Capítulo 7. Visita a Jaxon

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Odiaba 3 cosas de la casa de Jaxon:

1. Sus padres

2. Que era azul

3. Las drogas

Puede que parezcan cosas ridículas, pero a veces las cosas no tienen sentido en mi cabeza. Alguien me dijo que hay muchas cosas sin un porque en el mundo, que era bueno preguntarme el porqué de las cosas pero que también debía aprender a entender que algunas cosas simplemente no lo tenían.

Los padres de Jaxon eran personas horribles, tal vez por eso Jaxon había aprendido bien a parecer un idiota, aunque no lo fuera. Ellos me odiaban, tal vez porque yo era autista, extraña, alguien que no sabe cuándo callarse.

La casa era azul, odiaba el color azul en las paredes, odiaba la sensación de morir dentro.

Las drogas, bueno, eran las drogas de Jaxon, sé que no tengo derecho a juzgarlo, pero odiaba las drogas, odiaba como ponían a Jaxon, odiaba que le hacían daño a su cuerpo, pero aun así las estaba tomando una y otra vez.

No soy una persona con derecho a juzgar, no después de todo lo que he hecho. Creo que cada uno lidia con su mierda de la forma que puede. Odiaba las formas de Jaxon, fingir que era un idiota, tratar de coger a cada momento, meterse cualquier cosa que lo haga estar fuera de la realidad.

Damon me llevó a su casa después de que se lo pedí. Me sugirió recogerme, pero pensé que tal vez la visita tardaría más de lo que tardo.

Cuando llegué a la casa de Jaxon, lo primero que pude oír fueron gemidos, creí que tal vez eran los padres de Jaxon, o su hermana. Por lo menos eso creí hasta que toqué el timbre y abrió Jaxon en bóxer, con Ámbar por detrás.

—Els, no es lo que crees, por favor déjame explicarte.

No quería su explicación, quería desaparecer.

—Me engañaste... —No estaba segura de sí era una afirmación o una pregunta.

—No, por favor pasa y déjame explicarte.

Empezó a decirle a Ámbar que se fuera, pero la verdad no planeaba quedarme a escuchar sus explicaciones porque sabía dos cosas, la primera era que estaba drogado, sus ojos estaban rojos y sus pupilas dilatadas, la segunda era que lo iba a perdonar si de casualidad me quedaba a oírlo. Así que corrí, corrí tan rápido como pude, corrí hasta que llegué a alguna parte de la ciudad en la que no había estado nunca.

En ese momento tuve que llamar a alguien para que viniera por mí, por supuesto Damon no era una opción porque él sabía a donde había ido, y no quería que nadie supiera lo que paso, así que mi única opción fue llamar a la única persona del mundo que sabía que era Jaxon para mí, la única persona del mundo a la que le podía decir lo que había pasado.

Lucas tardo apenas unos segundos en atender, pedirme mi ubicación y venir por mí.

Apenas habían pasado 3 semanas desde que supe que me iba a ir de la escuela, de mi casa también, pero de alguna forma Jaxon se las arregló para engañarme en mi primera semana lejos.

No pude dejar de pensar en lo que había pasado, en si me había estado ignorando todo este tiempo porque me iba a engañar, en si lo pensó tan siquiera una vez.

Cuando llegó Lucas fue extraño, llegó con un chofer en una camioneta, él estaba en el asiento trasero, me subí a su lado, pero no pude contenerme más, necesitaba llorar. Lloré muchísimo, él le dijo al conductor que diera una vuelta por la ciudad mientras me calmaba. Tarde mucho en calmarme, pero cuando lo hice al fin volvimos a la casa semivacía. Nuestros amigos ya se habían ido todos a su casa, mamá se fue con Ethan a comprar comida para la casa, a pesar de que los Archer tenían quién fuera a hacer las compras por ellos, mi mamá había decidido que ella sería quien las hiciera.

—¿Ya te sientes mejor, Els?

—Algo.

—¿Quieres hablar sobre lo que paso?

Sí, ¿no?, no sé.

Entramos a mi habitación, cerré la puerta y puse música triste a todo volumen, luego me acerque a él y le susurré al oído, no porque temiera que nos escucharan, sino porque temía que se hiciera más real si lo decía más alto:

—Jax, Jax me engaño.

Ahí, justo ahí, mi mundo se vino abajo por segundos que me parecieron eternos. Hace tiempo que no me había sentido así.

—Lo siento mucho, pero me alegra que por lo menos eso te haya hecho alejarte de él.

¿Qué?

—¿De qué estás hablando?

—Bueno, supongo que has escuchado sobre lo que pasó con Alison Atwood.

¿Qué?

—¿Qué pasó con ella?

—Bueno, creí que sabías, Kayden dijo que te iba a advertir sobre ello una vez, pero supongo que no te dijo eso.

—No, solo me dijo que tuviera cuidado con él.

—Jax violo a varias chicas, hay una demanda colectiva en su nombre. Entre las chicas que violo esta Alison Atwood, era una de las mejores amigas de Kayden, pero se suicidó después de que Jaxon, junto con varios de sus amigos, la violaron, ella expuso varias pruebas de que Jaxon le pidió fotos, la llevo a una fiesta y la violo.

—No... No... No es verdad... Jaxon no es así...

—Lo siento, pero, él la violo, Kayden y yo fuimos quienes fueron a recogerla y la llevaron a la policía, al hospital y a su casa después de eso.

En ese momento, se destruyó todo, se destruyó absolutamente todo, se rompió hasta la parte más pequeña de mí. No. No podía ser verdad.

Jaxon, Jaxon el chico que sufría, Jaxon el chico que me protegía, Jaxon el chico que amaba, había hecho la cosa que más odiaba en todo el mundo, la absolutamente peor cosa que hay en el universo.

—¿Cuándo pasó eso? ¿por qué yo no me enteré? —dije con un hilo de voz.

—Fue justo en Año Nuevo, ella se suicidó justo un mes después, el 31 de enero.

Fue cuando Jaxon y yo ya andábamos juntos, yo...

Infinitamente rota.

Lloré horas, lloré horas y horas, lloré hasta que ya no pude más, lloré tanto que me dolió la cabeza, los ojos y el corazón.

No quería volver a Jaxon, no quería volver a verlo. Quería borrar lo que había hecho de mi cabeza, quería hacer desaparecer todo lo que tuviera que ver con él de mi vida. Quería borrar todo el amor que le tenía de mi cabeza.

Tarde horas en recomponerme lo suficiente para hablar otra vez.

No importo todo lo que estaba pasando en el mundo externo, no importo nada de lo que dijo después Lucas, yo solo podía pensar dos cosas.

Había amado a un violador.

Lohabía amado muchísimo más de lo que podía admitir.



Pobre Elsie, no es tu culpa mi vida.


La Chica de ArcillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora