-Los hijos prohibidos

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-Tenemos que hablar.-le dijo la chica. A diferencia de en su sueño. Ahora se veía unos centímetros más alta que Aíra. Se pelo que antes tenía mechas azules, ahora las tenía rojas con un corte por encima de las orejas. Traía una camiseta unas tallas más anchas de la suya, un jean oscuro y una mochila en su espalda.

-Mmm, disculpa no es por sonar grosera ni nada, pero...-Empezó a decir Aíra tomando distancia, pero la chica daba un paso al frente cada vez que Aíra daba uno hacia atrás.-¿Te conozco?

-Tenemos que irnos de aquí.-dijo la chica de mechas rojas.-Aquí no tenemos lugar.

-Si bueno... tal vez otro día ¿si?-dijo Aíra con una sonrisa forzada.-Ahora tengo que mm tal vez llamar a algún adulto-se interrumpió- ¡Quiero decir! Ir a dormir...-La chica de mechas rojas la tomo de la muñeca.

-Andromeda por favor-

-No me llames así.-la interrumpió.-Ni siquiera te conozco.

Esas palabras se clavaron en el corazón de Thena como estacas. Se pudo ver reflejado el dolor en su rostro. Incluso Aíra sintió una presión en su pecho cuando lo dijo, como si se estuviera engañando, pero ella enserio no la recordaba más que de esos sueños que tuvo.

-Yo...-hizo una pausa aclarando sus ideas y bajo la mirada.-Oye esto sonará raro, pero tú y yo somos amigas... bueno más que eso.-se froto la frente por la frustración.-¡Es complicado! Lo que trato de decir es que se quien eres.-Aíra la miro con duda aunque en el fondo sentía que la chica decía la verdad. Pero no estaba segura de si confiar.-Okey escucha, te daré algo que te ayudará con tus recuerdos ¿si?

-No beberé nada que me de alguien que no conozco.-dijo Aíra dando otro paso hacia atrás.

-¡Por Hécate!-exclamo levantando los brazos hacia el cielo de frustración.-Había olvidado lo desconfiada que eres por culpa de tu padre mortal.-buscó algo entre los bolsillos de su pantalón.

-¿Debería tomar eso como una ofensa hacia mi padre o hacia mi?-le cuestionó.

-Ay tómalo como quieras.-exclamo en un murmullo. Encontró lo que buscaba y se lo mostró a Aíra con una sonrisa. Era un frasco pequeño con una especie de líquido verde. Aíra arrugó la cara en muestra de asco, al contrario de la chica que aún sonreía.-Bébelo, es sangre de gorgona. Te ayudará con tu memoria.

-Okey ya está.-dijo Aíra.-Aléjate de mi por favor.

-Ay por favor.-dijo suspirando la chica.-¡No es para tanto!

-¡No tomaré sangre de gorgona!-exclamó exasperada la pelinegra.- Según la mitología, la sangre de gorgona tiene propiedades curativas pero si bebes del frasco equivocado ¡Puedes morir!

-...-la chica la miro por unos segundos tratando de adquirir un poco de paciencia.-En verdad... odio que seas una nerd aveces... pero así te quiero.-le dijo con una sonrisa que hizo a la más baja sonrojar con el ceño fruncido.

-No soy una...-se detuvo y se analizó a sí misma.-Como sea, no tomaré esa cosa.

Se propuso a irse hacia la cabaña de Hermès, pasó por el lado de la chica, pero está la detuvo sosteniendo su brazo. Aíra la miro furiosa. Los ojos violetas de la chica se conectaron con la mirada fría y penetrante de la más baja.

-No quiero hacerte daño Airis...-le dijo en un tono de voz calmado. Como si tuviera una debilidad por ella, pero ¿porque?

-Que interesante...-dijo Aíra.-Ahora mismo yo si quiero hacerte daño a ti.-Thena tiro de Aíra y trato de inmovilizarla para darle de beber del frasco.

Aíra logró zafarse de su agarre y pasó su pierna por los pies de la chica haciéndole perder el equilibrio y que cayera al suelo. Cuando Aíra trato de correr, la chica agarró uno de sus tobillos haciéndola caer de cara al suelo.

𝑭𝒂𝒊𝒓𝒚𝒕𝒂𝒍𝒆 - 𝑷𝒆𝒓𝒄𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌𝒔𝒐𝒏 [𝟏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora