16-Mansión Addams

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El día había llegado, Tn se encontraba esperando junto a Miércoles en la calle con unas maletas, listo para ir a pasar unos cuantos días a la mansión. Se sentía un poco nervioso porque ahora estaría con los padres de ella como su pareja, y no como un amigo de su hija. Por su parte, la gótica trataba de recordar las trampas que había junto a las nuevas que había dicho a sus padres que instalasen para evitar robos. A pesar de lo oscuro y tétrico del lugar, muchos eran los ladrones que habían intentado, sin éxito, robar en la casa.

—Oye...¿qué opinarán tus padres sobre lo nuestro?—le preguntó este.

—Seguramente estarán muy contentos. Especialmente mi madre quien desea que yo sea una copia de ella—contestó mirando el lado de la carretera por el cual llegaría el vehículo.

—Entiendo.

Siguieron hablando un poco hasta que...

—Mira, ahí están—el coche aparcó al otro lado de la calle y de este salieron los cuatro; padre, madre, hermano y conductor.

—Ahora que me fijo...tu madre es muy guapa y...dime, ¿tú a su edad estarás igual de...dotada?—ella le miró tan frío como el hielo aunque él ya se había acostumbrado—mera curiosidad.

—Puede, aunque no en altura—Tn iba a decir algo cuando ella se adelantó—nada de hacer bromar con mi altura o dejaré que Cosa te asfixie por la noche—la mano salió de la mochila e hizo un gesto amenazador.

—¡Aquí está mi pequeña tormenta!—dijo el hombre faltando unos metros.

—Él dice cosas sobre tu estatura

—Él es mi padre.

El hombre abrazó a Miércoles y luego miró al chico.

—¡Encantado de volver a verte muchacho!—le dio un  fuerte apretón de manos—no te imaginas la sorpresa que nos llevamos cuando mi escorpión nos contó sobre vuestra relación.

Su madre le dio un frío abrazo a su hija y luego Pugsley.

—Tn, un placer verte de nuevo—le dio un abrazo y le colocó los pechos en la cara al pobre que sentía que iba a morir, pero al menos lo haría feliz.

Miércoles al ver esto frunció el ceño y los separó.

—Ya está bien de presentaciones, es hora de ponernos en marcha—agarró las maletas y fue hasta el coche.

—Yo puedo—dijo tratando de ayudar a Large quien agarró casi todas las maletas.

El coche por dentro era muy espacioso y Cosa pudo salir y...¿ponerse cómodo?.

—Tn, gracias por los bollos—parecía Enid—¿sabes?, siempre pensé que acabarías saliendo con Enid—comentó—ciertamente os parecéis mucho.

—Pugsley, puede que yo acabe haciendo lo que los bullies del instituto no—amenazó—Tn está conmigo hasta que la muerte nos separé.

El camino hasta la mansión fue relajado y tranquilo, Tn hablaba sobre sus padres y el negocio familiar. Miércoles hablaba con Enid quien decía que le hubiera gustado ir a la mansión pero que tenía que estar con su manada. También le dijo que cuidase de Tn.

—¿Dormirá en tu habitación?—le escribió ella por chat.

—Ten cuidado Enid, no olvides que te has besado con él, normalmente estarías ya muerta. Ahora deja de hacer preguntas sobre mi vida privada—replicó la gótica.

Entonces sintió la cabeza de Tn en su hombro.

—¿Se puede saber que...?—vio que se había dormido mientras sus padres no paraban de darse besos. Ella lo dejó ante la sonrisa del resto de la familia—ni una palabra de ello.

Finalmente llegaron y Tn se despertó bostezando.

Tn creía que exageraba cuando ella le habló del lugar pero no. Era tan siniestro y oscuro como la guarida de un villano malvado. Al acercarse a la puerta vio un timbre.

—Oh—fue a apretar cuando Miércoles lo tiró a un lado.

De un agujero debajo de este salió una llamarada.

—¿Qué hace eso ahí?—le preguntó asustado el chico.

—No nos gustan las visitas de vendedores—respondió Gómez con una sonrisa—es por eso que siempre damos una cálida bienvenida.

—Ah...el olor a vendedor torrado...es algo que echo de menos—comentó la chica antes de levantar a su chico del suelo.

 El chirrido de la puerta parecía el de un cementerio en una película de terror.

—Un poco de 3 en 1 no le vendría mal—dijo este.

—Deja de hacerte el listo y entra de una vez—le dio un empujón.

—Ah, nuestra hija es tan...cruel...—comentó su padre.

—Si, Tn será torturado y amado por nuestra hija—ambos empezaron con los besos.

—Le doy tres horas—comentó Pugsley comiendo un bollo tranquilo y siguiendo a estos.

Tn entró por la puerta y se quedó asombrado ante las escaleras y enormidad del lugar. Entonces mientras contemplaba todo aquel sitio escuchó unos aullidos.

—Pugsley—Miércoles volteó a ver a su hermano—¿has olvidado cerrar la jaula de los hombres lobo?—preguntó.

—Lo hice porque pensé que querías darles caza—respondió—¿o no te apetece?.

—Claro que sí, por fin algo de diversión—se acercó al armario y sacó unas escopetas—perfecto.

—Dijiste nada de sangre—dijo el chico.

Miércoles le miró con una sonrisa.

—Mentí. Ahora Cosa...lleva a Tn a mi cuarto, enseguida iré yo—Miércoles se marchó junto a su hermano quien también tomó un arma.

Siguió por el pasillo a la mano quien le decía cuando debía parar para evitar una trampa. Algo entendía pero no mucho, tenían casi que hacer un juego. Tras llegar al dormitorio, se impresionó de lo limpio que estaba.

Se sentó sobre la cama tras Large dejar las maletas a un lado. Los disparos no tardaron en hacerse sonar durante un buen rato.

—Está mujer da miedo...pero me gusta...¿seré masoquista?—se preguntó.

—Si—le dijo Cosa con signos.

—Gracias...

Miércoles apareció al cabo de un rato cubierta de sangre.

—Ah, echaba de menos la sangre de esos malnacidos...tranquilo, solamente estarán heridos durante unos días—contestó mientras se limpiaba con una toalla toda la sangre.

—Ajá...

Este fue colocando todo en un armario cercano y se asomó a la ventana. El bosque, seco, algo viejo y oscuro daba mucho miedo. Especialmente bajo la luz de la luna ya que la noche se echó rápido sobre el lugar.

—Estar aquí contigo es...—lo abrazó por la espalda—adoro mi siniestro hogar. Y ahora estás aquí.

—¿Momento de debilidad?—preguntó él.

—Si...me suele pasar después de hacer sangrar y torturar—comentó la joven.

—Que romántico...

Ella se separó.

—Si...soy diferente al resto...no entiendo...que has visto en mí.

Tn la abrazó y le dio un beso.

—Eres preciosa, fuerte, inteligente, independiente...habilidosa...algo siniestra...pero me encantas con todos tus virtudes y defectos—dijo este sonriente.

—¿Qué defectos?—él la miró—yo no tengo defectos.

Ambos se acostaron sobre la cama y se abrazaron un poco.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo :D

Un normie entre excluidos- Miércoles x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora