Capítulo 20

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Capítulo Anterior:

La azabache quedó en silencio, ¿Robarle algo a Sesshomaru?¿Cómo carajos iba a hacer eso?. Quería terminar con su estúpido juego, no quería ser parte de él. Pero se sentía atrapada, ese hombre además de dar miedo, tiene mucho poder y ella solo era una persona débil. No quería lastimar a Sesshomaru, simplemente quería alejarse de él y de todos y no seguir causando más daño. Se replanteo en hablar todo esto con Sesshomaru pero no podía, el maldito Sádico de Naraku tenía todo calculado.

- Te llamaré en unos días, quédese atenta pequeña Rin. - dijo cortante desde el otro lado de la línea

---------Fin del Flashback-----------

Viernes 22 de febrero. Japón 16:50pm

Rin

Había pasado ya un tiempo de ese terrible suceso con Naraku. Me tomé mi tiempo para reflexionar, no quería dañar a mis seres queridos. Necesitaba decirle de alguna manera al Señor Sesshomaru lo que ocurría pero sin ponerlo en riesgo, todo esto dependía de un finito hilo y si llegaba a hacer algo mal, mis amigos y la familia del Señor Sesshomaru iban a sufrir las consecuencias. Me sentía fatal.

Recordé esa frase de Naraku; "Eres una mujer, usá tus encantos". Me sonroje indebidamente al recordar mi último beso con él Señor Sesshomaru. ¿Y si usaba esa frase? Pero, ¿Para usarla en contra de Naraku?

Necesitaba una manera de volver a conectar una conversación con el Señor Sesshomaru, un mes sin cruzar palabra con él y casi ni lo encontraba por la casa, desde el beso que me robó Kohaku, todo cambió y no precisamente para bien. Si debía ser sincera, lo extrañaba. No me gustaba sentir todos estos sentimientos pero al cerrar los ojos recordaba el sabor de sus labios sobre mi boca una y otra vez y de sus brazos rodeando mi Cintura. Me sonrojaba solo al pensar lo bonito que era, un deleite para los ojos.

Eran las 17:00 pm en Japón y el invierno se hacía presente, oscurecia rapidamente mientras volvía a casa del trabajo. Desde el beso no volví a hablar con Kohaku, me sentía realmente incomoda... El era mi amigo, no lo veía como algo más y eso beso trajo muchas complicaciones.

Llegué a la entrada de la mansión Taisho y entré rápidante ya que mis manitas se estaban congelando con el frío, había nacido en este lugar y todavía no me acostumbrada a las temperaturas.

Rápidante entré y giré mi mirada a la izquierda, hacia la habitación del señor Sesshomaru. Estaba completamente decidida en hablarme hoy, no sabía que excusa iba a inventar pero acercarme a él era un paso más cerca de relevarle la verdad.

Subí a mi habitación y rápidante quité mi ropa y me dí una ducha de agua caliente. Que relajante. Pensé mientras recostaba mi cabeza sobre la pared de la ducha y me refregaba los ojos.

Salí de la ducha y me dirigí a mi armario, hace unos días me habían pagado mi primer sueldo y Kanna me acompaño a ir de comprar a la tienda. Se imaginan como habrá terminado la historia... Sí, exactamente ella eligió todas las prendas por más que me haya querido negar a las prendas más ajustadas. Tomé un par de calcetines rosas, ropa interior negra, un Sweater blanco que me dejaba los hombros descubiertos y mi característico pantalón de osito. Me miré al espejo y una otra vez. ¿Cómo voy a conquistar al Señor Sesshomaru de esta manera? Tenía que acercarme a él y Naraku tenía razón, la única forma era usando mis encantos pero simplemte no los encontraba por más que mis ojos se queden plasmados en el espejo.

Se hicieron las 22:00pm rápidamente y solo daba vueltas a la habitación pensando en que excusa podía darle al Señor Sesshomaru, por la hora él ya debería estar aquí, pero me daba mucha incomodidad acercarme a él luego de lo que había pasado.

Bajé sigilosamente las escaleras mientras me preparaba mentalmente cuando una voz me interrumpe los pensamientos.

-Mi niña Rin, ¿Quieres un poco de sopa? - Dijo la Señora Kaede mientras Rin daba un saltito del susto.

-Oh, Señora Kaede.. Lo siento mucho, me asusté. - dijo mientras le daba una explicación por su reacción. - Me encantaría, su sopa es lo mejor.

-Mi niña, usted anda muy despistada estos últimos días. ¿Tienes algo en la cabeza que no te esté dejando pensar? - Hizo una pausa mientras servía sopa en un gran tazon. - O mejor dicho, ¿tienes a alguien en tus pensamientos?. -

Me sonrojé rapidante, con ese gesto ya me había delatado.

-Creo que mi niña esta enamorada. - Volvió a decir la anciana mientras se tomaba las manos en forma de esperanza.

-Oh, Señora Kaede. ¿Qué cosas dices? - Dijo Rin mientras tomaba nerviosa de su sopa. - Esta demasiado rica, algún día te voy a pedir la receta. - La azabache intentaba evitar el tema.

-Rin, quiero decirte algo. - hizo una pausa para luego poner una mirada más seria de lo habitual. - Conozco al Señor Sesshomaru desde antes de que haya nacido, a sus pocos años de vida el era un niño tierno que emanaba dulzura y cariño pero con el tiempo se apagó. - Volvió a hacer una pausa para luego ponerse algo angustiada. - Luego de que su padre se enamorara de otra mujer y haya dejado a su madre, él no volvió a ser el mismo. Dejó de sentir amor y dejó de demostrarle amor hasta a su propia madre. El desprecio se apoderó de él. Con esto Rin, quiero decirte que tengas cuidado con él. Es muy fácil que salgas lastimada de todo esto.

Escuchaba atentamente sus palabras y pude ver la sinceridad y tristeza en sus ojos. ¿El señor Sesshomaru, un niño tierno y amoroso? No me lo podía creer. Sin embargo, me sentí triste por él y por todo lo que debe haber pasado. La Señora Kaede tenía razón, problamenre salga lastimada de todo esto pero sentía que había algo más fuerte que yo que evitaba alejarme del peli blanco.

-Señora Kaede, muchísimas gracias por contarme esto.. Pero de verdad, quédese tranquila. - dijo mientras se acercaba a darle un abrazo, la anciana estaba muy triste, de seguro ver como una persona tan importante para ella, se apagaba emocionalmente durante los años debe haber sido duro, para todos y más para el Señor Sesshomaru.

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Entre palabra y palabra se había hecho casi la media noche. Rin y la Señora Kaede se querían muchísimo y la conversación fluía sola. Se había hecho muy unidas este último mes, ya de por sí la Señora Irasue estaba casi siempre en Milán y Kanna la mayor parte de la semana se quedaba a dormir con su novio. La señora Kaede permanecía dentro de la mansión Taisho todo el día, vivía solamente para cuidar dicha mansión y a los mismos integrantes de ésta. Gracias a esto, la anciana y la azabache formaron una pequeña relación de amistad. Rin, siempre tendió a llevarse mejor con la gente mayor, la gente de su misma edad siempre le habían causado problemas y siempre había sufrido a causa de esos tratos de los demás.

Kaede finalmente se dirigió a su habitación a tomar un descanso, mientras tanto Rin permanecía afuera de la habitación del Señor Sesshomaru tomando fuerzas para golpear su puerta. "¿Lo hago o no lo hago?" Esta pregunta se repitió en la cabeza de Rin fácilmente unas 15 veces en menos de 2 minutos hasta que una voz interrumpió sus pensamientos. Nuevamente esa voz que a ella tanto le gustaba.

-Rin, ¿Qué haces aquí? - Preguntó un ambarino curioso mientras se agachaba unos cuantos centímetros para estar en la altura de Rin.

Oh rayos. ¿Y ahora a donde me meto?

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Capitulo corto pero espero que les haya gustado ⭐

Dejen una estrellita si es de su agrado.

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Ella (Sesshomaru Y Rin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora