❥ C A P I T U L O 23

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Pasos lentos, casi fantasmales, resonaban en el pasillo desierto del hospital. Madara estaba ahí, solo, atrapado en sus pensamientos, su mirada fija en la puerta de «Urgencias». El silencio, que solo rompían las voces bajas de los médicos y el zumbido de las luces, era casi insoportable.

De pronto, un susurro calmado y familiar rompió su trance.

—Toma —dijo Hashirama, extendiéndole un vaso de café humeante. Madara lo miró de reojo, con el ceño fruncido.

—¿Vienes a burlarte de mí, Hashirama? Porque si es así, yo…

—¿De verdad, Madara? —lo interrumpió Hashirama, con tono firme—. ¿Crees que este es el momento para eso?

Madara guardó silencio. No quería admitirlo, pero toda esta situación era una pesadilla, una que parecía interminable. Bajó la mirada, sintiendo el peso de la culpa.

Hashirama lo observó, suspirando.

—Mira, sé que nuestras diferencias siempre han sido… difíciles. Pero, ¿crees que me burlaría de esto? Hemos sido amigos desde siempre, y aunque choquemos, eso no va a cambiar.

—Todo esto es mi culpa —murmuró Madara, casi sin fuerzas—. Si tan solo yo…

Las palabras quedaron suspendidas, ahogadas en el aire.

Hashirama hizo una pausa, como buscando la manera de alcanzarlo.

—Izuna siempre quiso esto tanto como tú, lo sabes. Desde que éramos niños, siempre te ha admirado… incluso buscaba tu aprobación, la de tu padre…

Unos pasos firmes se escucharon acercándose, llenando el aire de tensión. Al ver a Tajima, el padre de Madara, Hashirama le dio una última mirada a su amigo, posó una mano en su hombro, y se marchó. Sabía que no era bienvenido en ese momento.

Tajima llegó como una tormenta.

—¿Qué demonios hacía Hashirama Senju aquí? —rugió, con una expresión de absoluto desdén—. Sabes que no lo soporto.

Madara permaneció en silencio, incapaz de sostener la mirada de su padre. Tajima se cruzó de brazos, esperando alguna respuesta.

—¿Sabes algo de tu hermano? ¿Qué dijeron los médicos?

Madara tragó saliva, intentando contenerse.

—Tiene una contusión grave en la cabeza… varios huesos rotos… —susurró, su voz temblaba—. Ha perdido mucha sangre… No saben si va a sobrevivir.

Tajima escuchó con frialdad, casi sin reaccionar.

—Ya veo —murmuró, evaluando la situación como si fuera un reporte militar—. Entonces tendrás que ocupar su lugar. La sucesión no puede esperar. Era obvio que Izuna no estaba listo para liderar el clan, pero tú… tú sí.

Las palabras de su padre encendieron algo dentro de Madara. Se acercó y, sin poder contenerse, agarró a Tajima del cuello de la camisa.

—¡Es mi hermano el que se debate entre la vida y la muerte! —gritó—. ¿Y tú solo piensas en la maldita sucesión? ¡Estás enfermo!

Obey Us ; Clan Uchiha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora