¿ALGÚN DÍA SALDRÉ DE AQUÍ?

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-Escuche una voz decir despertaste, rápidamente dije:"¿Quién eres? ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué estoy amarrada?" Una voz gruesa dijo: "Cariño, yo soy Maximiliano, uno de los más importantes empresarios y mafiosos de Italia y estás aquí porque te deseo. Llevo meses siguiéndote y planeando este momento.

Eres la mujer más hermosa que he visto y no voy a dejarte escapar. Te haré mía, te guste o no".

Sentí un escalofrío de terror al escuchar sus palabras, lo vi caminar a la luz y ver su rostro recordé que era el de la cafetería.

Traté de soltarme, pero las cuerdas eran muy fuertes. Grité pidiendo ayuda, pero nadie me escuchó. Estaba atrapada con ese maldito loco.

-Sabía que escapar de él no iba a ser fácil. Me tenía agarrada por el cuello, amenazándome con hacerme daño si intentaba algo.

Le supliqué que me dejara ir, que no le diría a nadie lo que había pasado. Él se burló de mí y me dijo que me soltaría, pero que no hiciera nada estúpido.

Le prometí que sí, mientras mi cuerpo temblaba de miedo. En cuanto sentí que aflojaba su agarre, corrí hacia la puerta, esperando poder salir de ahí.

Pero él fue más rápido y me jaló del pelo, haciéndome caer al suelo. Me miró con odio y me dijo que me iba a arrepentir, No me atreví a mirar a la cara al hombre que me hablaba con tanta frialdad. Sentía su mano pesada sobre mi hombro, empujándome hacia arriba.

Quería gritar, escapar, pero no podía. Estaba atrapada en esa habitación, sin salida, sin esperanza. Él me susurró al oído: "Cariño, tienes que hacer lo que te digo. Si no, las cosas se pondrán muy feas para ti y para tu familia".

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Qué quería de mí? ¿Por qué me había secuestrado? ¿Qué iba a hacerme? No sabía nada de él, solo que tenía una voz pesada y una mirada cruel.

Al escuchar lo que me dijo, sentí una mezcla de miedo y rabia. ¿Cómo se atrevía a amenazarme así? ¿Qué derecho tenía a controlar mi vida? Pero no podía enfrentarme a él, sabía que era más fuerte y que tenía aliados peligrosos.

Así que le respondí que haría lo que me dijera, pero por dentro me juré que algún día escaparía de su poder. Que algún día le haría pagar por todo el daño que me había hecho. Que algún día sería libre.

LA JODIDA OBSESIÓN DE UN MAFIOSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora