-¿Ese es... el minotauro?

397 69 1
                                    



Cuando volvió a abrir los ojos se encontraba en un auto. Apretó con fuerza los ojos. El dolor de cabeza la tenía aturdida. Cuando su vista se aclaró de fijo en el auto en el que estaba. Percy estaba a un lado de ella discutiendo algo con su madre y Grover estaba al otro lado de Percy.

-¿Porque unas ancianas cortan hilo?-pregunto Percy. Al parecer ninguno se había fijado que Aíra había recuperado el conocimiento. Ella aún estaba aturdida por lo que había pasado que apenas podía formular una palabra. La imagen de aquella mujer no se iba de su cabeza, y las palabras de aquel hombre tampoco.

-No eran ancianas.-contestó Grover.-Eran las Moiras. ¿Sabes que significa el hecho de que se te aparecieran? Solo lo hacen cuando estas a punto... cuando alguien estaba a punto de morir.

-Un momento.-intervino Percy.-Has dicho estas.

-No, no lo he dicho. He dicho alguien.

-Querías decir estás. ¡Te referías a mi!

-¡Quería decir estás como cuando se dice alguien! ¡No tú!

-¡Chicos!-les reprendió una voz femenina que Aíra reconoció como la voz de la madre de Percy.

La mujer giró bruscamente a la derecha y justo a tiempo porque se visualizó una figura que logró esquivar. Una forma oscura y fugaz que desapareció a sus espaldas.

-¿Que era eso?-dijo Percy mirando hacia atrás.

-¿Pero que demonios?-logró decir Aíra bastante confundida.

La madre de Percy casi frena de golpe al escuchar la voz de la chica y dio gracias a todos los dioses porque está por fin despertara. Cuando un adolescente llega con una adolescente ensangrentada no es algo que tomes bien en primer lugar.

Por otro lado Percy volteó abruptamente al igual que Grover a verla. Grover sonrió con todos sus dientes y varias lágrimas salieron de sus ojos. Los dos chicos se acercaron a abrazarla y esta contuvo un quejido por lo fuerte que la apretaban.

-C-cuando Grover llegó contigo inconsciente... pense...-empezó a decir Percy preocupado al separarse de ella.

-¡Aíra! ¡Que susto me diste!-dijo Grover con lágrimas en los ojos.-Te seguí a tu casa después de que perdí a Percy porque tuve un mal presentimiento... cuando llegue escuché algo romperse y al abrir la puerta te desplomaste ¡A penas pude alcanzarte!-se reprendió a si mismo por no haberla acompañado. Ese era su deber y no lo había cumplido...

-Yo...-Aíra seguía sin poder procesar lo que estaba sucediendo a su alrededor pero trato de mantenerse serena, aunque no le estaba dando resultado.-Oigan ¿Que está pasando? ¿A donde vamos? ¿Que era eso del camino? ¡¿Lo de mi casa fue real?!

-Me alegro que despertaras querida.-dijo la señora jackson desde el asiento del conductor.-Prometo que responderemos tus preguntas, pero primero tenemos que llegar al campamento.

-¿Porque todos hablan de un campamento?-alego Aíra.- El hombre de mi sueño dijo lo mismo... ¿Que está pasando?

-Espera...-Intervino Grover.- ¿Que hombr-

Antes de terminar la frase, ambos semidioses sintieron cómo se les erizaba el pelo de la nuca. Hubo un resplandor, una repentina explosión y coche estalló.

Todo se hizo liviano de repente, como si los estuvieran aplastando, frieran y lavaran, todo al mismo tiempo.

-¡Ay!-Exclamo Percy cuando su cabeza dio con el asiento al frente de el.

-¡Percy! ¡Chicos!-exclamo la señora jackson.

La cabeza de Aíra había chocado contra el cristal haciéndose una grieta en este. ¿Cuantos golpes en la cabeza puede soportar una persona de doce años? Ni idea, Aíra suponía que definitivamente este no era su día de suerte, y con tantos golpes en la cabeza sabía que todo era real.

𝑭𝒂𝒊𝒓𝒚𝒕𝒂𝒍𝒆 - 𝑷𝒆𝒓𝒄𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌𝒔𝒐𝒏 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora