Capítulo 9

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¡Hola! Espero que todo el mundo esté bien :)

Solo quería escribir una pequeña nota por aquí para recomendaros que escuchéis las canciones de los encabezados. Obviamente es opcional, pero os lo recomiendo porque representan el mood de los personajes y muchas veces la letra tiene que ver con qué están pensando. Si lo hicierais mejoraría la experiencia, lo dejo como una sugerencia 😊 ¡disfrutad el capítulo!
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Satoru vio cómo la cara de Suguru se arrugaba con desaprobación mientras escaneaba la bola donde acababa de encerrar una maldición. El herido que tenía delante parecía mucho más aliviado ahora, pero la maldición que lo había estado atormentando no tenía ninguna habilidad fuerte que captara el interés de Suguru.

—Para eso no pienso comerme esta mierda —gruñó lanzando la bola por ahí.

Satoru siguió la bola con la mirada y la vio rodar entre los sobrevivientes hasta la pared contigua de la sala de enfermería del albergue.

—¿Tan mal sabe como para no merecer la pena ni intentarlo? —preguntó curioso.

—Piensa en algo asqueroso y sabrá mejor que una maldición —le aseguró—, especialmente en ayunas.

Satoru soltó una carcajada silenciosa.

—Yuuna y tú siempre os estáis quejando de las contrapartes de vuestras técnicas malditas, parecéis abuelos.

—Tú también lo haces —replicó su mejor amigo.

—Bueno, odiar nuestras propias habilidades es habitual en hechiceros tan fuertes como nosotros tres.

Suguru acabó esbozando una sonrisa entre cansada y cariñosa. Apoyó las manos en las rodillas para erguirse y se volvió hacia Satoru. Intentó mirarle directamente a los ojos, pero el albino llevaba evitando la mirada de todo el mundo desde ayer cuando llegaron al refugio.

—Gracias por incluirnos en tu nivel, qué humilde por tu parte.

—Es muy temprano para tus putos sarcasmos —Satoru se dio la vuelta—. ¿Dónde está la muñeca?

—Dijo que se iba a buscar una cabina telefónica para llamar a su tío —Suguru pasó la mirada por los heridos—. Probablemente les quiera decir que irá por allí para dejar al gato.

Satoru asintió y se metió las manos en los bolsillos. Aquella mañana se habían despertado de madrugada y fueron directamente a comprobar el estado de los heridos que los no-hechiceros habían rescatado por su cuenta. Muchos de ellos estaban maldecidos, así que les había tocado exorcizarlos.

Para aliviar un poco la presión del ambiente los tres habían puesto música animada, y ahora sonaba Hit the Road Jack, de Ray Charles. Ellos se movieron entre los enfermos bailando y cantando, contagiándoles con un poco de la alegría que necesitaban.

Yuuna se había encargado de absorber las energías malditas de los que atendió, Suguru había buscado habilidades nuevas en su sección y Satoru se había limitado a erradicar las maldiciones sin mucho interés. Todas ellas eran de nivel muy bajo, los lacayos sin raciocinio de las que se encontraban en los poblados.

La acción estaría allí, donde ellos tuvieran que buscar más supervivientes.

—Podrías ir a ver cómo está —la voz de Suguru sacó a Satoru de sus pensamientos—. La muñeca no tenía buen aspecto cuando se fue al descanso.

Si Satoru tan solo le dijera que llevaba queriendo hacerlo desde que la vio salir con cara de muerto se reiría de su obviedad.

—Podrías hacerlo tú también —murmuró enfocando sus ojos azules en su espalda y viendo cómo se acuclillaba frente al siguiente superviviente por atender.

Muñeca Voodoo | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora