Capítulo 5: Señorita ¿Que tal si...?

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—Pero no se jugar— digo a Justin me observa  como un animal en celo, vaya, basta con que los hombres vean un cuerpo bonito y se vuelven medio tontos.

—Yo te enseño— responden Justin y Dylan al mismo tiempo.

No, no, esto no puede volverse un triángulo amoroso y pelea de dos amigos por una chica, solo quiero seducir a Dylan porque me  todo de él y me llama mucho la atención hasta donde podré llegar con el, también la venganza a Liliana.

Así que... Tengo que seguir con el plan principal y si me meto en la piscina, no lo lograré.

—Ay Dylan, no seas mentiroso, la última vez dijiste que seguirías enseñándome a andar en moto y no lo hiciste.

Los chicos desde la piscina comienzan a preguntar cuando fue eso, Dylan me  sonríe y comienza a pasear su vista por mi cuerpo, no me siento incomoda, incluso me remuevo en el asiento para que mis pechos se muevan y darle que mirar.

Liliana lo jala del brazo para hablarle, pero el sigue observándome.

—Tengo hambre ¿vamos a comer?— le dice en meloso y yo miro a las chicas en busca de ayuda.

—¿Qué tal si...— comienza a decir Maria llamando la atención de todos— vamos a dar un paseo en moto?

No pudo decir algo peor ¿así como pasaré tiempo a solas con Dylan?

Todos comienzan a decir que si  y comienzan a salirse de la piscina para ir a arreglarse, yo también camino hacia la casa.

Pero se me ocurre una pequeña maldad ¿lo hago?  Arrastró a Olivia a una esquina donde nadie nos ve y y le digo que me apriete lo más duro que pueda las tiras de la parte de arriba del traje de baño, le cuento un poco mi pequeño plan y ella me ayuda llevándose a Liliana a la habitación de María.

Yo camino hacia la habitación de Dylan, me siento muy nerviosa pero decidida en entrar a la boca del lobo, toco la puerta.

— Pasa— dice el, respiro hondo y entro con una sonrisita, luego cierro atrás de mi.

—Hola, disculpa, no quiero molestar— digo viendo que llegue en un momento no tan ideal, veo como se termina de abrochar el pantalón, ya tiene los zapatos puestos y sigue sin camisa.

—No molestas ¿que sucede?— dice sonriendo, me encantan las pecas tan preciosas que trae en las mejillas.

—Se que es un poco raro pedirte este favor pero las chicas están ocupadas— digo volteándome para darle la espalda— el nudo, no puedo desatarlo.

—Ya no eres tan libre soy que digamos ¿no? Te aprisionó un traje de baño— bromea, pero luego me agarra de la cintura para acercarme a él, siento toda mi piel erizarse y sus manos calientes, suspiro ruidosamente, me arrepiento pero no me disculpo.

Siento sus dedos rozar mi espalda mientras me hace el favor y su respiración en mi nuca, si me muevo un poco hacia atrás se que sentiré su cuerpo pegado al mío, pero no me muevo ni un centímetro.

—Podría solo quitármelo por encima pero me da miedo romperlo— digo rompiendo el silencio.

—Sería un desperdicio ¿no? Te luce muy lindo este color— siento la lucha que tiene con las tiras— vaya rollo tienes aquí, ven, déjame sentarme.

Vuelve a sujetarme la cintura pero esta vez es para llevarme con el hacia atrás, se sienta y yo quedo de pie  mirando hacia el techo.

—Acabó de recordar lo que dijiste ayer, que no te gusta que entren a tu habitación.

—Pero te dije que no me molestaría que tú te quedaras aquí— sonrío ante su comentario y no puedo evitar sentir emoción— por cierto ¿te vas a subir en la moto conmigo?

Monocromático.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora