo de la nada y se arrepintió al instante. Ya era muy tarde para retractarse. - Sé que no estás haciendo... no estás haciendo muchos amigos que digamos.

Era verdad. Samuel siempre observaba a Guillermo sentado el solo a la hora del almuerzo, su cabeza baja y evitando contacto visual con cualquier persona que se le cruzase. Algunas veces, Samuel quería acercarse y sentarse con él, Guillermo tenía más tema de conversación de todos sus amigos juntos.

- Estaba pensando que podrías venir-ir, más bien, - prosiguió Samuel. - Si tú quieres.

Los ojos de Guillermo se abrieron, su cara denotaba confusión. Samuel sintió un calor subir por sus mejillas, ¿por qué dijo todo eso?

Sideways - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora