Capítulo 18

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Agarró rápidamente el aparato para salir de la habitación y atender el llamado.

------------- Llamado telefónico-----------

- Tengo una tarea muy especial para pequeña. Mantente alerta- Habló del otro lado de la línea esa voz espeluznante que conocía tan bien para luego cortar la llamada.

--------- Fin del llamado teléfonico------

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Quedó completamente atónita con el teléfono todavía agarrado entre sus finas manos, estaba helada. ¿Otra tarea más?, ¿Qué pretendía aquel hombre de ella?. La realidad golpeó duramente su cabeza, cuando luego de tanto tiempo había sido aceptaba por Sesshomaru recibía ese llamado que la dejaba con muchas dudas. Tenía ganas de tirar todo por la borda y decirle todo lo que estaba ocurriendo al peliplata, sabía que podía confiar en él. ¿Pero si Naraku cumplía la promesa de lastimar a sus seres queridos?, No podría aguantar con esa carga tan pesada sobre sus hombros.

Kanna salió de la habitación para buscar a Rin, habían pasado 15 largos minutos y todavía no volvía, la vió recarga sobre la puerta con los ojos algo llorosos. ¿Qué le ocurría?.

- Oye Rin, ¿Quién era en el teléfono? - preguntó intrigada al ver su reacción de espanto.

- Oh, era un número equivocado- dijo aún no muy convencida mientras sostenía su mirada a la pantalla del celular, estaba perpleja.

La peliplata la miró dudando de su respuesta, no sonaba muy convincente pero prefirió no insistir ya que sabía que a Rin le costaba mucho abrir sus sentimientos hacía los demás, Kanna pensaba que cuando esté lista le contaría lo que le pasaba. Cambiando de tema lo más rápido posible, habló.

- Bueno pero, ¡Basta de distracciones! Nos están esperando los demás. - dijo agarrando de la mano a Rin para llevarla a la puerta de entrada tratando de persuadir aquellos pensamientos que la dejaban abrumada.

Al salir se dirigieron al punto de encuentro el cual habían comunicado anteriormente por el grupo de WhatsApp, a unas cuantas cuadras del parque de cerezos.

Prefirieron ir caminando para disfrutar del sendero, la vista era hermosa y por nada del mundo se la podían perder.

Llegaron al punto de encuentro al cabo de unos minutos y de lejos se divisaban las miradas divertidas de sus amigos, era impresionante como en un par de días se habían vuelto unidos, hasta ya consideraban a Rin oficialmente parte del grupo.

Sango, Miroku, Kagome, Kohaku y Suikotsu se encontraban allí. Pero, ¿Qué había pasado con Inuyasha?... Bueno, simplemente en todo aquel tiempo había tenido una fuerte discusión con Kagome y prefirió no asistir a la salida ya planificada. La pelea se basó básicamente en la hermanastra de Kagome, Kykio. La azabache con tonos azulados le recriminó al peliplata que todavía se sentía atraído por ella y que era imposible negarlo, sin embargo Inuyasha se cansó de negarle aquel hecho y se termino enojando. Pero, ¿Quien la iba a culpar a la pobre chica?. Habían estado juntos con su hermana vario tiempo y hasta en una ocasión lo había descubierto llorando por su roptura, si bien todo este tema era del pasado y habían transcurrido 2 años del fin de la relación, las inseguridades permanecían latentes provocando altibajos en su relación.

Mientras tanto, al contrario de lo anterior relatado, Miroku y Sango habían hablado de sus sentimientos y por fin estaban entablando una relación sana y por lo visto duradera. Todo ocurrió ayer por la noche, el sábado más lluvioso de enero. Eran las 3;00 AM aproxidamente y Sango decidió ir hacia la casa de Miroku angustiada y abatida por sus sentimientos, aquellos que no podía decir ligeramente por miedo a ser una más de la lista. Al llegar a su destino toda empapada por consecuencia de las amenazadoras gotas, tocó el timbre reiteradas veces hasta que obtuvo una respuesta. Miroku se sorprendió al verla de esa forma tan vulnerable y pudo notar que a pesar de la lluvia sus ojos estaban llorosos, le causó impotencia verla así cuando siempre se mostraba de forma contraría, es decir, decidida y valiente. En ese instante Sango se tiró hacia sus brazos diciéndole que lo amaba y que no aguantaba más la sensación de vacío que sentía. Miroku admitió que se sentía igual y le prometió que ella no era una más. Sellaron su amor esa noche convirtiéndose en uno solo y se juraron cariño y amor.

Ella (Sesshomaru Y Rin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora