Capitulo 11: Escapada.

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Esto de bañarse con alguien es fantástico.

En mi mente solo quería volver a repetirlo mil veces más, pero estamos a punto de escaparnos, así que...

Dylan me espera acostado en la cama, yo me visto rápido con un short negro, un top del mismo color y unos zapatos blancos.

Veo la chaqueta del desconocido que me salvo en el 2017 ¿debería usarla? No, mejor no, en otra ocasión será.

Agarro un suéter blanco y mi bolsito morado que tiene unas photocards de mi precioso bias de BTS, Taehyung, voy al baño para aplicarme un poquito de maquillaje.

Unos minutos después salgo ya lista y le hablo a Dylan que observa su teléfono.

—Estoy lista, pero ¿no es muy tarde?

—Estas preciosa, como siempre— sonríen levantándose de la cama— y no, a esta hora suele ponerse mejor si es que no llega la policía ¿vamos?

—Vamos, pero tengo un poquito de miedo.

—Todo estará bien, tranquila— me da un beso que hace que mi ansiedad desaparezca, después de cerrar con seguro la puerta de mi cuarto caminamos hacia mi balcón, el se sube en la madera para intentar agarrar la rama gruesa del árbol.

Yo miro mi patio y es cuando me percato de que Valentina y Susana me miran asombradas.

Mis primas se ríen viendo a Dylan que también se percata de ellas y les sonríe, yo les hago una señal de que no digan nada y Susana me señala el teléfono para que vea que me esta llamando, contesto al instante y ella habla al instante.

—¿A donde van? ¿Te vas de escapada?

—Si, me voy de escapada y vamos a una carrera de motos, les prometo que las llevaré la próxima vez pero no pueden decir nada ¿bien?

—Está bien, cuídense y...— no termina de hablar y veo que su expresión feliz poco a poco se transforma en una de miedo mientras observa hacia la puerta de la cocina de mi casa, o sea abajo de mi balcón pero un poco más a la izquierda.

—Tiaaaa— grita Valentina y se que es mi mamá— vamos a bailar dentro ¿quieres?

—Ay no mija, me canse, salí a echar humo un rato— el humo del cigarro llega a mis fosas nasales y luego la veo a caminar hacia donde están las chicas.

Susana cuelga la llamada.

Como mi mamá esta de espaldas, me subo a la madera del balcón y Dylan que ya está sujeto, me estira la mano y yo sin pensarlo mucho, salto.

El me abraza a su cuerpo y nos pegamos al tronco para cubrirnos con las hojas y ramas, pero gracias a los sonidos, mamá habla.

—¿Que coño fue eso?

—¿Que cosa, tía?— pregunta Valentina ayudándome.

—Yo no escuche nada— ayuda también Susana.

—Tus primas me caen bien, sin suda las llevaremos a la próxima— dice Dylan en un susurro en mi oído y yo sonrío.

—Estoy segura de que escuche algo— dice mamá— soy ciega pero no sorda, el árbol sonó y...

—Seguro que fue un animal— inventa nuevamente Valentina.

—Si, un gato o un búho— dice Susana.

—Voy a revisar— asegura mamá.

—Ay tía ¿para qué?

—Mejor fúmese tranquila su cigarro.

Escucho que mi mamá se queja pero luego escucho muy por encima de nosotros, en las ramas de arriba un búho comienza a ulular.

—Ay, si es un coño e madre búho— dice mamá con tono irónico.

Monocromático.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora