Terminé sentándome en el suelo con el brazo extendido ya que Dylan no me soltaba. Mis piernas no me permitían caminar. Su agarre se hizo más fuerte causando que me quejara.
—Hijo de puta, nos mentiste.
¿Conoce a Dylan?
Patricio era un chico grande, corpulento. Por lo poco que lo conozco, es intimidante y parecía tener la fuerza suficiente para partirte en dos.
Dylan era más pequeño, era sólo unos centímetros más alto que yo. Su cuerpo era atlético y, tal vez, puede aguantar muchas cosas, pero dudo que un golpe de Patricio esté entre ellas.
—¿Qué le hiciste?
—No sé de qué me estás hablando, no te conozco.
Como pude, lo miré a Dylan. Fue inconscientemente, y es porque sabía que estaba mintiendo. Ese tono lo conocía.
¿Es decir que realmente no recuerdo mi vida porque este maldito se obsesionó conmigo?
Quería irme, alejarme de él. Necesitaba aire fresco. Pero, aunque estaba mareada, medité que si él hizo todo esto para mantenerme a su lado, si me voy con Patricio, hará algo peor contra mí. Tal vez, le haga daño a Patricio... Mi hermano.
No podía permitirlo.
—Dylan, amor, vámonos —murmuré—. Me siento muy mal.
Pude ver la expresión de Patricio.
Si se molestaba conmigo, lo entendía. Quiero decir, viajó hasta aquí para nada. Pero no puedo dejar que intente algo contra Dylan, ya haré algo para zafarme de él y poder regresar.
Realmente me sentía mal.
Físicamente, el dolor de cabeza y la sensación de presión en el pecho, me mantenían mareada y ahogada. Sentía unas inmensas ganas de llorar, pero no sabía por qué.
Mentalmente, estaba agotada. Lidiar con los nuevos descubrimientos y mis propios pensamientos al respecto, añadiendo el constante recuerdo de la imagen de Dylan contrastando con los sueños que tengo, no me dejan tranquila.
Y emocionalmente, ya no aguanto. Los nuevos sentimientos por el chico de los ojos lindos y el vaivén que Dylan me causa, es agobiante.
Creo que lo más sensato hasta ahora, es ir con Dylan. Al menos, no sentiré esa horrible sensación de necesidad por alejarme de él, y mucho menos, estaré preocupada por lo que puede ocasionar por decidir irme con Patricio.
Así que, con su ayuda, me levanté y lo tomé como apoyo. Tomé mi celular de la mesita de noche y miré a Patricio.
—Creo que se equivocó de habitación.
—Pero...
—Si vino por alguien más, comuníquese por celular. Tal vez, ocurrió un error.
Salí con Dylan serio y más calmado. Esperaba que Patricio entendiera lo que le dije.
El camino a casa fue silencioso y con una tensión que quise ignorar pero no pude. Dylan no preguntó, pero para mi lamento, sabía que lo haría en cualquier momento.
Tomamos un taxi y al llegar al departamento, lo primero que hice fue ir al baño. Mientras orinaba, le mandé un mensaje a Patricio pidiendo perdón pero explicándole que parece ser que la situación en la que me encontraba era mucho más complicada de lo que parecía. Y sabíamos que era muy complicado ya. Pedí que no respondiera el mensaje ni se le apareciera a Dylan y terminé dándole mi ubicación para que supiera dónde vivía.
Rápidamente, bloqueé a Patricio y eliminé el chat, y luego de terminar con mi limpieza, dejé el celular en mi bolsillo y salí del baño.
Al menos, me encontraba mejor.
Al abrir la puerta, lo primero que sentí fue el impacto de mi cabeza contra la pared, desestabilizándome. Dylan se encontraba frente a mí, mirándome con furia y con su mano sujetando mi cuello y mandíbula.
—Ahora me vas a explicar dónde estabas y qué hacías en ese hotel.
Esperaba que esa mejoría en mi físico, me permitiera enfrentar a Dylan.
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El beso del recuerdo [Libro I]
Romantik«¿Por qué me duele tanto no poder recordarte?» Desde el momento en que Priscila encontró una foto de un chico en una nube por buscar una foto que había agregado en su currículum y que no recordaba haber hecho, sintió un gran vacío que la dejó descon...