Tercer libro de una saga basada en los juegos de Pokémon creados por Game Freak. En esta historia, Ryusui, Tochigi y Haruka, tres amigos que casi se podrían considerar familia, viajarán por la región de Hoenn en busca de aprender sobre las Batallas...
Nuestros héroes se dirigieron a la casa del Anciano Hagi, en la Ruta 104, y le pidieron que los llevara a Pueblo Muro y él aceptó, ya que un marinero jamás rompe su palabra. Todos se subieron al yate y, antes de zarpar, el viejo Lycanroc de Mar les advirtió— Será mejor que se sujeten bien, huercos. Este el viaje será muy rápi'o y moví'o para su gusto.
—Pf.Oh, por favor, Don Hagi. De tanto andar en bici, ya estamos acostumbra'os a la velocidad, así que no creo que vaya a...
Antes de que Ryusui pudiera terminar, el yate zarpó rápidamente hacia la isla donde se encontraba Pueblo Muro.
—¡Ya llegamos, huercos! ¡Bienvení'os a Pueblo Muro! ¡Puede que este poblado sea pequeño, pero, cuando algo se pone de moda aquí, se extiende a toda la región de Hoenn! ¡¿Qué les parece?!
Los héroes no contestaron esa pregunta, ya que estaban muy ocupados vomitando su almuerzo, debido a que el viaje fue demasiado rápido y movido, como les había advertido el anciano. Pero como sea, al apenas recuperarse del mareo, el de los ojos de lava sugirió— Antes de buscar al hijo de Don Tsuwabuki, deberíamos aprovechar que hay un gimnasio aquí para ganar la medalla.
—¿Ah sí? —la de morado revisó su SmartRotom en busca de información—. Pues aquí dice que el líder de Pueblo Muro se llama Touki, se especializa en Pokémon de Tipo Peleador y también se dedica a surfear.
—¿Su-Surfear? Pues es-espero que no esté haciendo eso a-ahora, o se-será de-demasiado difícil p-pedirle que nos deje c-combatir con él —dijo el de los ojos de abismo, pero Ryusui vio algo en la playa que lo dejó consternado.
—Tenías que decirlo, ¿no, compadre?
Es que, en ese momento, el líder Touki se encontraba surfeando en el Mar de Muro y, como era de costumbre en ese pueblo, él estaba dominando las olas más grandes y peligrosas y obteniendo el primer lugar en la tabla de posiciones.
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—Bueno, lo intentamos.
Tochigi quiso irse, pero Haruka lo detuvo tomándolo del cuello de la camisa.
—¡Oye, ¿a dónde crees que vas, cobarde?! ¡Tenemos que ir a hablar con él!
—¡¿E-Enloqueciste, prima?! —le reclamó—. ¡¿C-Cómo lo al-alcanzaremos si ni s-siquiera sabemos su-surfear?!
—Claro que sí sabemos —dijo el de azul—. Surfear es como nadar, solo que no te metes en el agua. Solo confía en mí, compadre. Podemos hacer esto.
Dicho esto, Ryusui, Tochigi y Haruka fueron a rentar tablas de surf, pero el encargado les mostró que solo quedaba una disponible. Al ver esto, el primero les dijo a sus compañeros que tendrían que compartirla, a pesar de que el hombre les pidió que no lo hicieran.
