Capitulo 15: A tu lado.

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Dylan.

Elsa se duerme profundamente luego de hablar unos minutos, acaricio su cabello mientras observo su belleza y es que hasta dormida es adorable.

Siento unas fuertes ganas de fumar de repente, no se porque pero estoy ansioso, creo que es más que todo por la llamada de María y es que no me convence mucho que digamos lo que me dijo pero trato de no prestarle atención excesiva.

Me levanto con cuidado de la cama y salgo de la habitación, al bajar la escalera me encuentro con que la familia de Elsa está terminando de comer.

—Buen provecho— digo y camino hacia Olivia cuando todos dicen "gracias"— Oli saldré a... Ya sabes.

Ella asiente y sigue haciéndole las uñas a una de las mujeres.

Salgo del townhouse y me alejo un poco hacia el estacionamiento, donde está mi moto, me recuesto de ella mientras saco un cigarro junto con el encendedor.

Le doy una calada mientras observo el cielo, estoy soltando el humo cuando veo que a mi lado se para la señora Estela y por instinto, casi boto el cigarro, pero eso sería un desperdicio, ella me observa y yo a ella, la incomodidad se siente en el aire.

—No lo botaré, fume o no, usted me seguirá odiando.

—No te odio— dice sacando un cigarro— ¿tienes fuego?

¿No me odia? Pero si hasta le dejo de hablar a su hija por salir conmigo, le paso el encendedor y mientras ella enciende, hago la pregunta porque la verdad si me da mucha curiosidad.

—¿Entonces por qué se comporta así?

—Estoy asustada.

—¿Asustada? ¿Por qué?

—Más que eso, estoy aterrada— confiesa y su mirada de sinceridad me desarma— sé que mi niña ya es una adulta, pero mis propios traumas de adolescencia me han hecho actuar de la forma en la que lo hice y no te pido que entiendas completamente pero... Antes de conocer a su padre y ni siquiera planeaba tener hijos, conocí a un hombre con las mismas cualidades que tú.

—¿Yo? ¿A qué se refiere?

Ella hace un gesto con los ojos que me recuerda a Elsa y yo me esfuerzo por no sonreír.

—Voy a necesitar más de un cigarro para hablar de esto.

—Tengo toda la tarde— digo sacando mi caja llena y le sonrío.

—Bien — mira hacia el cielo y suspira— pensé que estaba enamorada de ese tipo y yo solo tenía quince añitos, el tenía veinticinco, a él le gustaban las motos, fumar drogas y muchas cosas así, a él y a sus amigos yo les parecía aburrida porque claramente era una niña, entonces comenzó a manipularme para escaparme de casa por lo que comencé a beber y fumar, relativamente todo iba bien hasta que un día me excedí...

Veo unas lágrimas asomarse en sus ojos y creo que entiendo por dónde va la conversación, ella apaga el cigarro en el suelo mientras saca otro, lo enciende y vuelve a hablar.

—Él y un amigo de él abusaron de mi, le tuve miedo a los hombres en general, incluso a mis hermanos y cuando ellos lograron sacarme la verdad, lograron hacer que ese patético se alejara de mi porque no paraba de acosarme, después de pasar por mucho dolor y tratar de olvidarme de eso, a los dos años conocí a el papá de Elsa.

—¿Entonces usted piensa que yo soy así?

Creo que lo único parecido es que nos escapamos y me gustan las motos, de resto...

—No puedo negarte que las similitudes me hicieron pensar así, pero tanto tú como Elsa me han demostrado todo lo contrario y por eso vengo a contarte esto, entiendo que no justifica mi actitud, pero solo quería que me entendieras un poco para que aceptes mis disculpas.

Monocromático.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora