La mañana del martes fue soleada y radiante. Krest llegó a la escuelita y se despidió del tío Dégel y de la prima Sasha con un beso y ademán de mano. Con su mochilita en la espalda, caminó meditabundo a su salón.
¿Cuál era el motivo para tanta pensadera? El nuevo integrante de la familia...
El -inserte aquí una trompetilla irrespetuosa e hiper grosera- novio de Papá.
Milo...
Ese tipo era... era... A... A... ¡Arrgggh!
"Atrevido, bobo y «hodible», muy «hodible»" pensó malhumorado y pisando tan fuerte, que bien podría dejar grietas en el piso.
La meditación profunda se interrumpió al llegar a la puerta del aula y toparse con otro problema. Sí, otro.
Imitando los acontecimientos durante la batalla de Hades y las conductas de las duplas del viejo Patriarca y el Maestro de los Cinco Picos o bien, de sus Paballedos favoritos: Escorpio y Acuario, el día anterior, alguien sufrió una transformación «hoddodosa».
De "viejo" amigo, camarada de armas y confidente, Kiki se tornó en El Acérrimo Rival o el Matón Personal de Krest y esta mañana, el némesis platicaba con otro atrevido, bobo y «hodible» como Milo, pero que respondía al nombre de "Jabú".
En la vida de todo Paballedo habían días difíciles o «feosos». Algunos más vigorosos, otros desabridos y poquísimos se llevaban el premio gordo del «hoddod» como éste.
Y la jornada apenas empezaba.
El Patito se preguntó ¿ahora qué hizo para merecer tal suplicio? ¿Acaso doña Athena lo castigaba por no comerse los arbolitos? ¿Habría notado la Doña el pacto con la diosa bonita de las flores? ¿Le habrían ido con el chisme de su encuentro con Fenrir?
Aún así... ¡no era justo! ¿Por qué debía sufrir él por tantos problemas?
¿Acaso la Doña no tenía a otro Paballedo a quién hacerle la vida difícil?
Un gruñido de oso polar emanó de la garganta del pequeño denotando el nivel de ofensa por la afrenta. ¡Se la cobraría a la Doña! Un día de estos, le daría de comer arbolitos para que se le quite lo abusiva.
Para colmo de males, en cuanto Krest puso los pies en el salón, Kiki abrazó al caballo con cuerno, tal y como antes hacía con él.
Nuestro Patito apretó las mandíbulas malhumorado y se decidió a arreglar su día de alguna forma. ¡Él no sufriría tales afrentas! Que no, que no.
Con miles de ideas revoloteando en su mente, toqueteó el colgante que el señor Frey le regalara ayer. De seguro encontraría una salida a sus tribulaciones y si no...
¡Siempre podría pedirle a Fenrir que mordiera a ese par de tontos! Jum.
Con el arte de la parsimonia impregnada en la piel, gracias a las enseñanzas de Papá, el niño dejó su mochila en su sitio, se desprendió de su abrigo y lo acomodó en su ganchito con pulcritud.
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Las aventuras del Paballedo del Patito | Yaoi
FanfictionKrest es un niño de tres años de naturaleza vivaz, inquieto y con una imaginación nutrida, que se considera a sí mismo un Caballero de Athena que lucha por el amor y la justicia. Su única preocupación es jugar con sus hermanos, comer chocolates, do...