Pasividad

343 27 5
                                    

Igual que en la semana pasada, desde la distancia Naruto pudo observar a Sasuke en la entrada del instituto con el mismo regalo en las manos, y como siempre mirando al suelo.

Antes de acercarse más, inhaló fuerte y soltando el aire tomó la fuerza suficiente para encaminarse a él.

Decidió no ser tan huraño. Esta vez no fingió no verlo y en vez de eso le dedicó un pequeño saludo con la mano y a pesar de que no aceptó aquel envoltorio de algodón, agradeció el gesto con amabilidad y en ningún momento terminó en suelo.

Ante ese gesto Sasuke pareció brillar, llenándose de alegría ante la falta de indiferencia por parte del rubio.

Enseguida corrió detrás de él y lo siguió con una sonrisa, contrario a la semana pasada que mantenía una expresión cabizbaja aún al seguirlo.

Aún así, Naruto no se sintió del todo conforme, pero lo tomó como algo positivo de alguna manera.

Al llegar al salón nadie se extrañó al verlo llegar con el Uchiha a la espalda, pues así fue toda la semana pasada y cuando alguien se atrevía a mencionarlo Naruto los hacía callar a la mala. Tal vez no le agradara el Uchiha, pero Naruto odiaba los murmuros de cobardes que no se atrevían a decir las cosas a la cara.

Llegó a su asiento, dónde como en los días pasados volvió a dejar su mochila en el segundo lugar del banco para evitar compañía que no deseaba.

Miró de reojo como nuevamente Sasuke se sentaba a su espalda, dejando aquel regalo frente a él y dedicándose a mirar a Naruto en silencio, la diferencia es que ahora había una mirada esperanzada en sus ojos.

Ahora cuando le ofreció su ayuda durante clases Naruto no se hacía de rogar y aceptaba de buena gana. Sonrió leve al recordar viejos tiempos, mirando con cierto sentimiento al pelinegro.

Durante el receso, Sasuke solía seguirlo unos pasos atrás, a menos de que le haya gritado o golpeado hace poco. Ese día, notando la aceptación de Naruto a su persona, se tomó el atrevimiento se caminar a su lado, cosa a la que el rubio no renegó.

–¿Cómo va la herida?– preguntó cuando decidió sentarse cerca del portón de entrada, sobre una gran roca que había allí. Sasuke sólo se quedó parado cerca suyo, recargando su espalda contra la pared.

–¿Cuál?– preguntó rápidamente.

Naruto frunció su ceño, ¿eso era una pregunta sarcástica haciendo referencia a todos los golpes que le había dado?

–No sé, no me interesa.

Sasuke enseguida sintió haber hecho algo mal, mostrando una expresión alarmada.

–T-todas las heridas que tengo ya están mejor, ninguna me duele– aseguró caminando hasta estar enfrente de él.

–...– alzó una ceja con aburrimiento. –¿Qué hay de ésta?– golpeó ligeramente su hombro, provocando de inmediato una mueca de dolor.

–Eh...– se sostuvo el hombro, avergonzado de sentirse descubierto, como si hubiera hecho algo malo.

Naruto le dedicó una pequeña sonrisa, casi resistiendo reír.

Y al percatarse de eso, enseguida su expresión volvió a ser seria y aburrida.

–Perdón...– le dijo bajo, parándose de su lugar y empezando a caminar de vuelta al salón al escuchar la campana que anunciaba en final del descanso para almorzar, teniendo de nuevo a Sasuke caminando cerca suyo.

Al final de clases, Sasuke se ofreció a acompañarlo a su casa, pero Naruto se negó rotundo pero cortés. No hasta asegurarse que ese hielo era seguro para pisar.

.

06/01/24

Vk~

Muñeco vudú || NSNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora