EL INICIO DE ALGO NUEVO

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Hizo que su maldito pené estuviera en mi boca eso me causó repulsión lo odie con mi vida, es un maldito loco, al no querer tener su enorme miembro en mi boca trataba de sacarlo, pero, me tomo del cabello y jalaba de el, haciendo que su pené estuviera más dentro de mi boca, realmente ya estaba cansada de mis ojos salían lagrimas, así que hice lo que él quería le daba pequeñas estimulaciónes con mi mano y mi boca hacia lo demás. De repente comencé a sentir sus palpitaciones maldición se estaba por venir en mi boca, trate de sacar mi boca cuanto antes, pero, maximiliano dijo:"trágalo cariño, no creo que lo quieras en otra parte de tu cuerpo"

eres un maldito loco dije sin pensarlo,escuche como Maximiliano dijo:"así me tienes tú cariño, es tú magia," y así lo tragué unas ganas de vomitor están en mi, pero, si lo hacía me iría peor, después de el llegar caso su miembro de mi boca.

Maximiliano dijo:tengo que ir a mi empresa tengo que cerrar el trato que deje en medio, por tus berrinches de niñita, y ahora va a quedar uno de mis hombres en la puerta del cuarto para que ni inventes hacer una estupidez otra vez. quiero que sepas algo, espero que esta sea la última ves que hagas una estupidez como esta, porque para la próxima te juro que te va a ir muy mal."

Y así se marchó dejándome de rodillas en la habitación. Me sentía asqueada y lo único que podía pensar en ese momento era darme una larga ducha y tratar de olvidar lo que había pasado. Me levanté del suelo y me dirigí al baño. Me quité toda la ropa y entré en la ducha. El agua me hacía sentir un poco mejor y tranquila. Tomé el champú de coco y lo puse en mi cabello largo y rizado, haciéndole pequeños masajes para que saliera espuma. Después de unas largas horas, salí y me vestí con un vestido rosa corto y unos tacones de plataforma muy pequeña. Sequé mi cabello y pinté mis labios y puse un poco de brillo en mis párpados. Tal vez hacer todo esto me ayude a sentirme mejor. Al terminar, me senté en la cama y tomé un libro de la estantería y lo comencé a leer. Era muy hermoso.

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Estaba leyendo tranquilamente en mi habitación cuando oí un estruendo que provenía del gran jardín. ¿Qué demonios era ese sonido? ¿Acaso eran disparos? Sentí un escalofrío de miedo y mi corazón latía con fuerza. De repente, la puerta de mi habitación se abrió de golpe y vi a un hombre enorme que me miró con severidad. "Señorita Anna, tiene que venir conmigo", me ordenó. No supe qué hacer, si obedecer o resistirme. Pero no tuve tiempo de decidir, porque el hombre me agarró del brazo y me arrastró por el pasillo. Los disparos y los gritos seguían sonando en la casa y yo estaba aterrada. El hombre me llevó a una habitación oscura y la cerró con llave. Luego, movió unos muebles y reveló una puerta secreta. Me empujó hacia adentro y me dijo: "Aquí estará a salvo. El señor es el único que vendrá a buscarla, Si yo no vuelvo". Y se marchó, dejándome sola en aquel lugar. Era una habitación dentro de otra habitación, muy espaciosa y con una cama, comida y más cosas. No podía creer lo que estaba pasando. ¿Qué demonios estaba pensando? ¿Dónde está maximiliano ?. No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero el silencio se había hecho absoluto. Estaba atrapada y asustada.

De repente, escuché cómo los muebles que ocultaban la puerta se movían. Mi corazón latía a mil y mi cara estaba pálida. No sabía quién podría ser, así que me escondí debajo de la cama rápidamente. Entonces, oí la puerta abrirse y una voz conocida. Era Max. Mi corazón se alivió mucho. -Anna, ¿dónde estás? -Aquí estoy, perdóname por Dios, mi vida. Rápidamente salí de debajo de la cama y corrí a abrazarlo. -¿Qué pasó, Max? ¿Dónde estabas? Estaba muy asustada. -Nuevamente le oí decir: -Cariño, lo siento. Lo que sucedió es que unos malditos rivales... Pero ya me encargaré de eso. Realmente yo no sabía qué pasaba conmigo, pero lo besé y me encantó. Pude ver cómo Maximiliano se quedó por un momento congelado por mi beso. Después, pude sentir cómo colocaba sus manos en mi cintura y me apretaba para jalarme más a él. Él era muy alto y yo, en mis puntillas, me cansé y me separé.

No podía creer lo que acababa de hacer, pero algo dentro de mí me impulsó a besar sus labios. Su rostro de miedo y preocupación me atrajo como un imán, y sentí que tal vez él también sentía algo por mí. Su beso me hizo estremecer, y sus manos en mi cintura me hicieron sentir un calor que recorrió todo mi cuerpo. Cuando nos separamos, él me miró con sorpresa y me dijo: "¿Me acabas de besar tú? ¿Sin que yo te obligara ni te amenazara?". Yo me puse nerviosa y le respondí con una voz que intentaba ser graciosa pero que sonaba temblorosa: "Fue por el miedo, no te hagas ilusiones. Eso no significa nada". Maximiliano me tomó de la mano y me dijo que saliéramos de ahí, que ese lugar era un infierno. Al caminar hacia la salida, vi la mansión hecho un desastre, y pensé que quizás ese beso había sido el inicio de algo nuevo, o el final de todo.

LA JODIDA OBSESIÓN DE UN MAFIOSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora