Desde hace un rato sentada en la sala de espera del veterinario, veo a Dylan llegando con dos cafés que fue a comprar hace unos pocos minutos y sentarse a mi lado.
Me entrega uno que recibo gustosa.
—Gracias— sonrío temblando un poco por el frío.
—De nada ¿no han dicho nada?
—No — respondo— no se si la estarán bañando o revisando.
—Vale, seguro que estará bien, no lucia en tan mal estado.
Unos minutos más tarde, sale una enfermera y nos habla, la chica es realmente preciosa, es extremadamente blanca, de cabello rubio y largo, labios delgados, también se mira más alta que yo, pero no más que Dylan.
Lo que no me gusta es la coquetería con la que le habla a él porque a mi ni me determina, muy pocas veces me ha visto directamente.
—Pueden pasar, ya fue bañada y el doctor les dirá sobre su estado.
—Gracias — responde Dylan— ¿a que sala?
—Sala cuatro.
—Vamos Elsa— me dice agarrando mi mano, yo me dejo guiar hasta llegar a la mencionada sala cuatro— tienes frío ¿verdad?
—Mucho— respondo entrando a la sala.
—Lo bueno es que ya no está lloviendo, perdón porque tengas que pasar por esto.
—Está bien Dylan, la lluvia no es tu culpa.
El consultorio tiene luz tenue, imágenes de algunos animales, una mesa de metal e implementos de todo tipo para que el veterinario pueda usar.
Hay unas sillas por lo que después de observar todo, Dylan y yo nos sentamos a esperar nuevamente.
Pero no pasa mucho tiempo cuando se abre la puerta y entra un señor con cabello blanco junto con la perrita que al vernos cambia su expresión de angustia por una de felicidad, mueve su cola mientras corre hacia nosotros en busca de cariño ¿habrá pensado que la dejamos?
Comienzo a acariciarla mientras el señor le habla a Dylan.
—Bueno, lo primero que deben saber es que no tiene un chip de rastreo y en los últimos días no ha habido ningún aviso de que se haya extraviado una golden.
—Entonces... ¿Ahora mismo podríamos adoptarla?
—Si es lo que desean, pues si— responde el doctor y Dylan asiente, el señor al ver la expresión afirmativa de mi chico, le dice a una enfermera que comience a ordenar los papeles— pero hay otra cosa que deben saber antes de adoptarla.
—¿Que cosa?— pregunto acariciando a nuestra perrita sin nombre fijo.
—Está embarazada, por eso se ve como si estuviera subida de peso.
Dylan y yo nos miramos.
—Vaya, estamos comenzando la familia y ya tenemos nietos, hasta comenzó a dolerme la espalda— dice el con una sonrisa— a mi no me molesta ¿y a ti, cariño?
Cada que me dice "cariño" nace un hada de lo mágico y lindo que se escucha.
—A mi tampoco me molesta, cariño— respondo.
—Bien, mi mujer está de acuerdo ¿donde firmo?
***
Un mes después.
—¿Crees que va a parir pronto?— pregunta Maria mientras ambas vemos a Sun acostada en el césped.
—Si, falta poco— respondo— bueno, eso dijo el veterinario.
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Monocromático.
Storie d'amore¿Qué hace una kpoper en una carrera ilegal de motos en medio de la noche y en un lugar que no conoce? Fácil, solo hay que tener una amiga alocada, dispuesta a todo y sin miedo a nada. Lo que comienza como un día super normal y tranquilo para mí en u...