CAPITULO 03 Una Apuesta

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Isabel se despertó con una sonrisa radiante en el rostro, mientras se secaba el cabello despues de su ducha se quedo viendo su uniforme del trabajo, recordando la tarde divertida que pasó con sus nuevos amigos en el centro de bolos

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Isabel se despertó con una sonrisa radiante en el rostro, mientras se secaba el cabello despues de su ducha se quedo viendo su uniforme del trabajo, recordando la tarde divertida que pasó con sus nuevos amigos en el centro de bolos. La conexión especial que se había formado con los trillizos y Nate le dejó una sensación cálida y emocionante, se puso su uniforme y se estaba peinando.

De repente, su hermano tocó la puerta de su habitación.

-¿Isabel,puedo pasar? [gritó el desde afuera]

-Adelante.

La puerta se abrió, revelando a su hermano con una sonrisa cómplice.

- Buenos días, ¿cómo estás después de esa increíble tarde de bolos?

Isabel se sentó en la cama, aún con la emoción reflejada en sus ojos.

-Fue genial, nunca me divertí tanto. Los chicos son increíbles.

-Sí, son geniales. Pero ahora, ¿estás lista para ir a trabajar?

-Solo necesito un poco de rubor y estaré lista. ¿Puedes esperarme afuera?

-Por supuesto, pero no tardes demasiado.

Después de unos minutos, Isabel salió de su habitación lista para el día. Su hermano la miró y sonrió.

-Te ves genial, Isa. Ahora, ¿estamos listos para enfrentar el día? [Dijo sarcastico]

Los dos hermanos salieron de la casa, listos para enfrentar las aventuras del día con la energía positiva y la conexión especial que habían encontrado en la amistad recién descubierta.

Isabel continuaba trabajando, atendiendo a los clientes en el restaurante, cuando notó la presencia de la chica rubia y su amiga. Recordando lo que escucho la vez pasada, decidió pedirle a su hermano que las atendiera mientras ella se encargaba de otros clientes.

-Oye, ¿puedes encargarte de esas chicas rubias que acaban de llegar? Yo estaré ocupada con estos chicos aquí. [ le pidió Isabel a su hermano, señalando discretamente a las chicas en cuestión]

Su hermano asintió sin sospechar nada y se acercó a la mesa de las chicas rubias. Mientras tanto, Isabel estaba ocupada tomando pedidos y sirviendo platos a otros clientes, incluyendo a un grupo de chicos que se encontraban a unas mesas de distancia de las chicas.

Mientras servía la comida a los chicos, Isabel no pudo evitar escuchar parte de la conversación de la mesa de las chicas rubias. Uno de los chicos del grupo estaba intentando animar a su amigo a invitar a la rubia a salir, pero este se resistía por miedo al rechazo.

Isabel pasó junto a la mesa de las chicas rubias y escuchó claramente las palabras despectivas de la rubia hacia los chicos.

-Te juro que si ese perdedor no me deja de mirar, vomitaré todo el licuado de fresa que me acabo de tomar. [ comentó la rubia a su amiga pelirroja, quien asintió con una risa maliciosa]

Isabel sintió una mezcla de indignación y tristeza al escuchar esas palabras. Se preguntó por qué algunas personas disfrutaban menospreciando a los demás.

 Isabel continuaba limpiando las mesas en el restaurante cuando vio a los trillizos entrar. Nick fue el primero en hablar, explicando que solo buscaban conseguir la cena para llevar. Isabel asintió, y las órdenes fueron tomadas. Mientras esperaba que el chef preparara las comidas, Isabel observó cómo su hermano se unía a los trillizos, sentándose a un lado de ellos y comenzando una animada conversación.

Chris, uno de los trillizos, parecía distraído y no dejaba de mirar hacia la mesa donde aún se encontraban las chicas rubias. Isabel anunció que las órdenes de los trillizos estaban listas, y ellos se levantaron para recoger la comida. Nick se dirigió a la caja para pagar mientras Isabel y su hermano se iban a checar su salida.

El grupo de chicas ya se encontraba afuera, alejándose del restaurante. Isabel notó que Chris no podía apartar la mirada de una de ellas, quien parecía no notar su interés. Mientras caminaban hacia la salida, un mesero se acercó para limpiar la mesa donde las chicas habían estado sentadas.

Isabel salió del restaurante junto a los chicos y su hermano, disfrutando de la brisa fresca de la noche. Sin embargo, su alegría se vio interrumpida por la voz de la rubia, que resonaba con desdén.

-Por Dios, ¿por qué sigue tan obsesionado conmigo? Ahora hasta viene al restaurante al que suelo venir. [se quejó la rubia, con un tono de fastidio evidente en su voz].

Isabel se volvió hacia sus amigos, notando la confusión en sus rostros. Nick y Matt intercambiaron miradas, rodeando los ojos con expresiones de incredulidad, mientras Chris parecía estar en otro mundo, mirando en la dirección de las chicas rubias con una mirada perdida.

-Chris, cariño, ya te lo había dicho. Solo fuiste una apuesta. [continuó la rubia, revelando una sonrisa diabólica en su rostro]

Isabel sintió un nudo en el estómago al escuchar esas palabras. Parecía que Chris estaba siendo utilizado o jugado de alguna manera, y la situación estaba tomando un giro desagradable. No entendía completamente la historia detrás de esa "apuesta", pero era evidente que la rubia no tenía intenciones amigables.

Isabel, fastidiada de escuchar las palabras despectivas de la rubia, resopló con disgusto.

- Parece que la chica tomó la personalidad de Regina George. [murmuró para sí misma, sin darse cuenta de que la rubia la había escuchado]

La rubia se acercó rápidamente a Isabel, exigiendo que repitiera lo que acababa de decir. Isabel la miró directamente a los ojos, sin amilanarse, y con una sonrisa irónica le volvió a decir

-Parece que basaste tu personalidad en Regina George, chica. Necesitas conseguir una personalidad. Al parecer, no entendiste el mensaje de la película.

La rubia rió ante el comentario de Isabel, pero su mirada se volvió más dura.

-No no tengo la personalidad de ella, No es mi culpa ser rubia y bonita.

Isabel dio un paso más cerca de ella y replicó sarcásticamente.

-Y también hueca.

La tensión en el aire aumentó, y los chicos se acercaron rápidamente para intervenir, alejando a las dos chicas en medio de la creciente confrontación.

El hermano de Isabel tomó su brazo, alejándola de la rubia en un intento de evitar cualquier conflicto mayor. Mientras tanto, los trillizos trataban de calmar la situación, intentando separar a las dos chicas y evitar que la confrontación se volviera más intensa.

Isabel, aunque molesta, decidió no prolongar la disputa y se dejó llevar por su hermano y amigos, alejándose de la rubia y evitando así que la situación escalara aún más. A pesar del desagradable encuentro, esperaba que las cosas se tranquilizaran y pudieran seguir disfrutando de la noche sin más incidentes.

Mientras Isabel y sus nuevos amigos se alejaban de la escena, el ambiente estaba cargado de emociones. Nick preguntó con incredulidad

-¿Qué fue eso?

-Bueno, no iba a seguir escuchando cómo hablaba de Chris. Esa chica debería dejar de andar como un maldito cliché de Regina George.

Matt, con una sonrisa de admiración, comentó.

-Fue asombroso, Isabel. No dejaste que te pisotearan.

Chris le lanzó una mirada agradecida, apreciando la defensa de Isabel en su nombre

Después de ese incidente, Isabel y su hermano planeaban irse a casa caminando, pero Matt se ofreció a llevarlos. Ambos aceptaron la oferta agradecidos, En el trayecto hacia la casa de Isabel, la conversación giró en torno a experiencias divertidas y anécdotas compartidas.

Al llegar a la casa de Isabel, se despidieron con agradecimientos y sonrisas. Matt se alejó en su automóvil, dejando a Isabel y su hermano en la entrada de su hogar.

Dayligth | Chris Sturniolo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora