Capítulo 14 parte 1

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- Ven, vamos. Ya es hora de irnos. - Kanna ayudó a Rin a levantarse. Con un brazo se procuró de agarrar a Rin y con el otro llevó el bolso con las pertenencias.

Al salir, la azabeche reconoció ese auto de inmediato. Era Sesshomaru. Quería maldecir a Kanna ya que sabía que todo esto había sido obra de ella pero no tenía las fuerzas necesarias. Algo en ella se había quebrado completamente.

Sesshomaru bajó del auto para abrirle la puerta trasera a Rin. Uno podía jurar que su mirada era la misma de siempre, seria y prepotente pero en lo más profundo de sus ojos se podía notar la preocupación que sentía y el enojo con su padre. Si lo tuviera en frente en ese mismo instante se podría dar por hombre muerto.

Capítulo 14 parte 1.

Eran casi las 6;30 PM cuando llegaron de vuelta a la casa. Rin estuvo todo el viaje con la mirada fija hacia la ventana, sin ninguna expresión significativa, algo que era raro en ella ya que sus ojos expresaban todas las emociones posibles en el planeta, pero esta vez la situación era diferente.

Por otro lado, Sesshomaru, el arrogante y despiadado ser que aseguraba no importarle los sentimientos de los demás, se dispuso en absolutamente todo el trayecto a apretar el manubrio con fuerza, tenía demasiada irá acumulada. ¿Cómo era posible que alguien tan miserable le hiciera eso a su propia hija? Pensaba furioso mientras trataba de concentrarse en llegar a la casa a salvo.

Como decía antes, al llegar a la mansión lo primero en principal para la pequeña Rin fue ir corriendo rápidamente hacía su habitación. No quería hablar, no quería dar lástima a nadie y menos todavía quería entablar una conversación coherente con alguien. Tan solo pretendía estar con ella misma hasta asimilar lo que había pasado.

Al ver cómo corría rápidamente a su habitación, el hombre cautivado por la angustia de la chica reaccionó tratando de parar el acto de escaparse agarrando su brazo derecho suavemente. Quería hablarle y decirle que todo estaría bien pero claro, su maldito orgulloso no le iba a hacer la jugada tan fácil, para nada. En una lucha interior con su conciencia y el mismo, ganó su arrogancia y se dejó llevar por sus principios. La miró a los ojos con aquella mirada ambarina tan neutra que él poseía por unos segundos para proceder a soltarla nuevamente y que siga su camino. No era propio de él aquel sentimiento que percibía a ratos, no quería preocuparse por su bienestar y sentir pena por ella, sentir su dolor . Prefirió evitar aquellas sensaciones tan extrañas y nuevas para él alejándose lentamente de Rin.

Así pasaron las horas lentamente para ella, con sollozos, llantos y lágrimas.

Tenía la carta entre sus manos, la leía una y otra vez analizando las palabras de su llamado "padre". Se preguntaba cada ciertos minutos, ¿Cómo es posible que haya llegado hasta ese punto?. Ella recordaba en su niñez lo feliz que había sido al lado de su madre y su padre y no le entraba en la cabeza como ese hombre podía odiarla, ¿A caso podría ser un posible que un padre deteste a su hija?.

Mientras sostenía la famosa carta entre sus finos dedos se mantenía sentada sobre el edredón, pensando que a lo mejor esta situación fue para un bien aún mayor, para darse cuenta de que clase de personas la rodeaban.

De un momento a otro y por impulso llegó gracias a Irasue a su casa, la cual muy amablemente la hospedó y tal vez, solo tal vez el destino le habría dado una oportunidad para empezar de nuevo, para confiar en la gente.

Aunque su infancia había sido algo "feliz", eso no evitaba que hayan dejado de existir esos horribles acosos por parte de sus compañeros de escuela, aquellas burlas que ella sufría al no poder pertenecer al conjunto de la muchedumbre. Y por eso se aisló, se quedó completamente sola. No necesito ayuda de nadie, nunca habló con nadie y aunque las burlas seguían alguien estaba allí al final del camino para calmarla y decirle que cada día era un nuevo comienzo. Si, ella era su madre, su bondadosa madre, un alma mandada por el mismo cielo para que su hijita se encuentre sana y salva, pero no todo era color de rosas y al morir la Azabache mayor no se le había ocurrido ni en broma que estaba dejando en manos del mismísimo diablo a su preciada hija.

Ella (Sesshomaru Y Rin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora