MÍA SIN IMPORTAR NADA

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-Después de leer la información que me entregó Marcos, decidí mandar a tres de mis mejores hombres a cuidar a mi Anna. Quería saber todo lo que hacía, con quién hablaba, dónde iba.

Ella tenía algo que me atraía como un imán, algo que me hacía sentir distinto. Ella tenía que ser para mí, solo mía, y lo sería sin importar la manera.

No iba a permitir que nadie se interpusiera entre nosotros, ni siquiera ella misma.

-Hoy me desperté con una sensación de celos que no podía quitarme de la cabeza. Sabía que ella tenía una cita con ese tipo que tanto odiaba, y que se iban a encontrar en el parque.

No podía soportar la idea de que él le pusiera las manos encima, de que le dijera cosas bonitas, de que la hiciera reír. Así que tomé una decisión: le mandé un mensaje a mis secuaces y les ordené que la secuestraran. Quería tenerla solo para mí, quería hacerle pagar por haberme sentir así quería hacerle saber quién era el verdadero dueño de su corazón.

-Hoy era el día que tanto esperaba: tenía una cita con Mati, mi crush desde hace meses. La cita era a las ocho de la noche en el parque, así que me levanté temprano para prepararme.

Me di una ducha, me puse una ropa cómoda y me fui a la cocina a preparar un rico desayuno.

Luego, me senté en el sofá con un libro de amor que había comprado hace poco. Me encantan las historias románticas, pero a veces me gustaría vivir algo más emocionante, algo más arriesgado, aunque me da un poco de miedo.

Estuve leyendo hasta que me di cuenta de que ya era hora de arreglarme para la cita. Fui a mi habitación y abrí el armario. Tenía tres opciones: un vestido blanco con flores, una falda negra de cuero y una blusa blanca de tirantes, o un pantalón negro y una camisa blanca. Me decidí por el vestido, me parecía el más bonito y femenino.

Me maquillé con un estilo natural y me miré al espejo. Estaba lista para ir con Mati.

Eran las siete y cuarenta, así que cogí mi bolso y salí de casa. Caminé hacia el parque con una sonrisa en la cara, pensando en cómo sería nuestra cita.

De repente, vi una camioneta que iba muy rápido por la calle. Me pareció extraño, pero no le di mucha importancia. Sin embargo, cuando pasó por mi lado, se detuvo y se bajaron unos hombres con pasamontañas. Me agarraron por los brazos y me metieron en la camioneta. No podía creer lo que estaba pasando. ¿Quiénes eran esos hombres? ¿Qué querían de mí? ¿Y Mati? Mi corazón se aceleró y sentí un nudo en la garganta. Estaba aterrada.Después, solo recuerdo la oscuridad.

-En mi viaje hacia Italia, recibí una llamada de uno de mis hombres. Me informó que habían capturado a Anna y que la llevarían a la mansión.

Yo sentía una obsesión por ella, era una mujer hermosa que me cautivaba. Quería tenerla a mi lado y hacerla mía.

Después de llegar a la mansión, me dirigí al despacho a terminar unos cuantos negocios que tenía pendientes.

Después de unas cinco horas, ya me habían traído a Anna, quien aún estaba inconsciente. La llevé a mi habitación, la cual era muy grande y oscura.

La miré por unas largas horas mientras estaba en uno de los muebles de la habitación. Por la oscuridad, no se notaba que estaba ahí, solo mi respiración rápida y agitada.

Ella era tan hermosa, incluso estando dormida. Me preguntaba qué pensaría de mí cuando despertara. ¿Me odiaría por haberla secuestrado? ¿Me temería por ser un mafioso ? ¿O sentiría algo más por mí, algo que yo también sentía por ella?

LA JODIDA OBSESIÓN DE UN MAFIOSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora