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Jan se sentía furioso, triste

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Jan se sentía furioso, triste.

Su corazón latía fuerte, y entre apretadas de puño entro al hotel. La única palabra que repetía en su cabeza era "Daniel"

Se sento en aquel sofá elegante y comodo, y pudo escuchar la puerta habrirse. Era Daniel, Jan se paró y lo miró fijo.

-Jan, Tranquilizate.

-Quien era el.—Alzó su poco más la voz.

-Era-

-Y no me digas que era un amiguito tuyo por que no lo es.

-Es mi ex, de mi juventud.

-Por que lo besabas.

-El me besó.

-Quieres que te crea eso? ¡Maldita sea, Daniel!

-¡No me grites, no me grites!

-Yo te grito porque tú, eres el responsable de esto!

-Calmate, carajo! ¡No vez que te escucharan!

-Vos también estas gritando!

Daniel comenzó a llorar.

-No puedo creer que después de que me hayas engañado con ese, estés llorando. El que debería llorar soy yo.

-Me voy, y no me volverás a ver!

Jan lo miro por un rato.

-Te vas a ir?!

-Si, si!

-No quisiera que este fuera el final.

-Me estás enfermando, enfermas mi corazón. Ya no quiero estar contigo.

-Pero si te quieres ir, no te voy a suplicar. No me importa si te quedas o te vas.

Daniel se quedó callado.

-Por que casi toda mi maldita vida pase solo. Asique si te quieres ir, que sea ya.

-Este no eres tu.

-Tu dejaste de ser el Daniel que yo conocía.

Daniel suspiro, fue a la habitación y empaco sus cosas.

Jan, estaba sentado. Con lágrimas en sus ojos, este era el final.

Espero varios minutos, y Daniel salió agresivamente de la habitación. Así mismo llorando.

-Ya te iras?

-Jan, yo realmente no te quiero perder otra vez.

-Y piensas que yo si?

Daniel seco sus lágrimas y quiso salir, pero una voz lo detuvo.

-Espera, sabes que me moriría si te vas.

Noboa lo miro.

-¿Morirás si me voy?

-Tal vez.

-En ese caso, no quisiera irme nunca. Pero lo haré.

Daniel lo pensó bien, y dejó un pequeño beso en la mejilla de Jan.

-Entonces, Adiós. Topic.

Jan quedo atónito, y vio como dejaba ir al amor de su vida una ves más.

Una vez más.

[...]

Estaba lloviendo, la carretera parecía fría y solitaria, y así mismo era.

-Y las luces de los autos brillan como las estrellas.. —Cantaba al compás de la canción que el mismo puso en su radio.

Estaba manejando de vuelta a Quito. Donde que tenía un apartamento que supuestamente viviría ahí con Daniel.

Supuestamente..

Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, se sentía vacío, solo. Muy solo..

-Daniel, Daniel.

Y.. hablando de Daniel, este se encontraba en Cuenca, en casa.

Abrazaba fuerte su almohada, llorando decía—¿Por que?—Asi es, ¿Por que lo había echo? Por que había dejado que lo besara sabiendo que esta con Jan?

Por que no aprendía de sus errores, y dejaba ir a Xavier? Que mierda le sucedió,

Se habían prometido amarse para toda la vida, pero, ¿Que pasó?

-No me asombra que el me haya dicho que me vaya.. si de todas formas, el ya no me necesita.

Daniel escucho toques suaves en la puerta.

-Pase..

-Hijo, ¿que sucede? Pensé que tu y Jan se escaparon a caminar por ahí.

-No hables de él, jamás hables de él.

-Te hizo algo?

-No, esta vez fui el causante.

-Cuéntame, hijo.

-Papá..—Cayó en los brazos de su padre, como tal niño que se lastimó jugando al fútbol.

—Y-yo.. bese a alguien.. ¿R-recuerdas a Xavier?—Poco se le podía entender.

-Si, recuerdo a Xavier.

-Me encontró..  te juro que yo no quería, pero justo llego la medianoche.. me besó, y Jan nos estaba viendo.. Ahora el piensa que le fui infiel..

Daniel se abrazo más a su padre, así mojando su camisa de sus lágrimas.

-Pobre muchacho..

-No quise, te juro que no quise..

-Tranquilo, yo se que no. Yo se lo cuanto que amas a Jan.

-Pero el ya no me ama a mi papá, ahora va a encontrar una linda mujer y  va a casarse con ella. Van a ser felices mientras yo aquí voy a estar s-sufriendo..

-Yo se que el está también sufriendo por ti, yo mismo veía como sus ojos se iluminaban cada vez que tu hablabas.

-Enserio?..

-Si, hijo.

-El me había dicho que no le importa si me voy o no.. si el me amara no me diría eso.

-Que más te dijo?

-Bueno.. El me detuvo y dijo que se moriría se me voy.

-Vez, ahí está. El te ama, hijo.. Mejor deja de estar llorando, y ve a bañarte. Le diré a Lorena que te traiga una taza de chocolate caliente.

-Gracias pa..

Su padre lo había calmado un poco más.

Daniel se acurruco en su cama y vio como su padre le dio una última sonrisa para salir de la habitación.

Ahora, ¿que haria? Sería mejor esperar.

La espera siempre funcionaba.

La espera siempre funcionaba

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Amor mío-ToboaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora